Se reelige Martín Esparza, ¿Qué sigue ahora?
El día de ayer, 2 de julio, aproximadamente a las 21:30 se daba oficialmente por ganador de las elecciones para secretario general del SME al ahora reelegido Martín Esparza, sin embargo, las condiciones en las cuales se dio esta victoria son fuente de lecciones para las próximas batallas y una vez más, como habíamos dicho, ejemplifican como el periodo revolucionario con la agravante de la crisis mundial se abren camino en las organizaciones obrera y en el SME.
Un resultado más allá de las cifras
Las cifras oficiales, las apuntadas en el pizarrón y dadas a conocer por el secretario del exterior a los medios de comunicación, nos dicen que la diferencia del gane fue de 352 votos, cifra de por sí minúscula de la que el ya mentado concluía que siempre en este sindicato las elecciones son tan reñidas porque las contiendas sí son democráticas y que el porcentaje de votación “garantiza la autonomía sindical y democrática.” Revisemos a algunos datos sobre la credibilidad de estas afirmaciones.
En 2005, cuando Esparza se disponía a ser secretario general por primera vez, votaron algo menos de 45 mil, un 72% de los agremiados de los cuales alrededor de 30 mil fueron para él, dejando la repartición de porcentajes de votación sumamente desigual; para 2007, año de su primera reelección el porcentaje de votación fue del 77%, Martín saco más de 36 mil votos y los porcentajes relativos se mantuvieron casi igual; en las actuales votaciones la cantidad de votantes alcanzaron los 55,520, es decir, el 83.65% de toda la organización y elevándose al 126% con respecto a 2005. A primera vista parecería que la elevación en la cantidad de votantes es un triunfo de los verdes, pero la cantidad de votos obtenidos descendió en casi 10 mil con respecto a la última elección y la cantidad de porcentaje que le tocaba a cada contrincante se emparejó de manera sorprendente con respecto a 2005 y 2007. Entonces cuando Martín ganaba por amplio margen y no había tantos compañeros votando ¿no había democracia? Aquí es donde se demuestra la falsedad de los subterfugios utilizados por la actual dirección en nombre de la democracia.
Por si fuera poco, estas cifras y datos también nos muestran una cosa, en esta ocasión votaron más camaradas pero los votos de Unidad y Democracia Sindical descendieron drásticamente, la gente que votó demás no lo hizo por Martín y también una parte de los que la habían hecho en anteriores ocasiones, esto aunado a lo cerrado de la contienda, una diferencia de 352 mencionada más arriba, nos deja ver que la victoria obtenida fue una victoria pírrica, a un costo muy alto, esto deja a un aparato debilitado con grietas y fisuras en toda la estructura de poder que ha anquilosado al sindicato con su corrupción, su política miope y su doble discurso. Ante esto podríamos decir que la victoria de éste no fue por su campaña sino por la falta de una alternativa con la claridad y coherencia suficiente.
Regresar a las bases
Ahora, con lo que ya sabemos es necesario regresar y reorganizarnos, la burocracia solo podrá ser frenada, derrotada y tumbada con un trabajo sistemático originado entre los trabajadores de base, los agremiados “normales comunes y corrientes” preparar lo que en esta ocasión no se haya formado y fortalecer lo que se hizo bien, esto significa formar círculos, grupos en todos los departamentos y también en los centros de trabajo alejados, todos estos unidos en un solo programa de lucha, coordinados en una sola corriente que debe de ser:
- Democrática: Con la máxima libertad para proponer y discutir pero la máxima unidad al momento de hacer, donde las decisiones se toman discutiendo durante un tiempo razonable y al final la mayoría dispone.
- Clasista: Las decisiones que se tomen deben inscribirse en una política que emane exclusivamente de los intereses de los electricistas en nuestra condición de obreros, de asalariados explotados por el capital.
- Revolucionaria: Esta política clasista no debe ser únicamente la suma de nuestras demandas prioritarias, la resolución de nuestras necesidades inmediatas debe ser continuada por la lucha política del proletariado contra el capitalismo, de lo contrario lo que hoy nos den con una mano mañana lo arrebatarán con la otra
La mejor forma de luchar por estas consignas es comprenderlas en su totalidad teórica y política, para a su vez utilizarlas recíprocamente en y para el análisis de otros temas relacionados con nuestra organización y con LyF, temas como la cogeneración, la generación distribuida, el convenio de productividad, las revisiones salariales y contractuales así como la mujer electricista, etc. la herramienta para esto es el marxismo, la lucha por el trabajo y la democracia sindical es la lucha por el socialismo, formemos círculos en los centros de trabajo para preparar las próxima luchas.
Compañero electricista únete al Movimiento Rojo y Negro del SME para luchar por un sindicalismo combativo que defienda nuestros derechos y frene la privatización de la industria eléctrica. Escríbenos a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.