De las pasadas elecciones intermedias llevadas a cabo el pasado 5 de julio, los que más resultaron favorecidos fueron aquellos que lograron obtener un escaño en el congreso o los que lograron obtener alguna gubernatura. Después de una campaña abrumadora de propaganda envuelta en promesas, finalmente los ganadores obtuvieron sus objetivos.
El proceso electoral metió a nuestro país en una turbulencia, característica de los periodos electorales, en donde, finalmente, los más perjudicados son los trabajadores, los jóvenes y las clases explotadas de nuestro país.
En ninguna de las propagandas de los aspirantes a diputados y gobernadores pudimos observar un llamado al cese de los despidos masivos, la privatización de la seguridad social, la educación o a favor de la vivienda. Banales y absurdas, como siempre, fueron las campañas que pudimos observar, llenas de ataques de uno a otro bando. Mientras millones de trabajadores están sufriendo la crisis del capitalismo y sus consecuencias, estos personajes se llenan la boca de promesas que al final de cuentas resultan incumplidas.
Previo a las elecciones el movimiento obrero pareció entrar en una especie de tregua electoral con el gobierno. No hubo movilizaciones, ni llamados a la lucha ¡¡No!! Todo lo contrario. El llamado fue a mantener la calma, a aguantar los efectos de la crisis y a confiar en una supuesta solución pronta.
Después de que el 1º de mayo la histórica movilización del día del trabajo fuera cancelada por el brote de influenza, los líderes de los principales sindicatos decidieron posponerla para un mes después, sin embargo lo que reinó un mes después fue la desunión y una convocatoria más que tibia.
Por un lado, el Sindicato Mexicano de Electricistas, la Alianza de Tranviarios de México, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, los Mineros (SMMSyCRM) y otros gremios se movilizaron el 1º de junio, mientras que el día 3 de ese mismo mes se movilizaron los sectores pertenecientes a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) que aglutina al Sindicato de Trabajadores de la UNAM y Telefonistas, entre otros.
No existía ninguna razón para que los trabajadores marcharan de manera separada, lo que se necesitaba era un llamado serio a la movilización además de un planteamiento claro sobre la necesidad de la unidad del movimiento obrero en defensa del empleo. Posterior a estas movilizaciones no hubo ninguna otra acción de fuerza por parte de los sindicatos.
Los candidatos a diputados
Dentro del mar de personajes emanados de estas elecciones llamó la atención la participación de tres aspirantes a diputados; Víctor Flores Morales, dirigente del Sindicato Ferrocarrilero y aspirante a diputado plurinominal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien resultó electo; Valdemar Gutiérrez, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social y aspirante a diputado plurinominal por el Partido Acción Nacional (PAN), quien resultó electo también y Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas y presidente de la UNT, también aspirante a diputado plurinominal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien, al igual que los anteriores, resultó electo. Pero, ¿cuál es la historia detrás de estos dirigentes sindicales?
Víctor Flores Morales en la dirección del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, facilitó de la liquidación de Ferrocarriles Nacionales de México en junio del 2005. En ese entonces, se le acusó de despojar a los jubilados de dicho gremio por más de 30 mil millones de pesos y saquear los fondos que tenían ahorrados desde 1932 en la sociedad mutualista Previsión Obrera. Además, el líder ferrocarrilero usó el fideicomiso Ferronales-Jub 5012-6 como ''caja chica'', e incluso desvió parte de los recursos para financiar a candidatos priístas. Desde entonces, Flores no hizo otra cosa que alabar la privatización de ferrocarriles y estafar, una y otra vez a los jubilados de dicho gremio.
Detrás de Valdemar Gutiérrez pesa una historia similar. En 2005 el gobierno de PAN se lanzo contra el sindicato del IMSS dejando tras de sí un Régimen de Jubilaciones y Pensiones totalmente mutilado. A pesar de las grandes movilizaciones que los trabajadores del IMSS impulsaron entonces, el panismo invirtió muchos recursos para lograr que finalmente fueran aprobadas sus medidas. No solo hicieron caso omiso de las voces de los trabajadores que no estaban de acuerdo, sino que maniobraron de todas las formas posibles para aprobar las reformas al régimen de jubilaciones y pensiones. En esa lucha Vega Galina, entonces diputado por el PRI y dirigente nacional de dichos sindicato, y sus allegados, entre ellos Valdemar Gutiérrez, se transformaron en un fuerte muro para frenar a los trabajadores del IMSS e impedir que estos llegarán hasta las últimas consecuencias en la defensa de sus derechos.
La entrada de Valdemar Gutiérrez en el 2006 a la dirección del sindicato estuvo llena de acusaciones de asesinatos, robos, corrupción y represión. En ese entonces, Gutiérrez se quejaba amargamente, ante la PGR, de que sus compañeros lo difamaban y de que todo lo que se decía de él eran mentiras.
Sin embargo, la tragedia ocurrida en Sonora, en la guardería ABC, sacó al descubierto la forma en que Gutiérrez Fraguoso, en contubernio con la dirigencia panista y el gobierno priísta de dicho estado, son culpables de esta tragedia y de un sinfín de impunidades más que ocurren cotidianamente al interior del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En esta tragedia no solo estaban inmiscuidos personajes ligados a Vicente Fox y a la esposa de Felipe Calderón, sino también la cuñada del mismo Valdemar, misma que no pisó la cárcel y que probablemente no sea juzgada.
Por su parte, Francisco Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana desde 1976, ha utilizado un discurso de “izquierda” para poder mantenerse en su posición durante tantos años, sin embargo, no debemos olvidar que su origen viene del Priísmo.
La historia ha mostrado que estos burócratas entran en crisis cuando no hay margen para reformas que les den prestigio y margen para negociar, así que, o adoptan una actitud más dura de frente a los patrones o terminarán por ser barridos.
Hernández Juárez, fiel amigo del ex presidente Carlos Salinas, se sumó a las candidaturas impulsadas por el ala de derechas del PRD, la de “los chuchos”. Al igual que Flores Morales y Valdemar Gutiérrez, Juárez fue elegido para diputado federal por la antidemocrática vía de la representación proporcional.
Los tres personajes evitaron hacer campañas, decir promesas o plantear discursos; solo necesitaron poner su nombre en la lista para que ahora sean representantes ante la Cámara de Diputados federal. Pero…¿Cuál debería se el papel de un diputado obrero?
El papel de los sindicatos y el papel de los dirigentes obreros en el parlamento
Los marxistas sabemos que la lucha por la defensa de nuestros intereses se da en primer lugar en las calles y mediante los métodos de los trabajadores, es decir, las huelgas, las movilizaciones de masas, etcétera. Sin embargo, también comprendemos que es necesario valernos de todos los medios a nuestro alcance para defender nuestras demandas.
Los sindicatos son la herramienta de lucha por excelencia de los trabajadores. Un sindicato tiene como objetivo primordial velar por los intereses de los trabajadores. Sin embargo, el Estado ha hecho de todo para cooptar a estos organismos mediante la compra de sus dirigentes y otro tipo de maniobras antiobreras.
En todas partes del mundo, bajo diferentes ritmos, los trabajadores caminan con paso firme hacia el movimiento revolucionario pero, en su andar, tropiezan una y otra vez con el gran aparato burocrático. Trotsky en 1938 explica esta situación en el Programa de Transición y escribe que “La orientación de las masas está determinada, por una parte, por las condiciones objetivas del capitalismo en descomposición, y de otra, por la política de traición de las viejas organizaciones obreras. De estos dos factores el factor decisivo, es, por supuesto, el primero; las leyes de la historia son más poderosas que los aparatos burocráticos…”
En ese sentido, lo que hemos visto en el último periodo es una desesperada táctica de los dirigentes obreros para que sus afiliados los sostengan, ya sea mediante un discurso de izquierda o, incluso, mediante la adopción de medidas consideradas por ellos como radicales, tal es el caso de las huelgas.
El empuje de las masas ha obligado en muchas ocasiones a sus líderes a ir más allá de lo que en realidad pretenden llegar. Lo que intentan es no perder sus posiciones. Manejando un doble discurso lo que hacen es engañar al movimiento obrero, por un lado, y quedar bien con sus verdaderos dueños, es decir los empresarios, la burguesía y el gobierno, por el otro. Por supuesto existen excepciones pero, desgraciadamente, durante décadas importantes destacamentos del sindicalismo en México ha estado bajo control del los charros sindicales.
Cuando uno escucha que algún líder sindical ha sido electo para alguna diputación, lo más lógico sería imaginarse que defenderá los intereses de los trabajadores al interior del Congreso de la Unión, sin embargo esto no ha sucedido en épocas pasadas ni tampoco es la perspectiva futura. Durante muchos años tradicionalmente los dirigentes sindicales que han ocupado un curul en aparato legislativo ha sido por medio del PRI y provenientes del llamado sindicalismo oficial organizado en el Congreso del Trabajo (CT) y la CTM. En su época dorada estas centrales del sindicalismo charro lograron tener no uno ni dos o tres diputados, sino varias decenas a la vez en diferentes legislaturas, pero por supuesto dadas sus fuertes ligas son el régimen siempre se dedicaron a legislar bajo las ordenes del presidente de la república en turno, sin importar que en muchos de los casos esto significara chocar con los intereses de la clase trabajadora. Bajo este esquema el modelo de diputados emanados del sindicalismo charro no fue otra cosa más que el de la legitimización de las políticas de los gobiernos en turno.
Sin embargo en los últimos años el peso y la fuerza de la toda poderosa CTM y el CT se han ido mermando significativamente, teniendo esto como una de sus principales consecuencias el haber dejado de ser la maquinaria de millones de votos cautivos para el PRI. Este factor ha tenido entre otras consecuencias, que la representación en el aparato legislativo de dichas centrales obreras prácticamente hoy en día se encuentre en el nivel mas bajo, pudiéndose contar los sindicalistas charros legisladores con los dedos de una mano. En el pasado el sindicalismo oficial no solo tenía decenas, incluso de centenas, de curules legislativos, sino incluso llego a llegó a tener bajo su control directo bastantes gobiernos estatales y cientos de ayuntamientos. Pero de eso sólo quedan las ruinas y en la experiencia actual la cuenta se reduce a, por ejemplo, el senador Joel Ayala, de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) y uno pequeño puñado de diputados más. Esta misma historia se repite en el caso de las recientes elecciones del pasado 5 de julio: por el PRI y en representación del sindicalismo charro en la siguiente legislatura solo habrá 11 diputados, siendo el caso más destacado el del charro ferrocarrilero y extitular del CT, Víctor Flores.
Otro medio que le ha servido a otro tipo de dirigentes sindicales, los del sindicalismo independiente, especialmente el caso de la UNT y el SME, para llegar a ocupar curules en la Cámara de Diputados han el PRD. En el pasado este ha sido el caso de la entonces dirigente del sindicato de azafatas, Alejandra Barrales, o el del secretario del Stunam, Agustín Rodríguez, diputado federal del 2003 al 2006, y el de Antonio Almazán junto a Ramón Pacheco, estos dos últimos del SME y cuyas funciones como legisladores terminan este 2009.
Otro caso y otro canal es el Valdemar Gutiérrez por el PAN, este dirigente del sindicato del IMSS y miembro, junto con Agustín Rodríguez y Hernández Juárez entre otros, de la Dirección Colegiada de la UNT.
En el caso de los diputados sindicalistas por el PRI, su trayectoria siempre ha estado clara en función de los intereses que verdaderamente defienden y tener la idea que algo bueno se puede esperar de ellos para la clase trabajadora, es alimentar ilusiones que distraigan a los trabajadores de una de sus tareas mas importantes en este tipo de sindicalismo: la lucha por la democracia sindical y contra el corporativismo obrero. Otro caso bastante dramático es el de Valdemar Gutiérrez, el significado de su diputación por el PAN no puede ser interpretado más que como una abierta y cínica alianza entre la dirección sindical del IMSS y Calderón, pero no para beneficio de los trabajadores de esta institución de salud ni de sus derechohabientes. En adelante el director general del IMSS, Daniel Karam, tendrá a su servicio de manera directa y sin disimulos para sus políticas reaccionarias al secretario nacional de sindicato de esta institución de salud. Ante ello el panorama se presenta sombrío y los trabajadores debemos tomar todas las medidas necesarias para evitar que los ataques se conculquen, entre ellas una acción a desarrollar es la de destituir a Valdemar Gutiérrez.
Ante toda esta problemática, los diputados que ocuparán un curul por el PRD y el PT, en la nueva legislatura que está por arrancar están obligados, en particular Hernández Juárez en tanto integrante de la dirección de la central obrera independiente mas importante, a levantar la cara por el movimiento obrero y el sindicalismo, actuando de manera consecuente con los intereses de la clase obrera tanto en el terreno de la organización como en el de sus demandas. Por ejemplo esta capa de diputados de los partidos de izquierda, sin importar que tan pequeña sea (en total habrá sólo 20 diputados de extracción sindical por parte de todos los partidos representados en el legislativo) tendría que ya estar perfilando una estrategia para lanzar un defensa parlamentaria combinada con movilizaciones de masas, e incluso el llamado a una huelga general, de los derechos obreros aun existentes en la Ley Federal del Trabajo; también tendría que estar elaborando decretos para frenar los despidos masivos a consecuencia de la crisis y para incrementar sustancialmente los salarios, apoyándose en las masas para forzar su aprobación por parte de los partidos de derecha, etcétera.
Por el control obrero sobre los dirigentes sindicales
Debemos entender que siempre existe un riesgo, bastante alto, de que un dirigente obrero termine siendo un peón al servicio del Estado cuando éste no está sometido a medidas firmes de control político por parte de la base a la que representa.
Un diputado obrero debe tener ciertas tareas al interior del parlamento. Dichas tareas deben ser discutidas democráticamente por los afiliados a los que representa con el fin de que sean los trabajadores de base los que dicten realmente la política que mejor les convenga. Con el fin de clarificar nuestros puntos de vista enumeraremos, a continuación, lo que nosotros creemos debe ser la política de un diputado obrero:
- Diputado obrero, salario obrero
Un diputado federal, en México, suele tener un salario neto de 148 mil 446 pesos mensuales más bonificaciones, prestaciones y demás. Este elemento, de por sí, puede hacer que un obrero, al mirarse al espejo, ya no se vea como tal sino como un aspirante a burgués. Si no existe un mecanismo de control desde la base lo más probable es que este sea cooptado por las “tentaciones” que el régimen, conscientemente, le pone en frente.
Para evitar que esto suceda, un diputado obrero deberá entregar íntegro su salario al sindicato para que éste sólo le restituya el ingreso equivalente al de un trabajador calificado promedio que le permita vivir sin presiones, pero alejándolo de los lujos y privilegios que lo corrompa. El dinero restante se deberá quedar en el sindicato para ser usado democrática y transparentemente, además de fortalecer la estructura política del sindicato.
- Presentación de informes periódicos por escrito ante la instancia que lo eligió y ante los militantes de su sindicato
Este elemento permitiría, a los trabajadores, enterarse de las acciones de su candidato pero, además, permitiría orientar su papel al interior del congreso respecto a las políticas que atenten contra los intereses de los trabajadores y las clases explotadas en general.
- Revocabilidad del cargo
Otra medida más, que puede evitar que los diputados obreros sean presa del cargo en el que se encuentran es la de la revocabilidad del cargo cuando éste adopte alguna medida que contravenga los intereses de los trabajadores y las clases explotadas.
- Participación activa de los militantes del sindicato
Una dinámica de discusión, participación y planificación de las tareas que un diputado obrero debe defender al interior del Congreso no solo cerrará el paso a que elementos hostiles se cuelen al interior de los sindicatos sino que, además, mantendrá un control férreo sobre el diputado y su actuar. Una militancia firme y regular al interior del sindicato será un tope enorme a la degeneración o posibles traiciones.
- La lucha por el socialismo
Un último elemento, pero no por ello el menos importante, sino todo lo contrario, es la de adoptar un programa socialista. La participación al interior del aparato de la burguesía, es decir, el Congreso, es sólo una forma de extender la lucha usando su misma estructura, sin embargo la tarea fundamental es la de destruir al capitalismo no haciendo ninguna concesión a la burguesía.
Los marxistas y los sindicatos
Una vez enumeradas estas cuestiones debemos decir que con eso no es suficiente, es necesario ir más allá. Los marxistas comprendemos que los sindicatos, como lo explicamos más atrás, son una herramienta fundamental para la defensa de los derechos de los trabajadores y que es necesario defenderlos de los ataques de la burguesía.
Pero al mismo tiempo pugnamos porque estas herramientas de lucha sean democráticas. Luchamos en contra de la injerencia de la burguesía y el Estado al interior de ellos pero también luchamos por una democracia obrera en su interior.
Los marxistas también comprendemos que no toda la clase obrera está organizada en los sindicatos y que los trabajadores no sindicalizados suelen ser las capas más oprimidas, batallones de los cuales se nutren las revoluciones. Los sindicatos no son un fin sino solo un medio para la lucha. Estas organizaciones, por sus características, no tienen un programa revolucionario acabado, incluso en una época revolucionaria pueden volverse estructuras conservadoras. Trotsky señala que "en los periodos agudos de la lucha de clases, los aparatos dirigentes de los sindicatos se esfuerzan por convertirse en amos del movimiento de masas para domesticarlos".
Mas adelante Trotsky señala que los marxistas debemos esforzarnos "constantemente no sólo por renovar el aparato de los sindicatos proponiendo atrevida y resueltamente en los momentos críticos nuevos lideres dispuestos a luchar en lugar de funcionarios rutinarios y carreristas, sino también de crear en todos los casos en que sea posible, organizaciones de combate autónomas que respondan mejor a los objetivos de la lucha de masas contra la sociedad burguesa, sin arredrarse, si fuera necesario, frente a una ruptura abierta con el aparato conservador de los sindicatos. Si es criminal volver la espalda a las organizaciones de masas para contentarse con ficciones sectarias, no es menos criminal tolerar pasivamente la subordinación del movimiento revolucionario de masas al controlador de pandillas burocráticas abiertamente reaccionarias o conservadoras disfrazadas de progresistas".
Los trabajadores de la Tendencia Marxista Militante luchamos por la construcción de un genuino partido revolucionario de los trabajadores y una dirección marxistas en nuestras organizaciones defendiendo el siguiente programa.
- Por la autonomía y la democracia en los sindicatos.
- Ninguna discriminación salarial por razón de edad o sexo. A trabajo igual salario igual.
- Aumento salarial de Emergencia. Por un salario mínimo de $10 mil pesos con escala móvil de salarios. Si suben los precios que suban los salarios.
- Jornada laboral de 30 horas sin reducción salarial.
- Control de precios de todos los productos básicos.
- Derechos sindicales y laborales para los trabajadores eventuales.
- Obtención de la base a los 15 días de trabajo.
- Contra la corrupción, amiguismo y persecución sindical. Control por parte de los comités sindicales, sometido a la ratificación de la asamblea, de las altas y bajas del personal.
- No a la afiliación sindical obligatoria. Por la libre participación y discusión de ideas en la vida sindical.
- Jubilación con el 100% de salario real y cubrir ese puesto con un joven, cobrando cuando menos el salario mínimo profesional con escala móvil de salarios. Jubilación a los 30 años de trabajo sin límite de edad.
- No a las horas extras. No a la rotación de turnos.
- Por 30 días de vacaciones pagadas y dos aguinaldos al año equivalentes cada uno a 40 días de salario.
- 100 % de salario real en caso de enfermedad, accidente o vacaciones.
- Existencia de comités de seguridad e higiene bajo control obrero en todos los centros de trabajo.
- Reparto del trabajo entre todas las manos existentes, manteniendo el 100 % de salario real de la jornada si se diera una reducción de la misma.
- Ni un despido más, por un puesto de trabajo para todos los jóvenes y trabajadores.
- Guardería, jardín de niños y escuelas primarias gratuitos en cada colonia, barrio y localidad, bien dotadas y subsidiadas por el gobierno bajo control de profesores, padres y organizaciones sindicales.
- Derecho a guardería gratuita para cualquiera de los padres, decidido por ellos.
- Licencia de un año por maternidad para cualquiera de los padres, decidido por ellos, recibiendo el 100 % de salario real.
- Por el respeto a la vida, ni una mujer muerta por un aborto mal practicado. Legalización total del derecho al aborto, gratuito y a cargo del Seguro Social.
- Creación de centros de planificación familiar y atención sexual a la juventud, en todas las colonias y zonas del país.
- Abolición de todas las leyes laborales o penales discriminatorias para la mujer.
- Lavanderías, comedores públicos y otros servicios básicos baratos a cargo de las delegaciones políticas en el DF y los ayuntamientos en el resto del país.
- Comités de fábrica y secciones sindicales que asuman la lucha contra la persecución sexual.
- Por una educación pública, gratuita y de calidad. Incremento mínimo del 10% del PIB a la educación.
- Cancelación inmediata del TLC y no a la integración de México al ALCA
- Expropiación de los latifundios bajo control obrero y sin indemnización, unida a la obtención de créditos baratos por medio de la expropiación de la banca sin indemnización y bajo control obrero.
- Plan permanente de obras públicas para la creación de empleo.
- Plan de creación de 2 millones de viviendas anuales.
- Alto a los desalojos y contra toda represión.
- Seguridad social y transporte gratuito para los trabajadores desempleados.
- Un puesto de trabajo digno o un subsidio de desempleo indefinido.
- Expropiación de los monopolios, transnacionales y bancos sin indemnización y bajo control obrero.
Los trabajadores, aglutinados al interior de la Tendencia Marxista Militante creemos que este tipo de demandas son 100% asequibles. No estamos pidiendo nada que no nos corresponda, todo lo contrario. Nuestros diputados deben luchar, al interior del congreso y en las calles, por estas demandas a favor de los trabajadores.
Como bien explica Trotsky, la crisis actual de la civilización humana es la crisis de la dirección proletaria…” Los obreros revolucionarios, agrupados en torno a la Tendencia Marxista Militante, señalamos a nuestra clase el camino para salir de la crisis. Proponemos un programa basado en la experiencia internacional del proletariado y de todos los oprimidos en general, el programa del socialismo. Únete a Militante y lucha por una alternativa revolucionaria para el movimiento obrero.