Desde el 15 de octubre del 2014 los jornaleros entregaron al gobierno estatal de Francisco Vega de Lamadrid, un Pliego Petitorio para mejorar sus condiciones laborales. Ante la indiferencia y sordera del gobierno estatal tras un año de demandar la intervención de las respectivas autoridades laborales, más de 50 mil trabajadores del campo estallaron el paro de labores, a la vez de que se lanzaron al bloqueo de la autopista transpeninsular, acción tras la que fueron detenidos cerca de 200 jornaleros a consecuencia de la intervención de las fuerzas represivas para dispersar a los manifestantes. Según Gilberto Hirata, presidente municipal de Ensenada, Baja California, "Se han perdido millones de dólares. Constaté personalmente, fui a los campos, fui a algunos campos freseros, está la fresa astillada, se cae, hay que estar tirándola y tirándola para que pueda brotar la nueva. A veces en 4 días madura la fresa" (Milenio 24 de Marzo del 2015).
San Quintín, como el conjunto de la península, se ha convertido en la última década en uno de los municipios de mayor producción agrícola del país, destacando sobretodo la orientada a la exportación. Tan solo el caso de la producción de fresa destaca por registrar la de mayor rentabilidad en el país con cerca de 50 toneladas de fresa por hectárea, aportando más del 50% del valor de la producción a nivel nacional que en el último ciclo de 2011 ascendió a 820 millones de pesos. Según la Secretaria de Fomento Agrícola del estado, el 2010 se sembraron 1,464.70 de hectáreas de fresa con una producción de cerca de 82,088 toneladas valuadas en 1,142 millones de pesos (El Economista, 19 de marzo de 2012). Por ello San Quintín se ha convertido en el primer lugar de producción de fresa, superando al histórico Irapuato.
Otro ejemplo significativo es el de la producción de tomate rojo, de la cual Baja California se ha convertido en el segundo lugar de producción después de Sinaloa. Según la SeFoA del estado en 2009 se cosecharon 180,135 toneladas de tomate con un valor de 1,693 millones de pesos. En 2010 aumento a 221,66 toneladas con un valor de 2,528 millones de pesos. Es decir un crecimiento de 66.96% valor de la producción en un solo año. El rendimiento por hectárea ha incrementado de 55.8 a 62.42 toneladas, en ese mismo transcurso. Destaca que cerca del 90% de la producción del tomate bajacaliforniano se destina a la exportación. Además tan solo Ensenada, municipio donde se encuentra San Quintín, aporta el 99.4% de la producción estatal (El Economista 2 de agosto de 2012).
El gobierno estatal y los terratenientes han tardado más en resolver el incremento salarial de los jornaleros, quienes exigen un salario de 300 pesos, que en promover el esquirolaje con la finalidad de debilitar y golpear al movimiento. Aunque al mismo tiempo, producto de la fuerza y no por la buena voluntad, el gobierno de Kiko Vega ha tenido que resolver dos demandas que no son menores: la afiliación de miles de trabajadores agrícolas al IMSS y la libre asociación sindical de los jornaleros. La primera de estas es sin duda un gran paso para los trabajadores del campo bajacaliforniano, pues significa la mejora de las condiciones de vida de los jornaleros a partir de la seguridad social. La segunda es otro gran triunfo pues significa la libertad para la celebración de contratación entre los jornaleros y los terratenientes, aunque al mismo tiempo será un arma que utilicen tanto la patronal como el gobierno para tratar de mermar la fuerza de los trabajadores ante la posible debilidad numérica.
Es evidente que la negativa de la burguesía terrateniente y gobierno estatal de Kiko Vega, respaldado por Peña Nieto, para solucionar la demanda del incremento salarial no son las posibilidades económicas. Al contrario el temor, totalmente fundamentado, es que el ejemplo de San Quintín se extienda al territorio nacional. La burguesía terrateniente tiene los recursos para pagar con creces los salarios de los trabajadores agrícolas sometidos a condiciones de explotación similares a las de las haciendas porfirianas de principios del siglo XX. Son sobre esas condiciones de trabajo en las cuales se sientan sus grandes fortunas, su temor no es que los trabajadores vivan en mejores condiciones sino sobre todo las conclusiones políticas que de por si miles de trabajadores están sacando. Por ello la negativa a satisfacer la demanda de los trabajadores, ofreciendo solo 15% de incremento salarial (unos 130 pesos más), al mismo tiempo que se ha impulsado el esquirolaje para debilitar al movimiento. Como reconoce Sin Embargo “Los empresarios agrícolas sólo accedieron a un aumento salarial del 15 por ciento, entre 115 y 130 pesos, cuando los jornaleros cedieron en su exigencia a un sueldo de 200 pesos diarios o 20 pesos por caja de fresa”. Para la burguesía y su gobierno la buena voluntad se mide en ganancias.
El papel de dirección de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal para la Justicia Social, que ha encabezado la lucha de los jornaleros de San Quintín es de destacar. En primer lugar porque desde el comienzo, antes de impulsar el paro y la toma de la autopista transpeninsular, se han planteado la organización de los trabajadores como condición para impulsar la lucha. Del mismo modo se han planteado el establecimiento de vínculos con otras organizaciones de trabajadores como el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, organización con presencia en EUA, o bien la Sección 22 de la CNTE en Oaxaca (estado de origen de buena parte de los trabajadores agrícolas). Ello aunque en un principio intentó ser usado por la burguesía para demeritar al movimiento, ha sido una de sus fortalezas pues ha permitido extender y evidenciar la problemática del campo a nivel nacional.
Ahora mismo la burguesía pretende impulsar la confusión sobre el supuesto fin de la huelga, ante ello es necesario fortalecer la organización en San Quintín y particularmente a nivel nacional contra las maniobras de los terratenientes. La lucha de San Quintín ha evidenciado las condiciones de semiesclavitud en la que se encuentran miles de jornaleros en el país. Hasta ahora la lucha se ha concentrado en el municipio de Ensenada, y particularmente en el poblado de San Quintín, de ahí la cerrazón de la burguesía para satisfacer la demanda de los 300 pesos diarios. Pero una vez evidenciada la situación del campo existen las condiciones para ampliar la lucha, impulsando la organización de los jornaleros en todo el país y haciendo un llamado claro a la movilización para lograrlo. Del fortalecimiento y extensión del movimiento dependerá que la burguesía dé su mano a torcer.
¡Extender y ampliar la lucha organizada de los jornaleros de San Quintín a todo el país!