¡La lucha contra las drogas es una cuestión de clase!
¡No a la legalización de las drogas!
Como explicamos ya anteriormente, los gobiernos panistas han intentado legalizar las drogas con el objetivo de minar la capacidad organizativa y política de la juventud mexicana, es decir, nos quieren hacer creer que el tema de las drogas es una cuestión de “consumo personal” y no una “cuestión de clase” como en la realidad lo es.
El gobierno Calderón, que se intenta erigir como confrontador del narco, resulta que por la vía de los hechos está allanando el camino hacia la legalización de las drogas. Primero Vicente Fox en 2006 y luego Calderón en octubre de 2008, con apoyo de la derecha del PRD, en la persona de Víctor Círigo, han impulsado la Ley de Narcomenudeo. La legalización de las drogas intenta esconderse en legalizar la posesión de “limitadas cantidades de ciertas drogas”, lo cual no es sino un burdo pretexto para avanzar en la ofensiva contra el potencial revolucionario de la juventud de este país. El martes 28 de abril de 2009, el senado avaló la Ley de Narcomenudeo en medio de la confusión derivada por la crisis sanitaria del régimen con el brote de influenza porcina.
La reforma fija una tabla de portación máxima de drogas para “su estricto e inmediato consumo personal”. Se podrán portar un máximo de dos gramos de opio; 50 miligramos de diacetilmorfina o heroína; cinco gramos de cannabis sativa índica o mariguana, que en la propuesta inicial proponía dos gramos; 500 miligramos de cocaína; 0.015 miligramos de LSD (lisérgida); 40 gramos de metanfetaminas; MDA (metilendoxionanfetamina) hasta 40 miligramos, y 40 miligramos de MDMA (metilendioxi-n-dimetilfeniletilamina). Se considera narcomenudista a quien porte las sustancias señaladas en cantidad inferior a la que resulte de multiplicar por mil las cantidades previstas. Por ejemplo, cae en el tipo penal quien tenga de cinco a 500 gramos de mariguana.
Por cierto, la propuesta de Calderón sólo refería una dosis de dos gramos para el caso de la mariguana, pero los chuchos del PRD plantearon permitir cinco gramos, lo cual fue aceptado por el resto de los grupos parlamentarios. Con esta participación, la dirección del PRD se hace cómplice de una medida reaccionaria que no tiene un origen moral (consciencia del “consumo personal”), sino un claro objetivo político, es decir, intentar minar el potencial revolucionario de la juventud. Víctor Círigo y todos quienes hayan aprobado esta medida deben ser expulsados del PRD. El papel del PRD, lejos de haber aprobado la Ley de Narcomenudeo, debe ser de servir como un instrumento de lucha contra la barbarie capitalista, organizando el partido desde las células de base en las colonias, los barrios, las escuelas, las fábricas, los centros de trabajo, promoviendo la formación de cuadros políticos, la construcción de una estructura de cuadros a fin de dar cauce a la energía revolucionaria de las masas, capaz de transformar la sociedad y dejar atrás el cáncer del narco. Es por eso que debemos luchar por transformar al PRD y las organizaciones tradicionales del movimiento obrero y el campesinado pobre.
El carácter oportunista de esta ofensiva se comprueba en el hecho de que la Ley de Narcomenudeo fue aprobada en medio del torbellino de la crisis sanitaria de la influenza porcina. De ser una situación “realmente provechosa para la sociedad”, ¿por qué la aprobaron en un momento en el que la atención de la población estaba en la psicosis desatada por la crisis sanitaria y no en otro momento que implicara mayor posibilidad de oposición?
Está claro que dicha ley es a la vez un intento de concesión a la mafia del narcotráfico con el objetivo de intentar llegar a un acuerdo en la guerra que se ha desatado y que apunta a casi 10 mil muertes desde el inicio del gobierno Calderón. Con esta Ley de Narcomenudeo, el problema de las drogas no sólo no disminuirá sino que crecerá aún más. El consumo de las drogas es sólo un reflejo de la podredumbre del sistema capitalista, de su imposibilidad de echar hacia a delante a la sociedad, y más bien lo contrario, de sumergir a las fuerzas productivas y por tanto a la población y amplios sectores de su juventud, en un proceso de degeneración.
¿Qué tipo de sociedad es ésta que legaliza el consumo de drogas para que su juventud se mantenga en un estatus de estupidez y degeneración? Miles de jóvenes viven una vida de sufrimiento y desesperación, la droga es sólo un reflejo de su desorden interior que tiene origen en la sociedad. Vencer las drogas no es sólo un esfuerzo individual basado en la voluntad, no. Para vencer el desorden interno que lleva al consumo de drogas o al alcoholismo, es necesario resolver el caos externo, el caos social, es decir la barbarie capitalista. Es necesario hacer algo urgente. Es claro que no podemos esperar nada favorable del régimen burgués. Es necesario crear organización revolucionaria en el seno de los barrios, las fábricas, las escuelas.
Es necesario impulsar estas ideas en el seno de la juventud del PRD, en el seno de nuestros sindicatos. Pero sin duda, existe una alternativa revolucionaria, y esa se llama CLEP-CEDEP, la mayor y más importante organización juvenil revolucionaria en México, que lucha en las escuelas, las fábricas y los barrios por una alternativa revolucionaria a la barbarie capitalista, llevando a la práctica un Programa de Transición, que busca resolver cuestiones inmediatas ligándolo a la necesaria transformación socialista de la sociedad.
Nuestras reivindicaciones:
1) Educación decente para todos los jóvenes. Programa masivo de construcción de escuelas y un sistema verdaderamente gratuito de todos los niveles educativos.
2) Supresión inmediata de las tasas estudiantiles e introducción de una beca digna para todos los estudiantes que quieren acceder a la enseñanza superior.
3) Empleo garantizado para cada estudiante al abandonar los estudios con un salario que cubra necesidades básicas.
4) No al dominio y explotación de la educación por el gran capital. ¡Fuera la empresa privada de la educación!
5) Creación de clubs juveniles bien equipados, bibliotecas, polideportivos, cines, albercas y otros centros recreativos para los jóvenes.
6) Programa de construcción de vivienda pública accesible a los estudiantes y parejas jóvenes.
¡La lucha contra las drogas es una cuestión de clase!
¡No a la legalización de las drogas!
¡Por la expulsión de Víctor Círigo del PRD!
¡Únete al CLEP-CEDEP para luchar por la mejorar la educación y calidad de vida de la juventud!
¡Sólo el socialismo eliminará al narcotráfico!