Después de cuatro días de huelga, los trabajadores de Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW), el pasado 22 de agosto, consiguieron un incremento directo al salario del 2%, retroactivo al 18 de agosto, y del 1% más a partir del 1 de diciembre, así como un bono económico de 2 mil pesos para cada uno de los más de nueve mil obreros.
Estalla la huelga
Después de haber señalado que, por la crisis económica actual, no daría ningún aumento salarial a los obreros, a unos días de que venciera el emplazamiento a huelga, la empresa cambio de opinión y propuso dar a cambio un pago único inmediato de cinco mil 500 pesos y un incremento salarial de 1%, aunque aplicable hasta febrero del próximo año, pero no el 8.5% que demanda el SITIAVW. Ante esta propuesta de “burla”, los trabajadores, con todo y los intentos de última hora por parte de su dirección sindical para evitar la huelga continúo negociando una contrapropuesta “aceptable” reduciendo la demanda a sólo 3%, pero la patronal tampoco aceptó y decidieron colocar las banderas rojinegras el pasado 18 de agosto para defender su poder adquisitivo exigiendo un mayor aumento salarial. Esta huelga en Volkswagen era la quinta que realizaban los trabajadores en los últimos nueve años. La primera fue en el año 2000 (tres días), luego en 2001 (18 días), después en 2004 (cuatro días) y la penúltima en 2006 (cinco días).
La batalla que iniciaron los obreros era por superar el incremento conseguido el año pasado de 5.4% directo al salario (de 13% que solicitaban) y 1% en prestaciones, sin embargo, al final sólo se consiguió el 3% diferido y el bono económico, a pesar de que desde 2008 la inflación en la capital poblana a llegado al siete por ciento, lo que la ha ubicado entre las ciudades más caras del país. Los aumentos que han obtenido los obreros desde 2003 a 2008 han sido por debajo de sus expectativas e inferiores a la inflación, a tal grado que en esos seis años la remuneración real sólo se ha incrementado en cinco pesos con 80 centavos en promedio. Con el aumento de este año, la situación no cambia en nada, se mantiene igual o peor para los obreros.
Es cierto que el sector automotriz a nivel mundial atraviesa por su peor crisis en los últimos 25 años, pero, también es verdad que, aunque las ventas de VW hayan caído un 37% durante el primer semestre del año, ha sido de las menos afectadas por esta situación, en comparación con las pérdidas de General Motors, Chrysler y Ford. La armadora alemana, en realidad, ha tenido ganancias que le permitían haber cumplido con la demanda original de aumento salarial de los trabajadores. En 2008, por ejemplo, VW tuvo utilidades netas que van de los seis a siete mil millones de dólares y en el primer trimestre de 2009 representaron cerca de los 10 millones de pesos. Además, recientemente, tuvo compensaciones equivalentes a 40 millones 359 mil pesos para el supuesto pago de salarios y la producción en general mediante el programa de paros técnicos del gobierno espurio de Calderón. Pero, como siempre, son los trabajadores quienes deben apretarse el cinturón y pagar los costos de la crisis generada por los mismos capitalistas.
La burguesía: enemigo de clase de los trabajadores
La patronal, el gobierno estatal, la Secretaria del Trabajo y Previsión Social y el conjunto de los organismos empresariales, a través de sus medios de comunicación, intensificaron la campaña de ataques contra la legítima lucha de los obreros. Señalaron, por ejemplo, que el SITIAVW optó por una “alternativa equivocada” e “intransigente” frente a la actual situación de crisis económica; que se ve afectada la imagen de la empresa más importante del estado al aportar entre el 30 y 40% del Producto Interno Bruto en la entidad; que la huelga es “lamentable”, “imprudente” e “inoportuna”, pues generará pérdidas multimillonarias para la empresa, por la “incomprensión” de los trabajadores que deben sacrificar parte de su salario y conformarse con mantener el empleo.
Estos ataques demostraron claramente a los trabajadores que la burguesía es su verdadero enemigo de clase con intereses irreconciliables y que actúa como un solo hombre cuando se trata de seguir conservando toda la plusvalía generada por los obreros. La dirección sindical también debe sacar lecciones y mantenerse firme en la demanda inicial, movilizar a los obreros y atraer la simpatía del resto de organizaciones sociales y sindicales de la entidad y el país, demostrar así la fuerza unificada de la clase obrera y arrebatar a la burguesía lo que pertenece a los trabajadores. La “posibilidad” o “imposibilidad” de obtener mayores triunfos requiere unificar todas las luchas para golpear el mismo día y a la misma hora a nuestro enemigo de clase, la burguesía. Luchemos ¡Por un sindicato independiente (del estado y la patronal), combativo y democrático que defienda los intereses de los trabajadores!