¡Defendamos los derechos de la mujer, luchando por el socialismo!

El pasado 12 de marzo, con 29 votos a favor (del PAN y del PRI), dos abstenciones y 10 en contra (del PRD, PT y Convergencia), fue aprobada en el Congreso del Estado de Puebla una reforma a la Constitución local que penaliza el aborto y la eutanasia.

Con la nueva reforma a la Constitución local, donde se plasma que “la vida humana debe ser protegida desde la concepción hasta la muerte”, se deja más bien desprotegida la vida y salud de las mujeres poblanas que no tendrán derecho a abortar en caso de violación, de estar en riesgo su vida durante el embarazo o en caso de que el producto presente malformaciones graves.

Al impedir la legalización del aborto, las mujeres que se encuentren en peligro de muerte o tengan un embarazo no deseado, recurrirán a métodos inseguros y riesgosos para producirse un legrado, lo que muchas veces les causan la muerte. En nuestro país, el aborto es un problema de salud pública, pues se ubica entre la cuarta y la quinta causa de mortalidad materna, debido a que ahí donde no está legalizado se realiza en la clandestinidad e insalubridad y aumenta el número de muertes hasta en un 30 por ciento. Se estima, incluso, que cada tres días muere una mujer por someterse a legrados inseguros, pues, las mujeres con menos recursos económicos, arriesgan su vida al acudir a lugares clandestinos que no cuentan con las condiciones de seguridad e higiene necesarias ni con el personal capacitado para practicar un aborto.

Las recientes modificaciones a la Constitución del Estado de Puebla, forman parte de una clara ofensiva por parte de la ultraderecha en el poder para frenar la posible despenalización del aborto en Puebla hasta la semana 12 de gestación como fue aprobado en el Distrito Federal (DF) en abril de 2007. Porque, como impulsores de esta reforma en Puebla, están organizaciones ultraconservadoras como Provida y el Yunque que junto con el alto clero católico, el PAN y el PRI forman el frente común de la burguesía. Estos últimos, muestran su verdadero rostro conservador y su pacto político-electoral acordado durante las elecciones federales de 2006, en el cual, el Gober Precioso sería absuelto de toda culpa en el caso de la periodista Lydia Cacho a cambio de que permitiera al PAN ganar la mayoría de las diputaciones federales y apoyara la imposición fraudulenta del espurio Calderón.

Doble explotación a la mujer bajo el capitalismo

Decía Marx que “El grado de emancipación de la mujer es la medida natural de la emancipación general” y del grado de civilización social. Partiendo de esta tesis, la situación de doble explotación  en la que vive la mujer hoy en día (como mujer y como trabajadora), indica más bien la bancarrota total del sistema capitalista que amenaza a la humanidad con la barbarie.

Para comprender lo anterior, baste con saber que, según la Organización Internacional del Trabajo, en 2008 de las 3 mil millones de personas empleadas en el mundo, mil 200 millones eran mujeres (el 40%); 15 millones de mujeres están infectadas de VIH–SIDA, de las cuales cerca de 2 millones quedan embarazadas cada año y medio millón de ellas mueren cada año debido a complicaciones durante el parto o el embarazo. La UNESCO, por su parte, señala que el 60% de los aproximadamente 900 millones de analfabetos en el mundo son mujeres. Y, de acuerdo con la Organización Nacional de Mujeres (NOW, por sus siglas en inglés) estadounidense, cerca de dos tercios de los mil millones de personas en el mundo que viven con menos de un dólar diario son mujeres (La Jornada de Oriente, 11/03/09).

En la capital poblana, se estima que más de 30 mil mujeres no reciben pago alguno por su trabajo y durante el año pasado, el 75% de las personas que perdieron su empleo en el país fueron mujeres (La Jornada de Oriente, 12/03/09) y para este año la cifra de desempleo femenil podría llegar a los 97 millones en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas (La Jornada, 06/03/09).

Como vemos, bajo este sistema fracasado y en crisis, es imposible acabar seriamente con los problemas de la mujer. Debemos luchar por la ¡legalización del aborto, gratuito y a cargo del Seguro Social! y por muchos otros derechos de la mujer, pero también debemos ser concientes que “Cambiar de raíz la situación de la mujer no será posible hasta que no cambien todas las condiciones de la vida social y domestica” (Trotsky) que existen bajo el capitalismo. La plena emancipación de la mujer sólo será posible en una sociedad democrática, libre de intereses y necesidades económicas, es decir, socialista.

 


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