No obstante el #YoSoy132 fue más que eso, pues miles de jóvenes en todo el país luchamos por evitar que lo más recalcitrante de la política de los empresarios, banqueros y narcotraficantes, encabezados por el PRI y el PAN, y en particular por Peña Nieto, se colocara en el poder para perpetrar una política en contra de la juventud, la clase trabajadora y los explotados. El sector de la juventud trabajadora, que dio una afrenta enorme por dotar al movimiento de un programa de clase, reivindicándose abiertamente de izquierda, fue frenado en todo momento por el sector más conservador e incluso de derechas, uno de cuyos representantes era Attolini, con las consignas de que era un movimiento “apolítico y apartidista” (parece que ya se le olvidó su apartidismo), o de que no se podía considerar un movimiento anti Peña Nieto, pues sólo se buscaba la democratización de los medios (como si por brindarle un programa a una sola persona, los medios fueran ahora más democráticos).
Afortunadamente, el movimiento juvenil sacó valiosísimas lecciones de esta lucha, dándose cuenta de qué escondían esas ideas del apartidismo y apoliticismo que defendía este personaje, expulsándole completamente de la lucha de la juventud, al grado que, cuando se supo de su posible candidatura, de inmediato se vino una oleada de críticas en las redes sociales. Mención aparte merece la actitud oportunista de los dirigentes del PRD, quienes tras su traición completa a las bases e historia de este partido al plegarse a la política del régimen en todo momento, ahora buscan darse un baño de lucha y postular a Attolini, presentándolo como un dirigente juvenil. Esta medida, más que atraerle votos al PRD genera rabia y mayor rechazo que la clase trabajadora y la juventud tiene hacia este partido. La última noticia que se tiene es que finalmente se echó para atrás la candidatura de Attolini, sin embargo, el oportunismo de ambos no logrará que figuren como opción política para la lucha de la juventud y los trabajadores.