El pasado 6 de febrero en la plaza principal de Matamoros, Tamaulipas, nuevamente se volvió a hacer historia. Ante un público principalmente de obreras y obreros, compañeras y compañeros del Movimiento Obrero Matamorense 20/32, se presentaban como precandidatos externos de MORENA a regidores, diputados y presidente municipal por Matamoros. Este hecho, sin lugar a dudas, es un reconocimiento tajante y contundente del papel que está realizando el MOM 20/32 en la lucha política en el Estado de Tamaulipas para conquistar una vida digna a favor de los oprimidos.         

Una elección de clase

Esta elección no se desarrollará en un contexto de paz social, de desarrollo capitalista o en un régimen político estable. Todo lo contrario, atravesamos una de las crisis económicas más grandes en la historia de un sistema que no tiene nada que ofrecer a los trabajadores, en donde el imperialismo norteamericano está perdiendo su hegemonía en diversas partes del mundo, donde por primera vez en la historia tenemos un gobierno que es considerado por millones de oprimidos como suyo y a su ordenanza. Con base en ese contexto lo que pase o deje de pasar en la maquila en Matamoros y toda la frontera norte es un elemento importante. Esta región alberga a una nueva generación de trabajadores forjados en el explosivo crecimiento de la industria maquiladora y ha demostrado tener una enorme combatividad.

Más del 90% de la industria instalada en esa ciudad fronteriza es extranjera y el 63.3% es estadounidense. A la oligarquía no le da igual un gobierno obrero a un gobierno títere en la región, más aún, cuando estos obreros y obreras se han forjado en la lucha proletaria reciente.

Por eso este hecho no pasa desapercibido por nadie, ni por los empresarios, ni patronal, ni charros, ni la derecha agrupada en sí por México ni a la derecha dentro de MORENA. Estas candidaturas, alientan a las y los miles de obreros que derrotaron a la patronal hace dos años, a continuar luchando, retomar aliento, confiar aún más en sus propias fuerzas y gritar con más fuerza: ¡Sí se puede!

La organización, la concientización y la discusión en las colonias y centros de trabajo sobre la participación de las y los obreros en la política del país, es decir, la irrupción de obreras y obreros “normales” en un campo dominado por la burguesía y sus representantes en la política, es muy peligroso para sus intereses.

La clase dominante ha hecho de todo para frenar y desarticular el MOM 20/32, porque sin duda son un obstáculo mayúsculo para sus planes en la región y están motivando a otras luchas en diversas partes del país, y ahora se enfrentan a una nueva ofensiva de este movimiento en el terreno electoral.

Los obreros del movimiento han reconocido muy bien lo que la pandemia ha revelado con claridad: Las cosas nos pueden seguir marchando igual. Desde el punto de vista de la burguesía sus beneficios deben acrecentarse incluso en medio de la pandemia, sin embargo, lo que ellos llaman beneficios, nosotros lo llamamos explotación, donde ellos ven riesgos necesarios nosotros vivimos muertes de familiares y compañeros por COVID-19, donde ellos ven normalidad y felicidad, nosotros vivimos barbarie y miseria, es por eso que estas elecciones tienen un carácter de clase: o forjamos una organización obrera fuerte que logre llegar al poder levantando un programa revolucionario en beneficio de los oprimidos o sigue gobernando la burguesía de una manera aún más criminal.

¿MORENA 20/32 es un avance o un retroceso?

La entrada de un movimiento organizado de obreros dentro de Morena para pelear candidaturas que busquen beneficiar a la clase obrera, es un acierto total. Solamente elementos alejados de la realidad obrera, verían como un retroceso este paso en la lucha de clases.

En contradicción, los trabajadores lo ven y asumen con alegría y entusiasmo, porque estas candidaturas son producto de su lucha. Saben que el sindicalismo aún siendo independiente y de izquierda es insuficiente para continuar la batalla, que, si pretenden conservar las victorias obtenidas y parar la persecución a sus dirigentes, como la que sufre Susana Prieto, sólo podrán conseguirlo a través de un gobierno obrero. Nadie mejor que ellos sabe lo que el pueblo trabajador necesita y están decididos a luchar por ello como lo reafirmaron en la plaza.

De paso, la entrada de este poderoso movimiento a la estructura de Morena, puede convertir en realidad lo que muchos militantes esperan, que Morena se convierta en una herramienta en manos del pueblo que le dio vida y lo llevó a la presidencia. Otro gran acierto.

Esta acción es la que MORENA debe replicar en todas sus candidaturas y en su actuar, ligarse, participar y alzar la lucha del pueblo. Por supuesto no se nos olvida que este acercamiento ha llegado tarde, las y los obreros han hecho un sinfín de llamados a que se les voltee a ver. Que sean ellos quienes integren y definan la política del partido. Hemos denunciado infinidad de ocasiones el papel arribista y oportunista de gentuza como La Borrega, miles de veces las y los obreros se han desgañotado en gritos en los mítines exigiendo congruencia ¿Por qué entonces tenemos a la Borrega como presidente municipal? ¿Por qué no se volteó a ver a los obreros antes? ¿Por qué durante las huelgas del 2019 Monreal presionó para el levantamiento de las mismas? La respuesta es clara, al sector de derecha del partido, que lamentablemente ahora tiene la dirección, no le interesa en lo absoluto el acercamiento con los sectores en lucha, y no solo eso, los repelen y los golpean.

En cambio, las bases y muchos compañeros de lucha que se han integrado al partido observándolo como una vía para transformar esta realidad, saben que el camino para forjar un partido auténticamente de izquierda y combativo es participando dentro de él activamente y que a su vez este partido replique y respalde sus luchas. Sin embargo, no somos ingenuos y sabemos que es período de elecciones y Mario Delgado juega a dos bandos, por un lado, admite este tipo de acercamientos y por otro lado permite aberrantes candidaturas como la de Salgado Macedonio en Guerrero, se trata de típicas maniobras oportunistas para ganar posiciones en el norte del país, pero precisamente por ello tenemos que ser muy conscientes de romper con todos los vicios de la política burguesa e impulsar métodos e ideas de nuestra clase.  

Ellos podrán ver en nosotros una oportunidad de ganar votos y vencer a la derecha para posicionarse burocráticamente, pero para nosotros el sacar a la derecha de Matamoros va más allá de rivalidades partidistas. Significa frenar al crimen organizado, continuar el avance del derribo del charrismo sindical, poner las herramientas estatales al servicio del pueblo pobre. Esta lección puede ser un escalón más para fortalecer y extender nuestra lucha, utilizar esta victoria para llevar a cabo una política que ponga fin a las dramáticas consecuencias de la crisis capitalista.

Las luchas nos han enseñado que no podemos cambiar los intereses de los patrones, los charros y burgueses trasnacionales, estos meses nos han demostrado que son ellos o nosotros, que no podemos confiar en los empresarios, en los patrones, en los políticos chapulines, ni en los charros por muy rojos que se vistan. Las huelgas nos han enseñado también que nadie nos regala nada, que todos los derechos se los hemos arrebatado a la clase explotadora mediante la lucha organizada, independientemente del resultado electoral, la lucha en las calles, no debe abandonarse.

Ninguna transformación social profunda, ni siquiera ninguna reforma progresista ha sido posible sin la movilización de la clase trabajadora y de la juventud en las calles, sin una lucha directa contra la burguesía, que siempre se resistirá a cualquier cambio que ponga en entredicho sus privilegios y su poder.

La clase obrera puede gobernar

El levantar un programa de clase, revolucionario y combativo, es decir,  una alternativa anticapitalista, lejos de “asustar” a la gente es el mejor medio para aislar política e ideológicamente a la burguesía y a la derecha, para cohesionar a todos los sectores oprimidos de la sociedad en torno a un programa de cambio social, para derrotar a la derecha en las próximas elecciones y crear las condiciones más favorables para hacer frente a la ofensiva de la burguesía contra un eventual gobierno del MOM 20/32, junto a la izquierda que lucha, y que aspire a defender los intereses de la mayoría

Por supuesto muchos apuestan que de ganar las y los trabajadores las candidaturas y posteriormente las elecciones serán cooptados por la burocracia y aturdidos por el trabajo legislativo y parlamentario. Otros vaticinan que la ingenuidad e inexperiencia jugará un papel en contra, apostando a descarrilar los ánimos de lucha y combatividad de estas obreras y obreros. Todos esos riesgos efectivamente existen, pero no son una predicción irremediable, sí hay alternativa, y una política en beneficio de las y los trabajadores y es totalmente posible de llevar acabo.

Para combatir todos estos riesgos, MORENA 20/32 no puede dejar de vincularse e impulsar la lucha organizada y fabril, debe extenderla y fortalecerla, usar este altavoz para dar a conocer la lucha obrera en cada rincón del país y llamar a seguir su ejemplo. No debe abandonarse la movilización, no podemos creernos el cuento de que si ganamos ya todo se reduce a votos en las cámaras y presentar leyes, si bien se pueden presentar reformas progresistas estas deben acompañarse con la movilización y la lucha en los centros de trabajo y sindicatos, gobierne quien gobierne los derechos se defienden en la calle y con la movilización.

También es necesario trasladar otra gran tradición democrática del movimiento al terreno legislativo: la discusión asamblearia. El mejor control para evitar que el ambiente burocrático de las instituciones burguesas contaminen el movimiento, es que exista control asambleario de los representantes obreros.

Las y los trabajadores de base son los que han forjado MORENA, a pesar de que el partido ahora nos busque en periodo electoral y nos olvide por los siguientes tres años, somos los oprimidos que, a lo largo de este tiempo en las batallas contra la derecha y sus ataques, hemos tratado de forjar en nuestra lucha constante por trasformar la sociedad esta herramienta de organización y lucha.

Claro, el partido ha sido cooptado por infinidad de arribistas y la derecha se ha infiltrado hasta la cocina, por eso, estas candidaturas son una vía para enarbolar que se puede construir un partido de y para el pueblo, en donde sus candidatos y sus integrantes deben ser el pueblo que lucha.

Es correcto entrar a participar en estos ejercicios, siempre y cuando la democracia burguesa no nos use para domesticarnos y hacernos creer que bajo sus leyes y reglas se puede transformar una sociedad en beneficio nuestro, sino más bien nosotros usar estos espacios para impulsar un programa anticapitalista y una metodología totalmente distinta dentro y fuera del parlamentarismo y gestión política de la burguesía y sus partidos.

Democracia obrera y control público de los recursos

Para organizar a la población en asambleas y comités de participación y de lucha, el primer requisito es que la dirección política (MOM 20/32) quiera luchar de forma coherente y emprenda iniciativas políticas que den respuesta a las necesidades sociales, estas medidas inevitablemente chocarán con los intereses de la burguesía. Por eso no podemos dejar de movilizarnos.

Los métodos de la democracia obrera, asamblearia, exige el mayor contacto, información y discusión política con el pueblo. Las posiciones políticas de nuestros candidatos, las decisiones en todos los campos y el reparto de tareas se realizan abiertamente en las reuniones. Esta es la única manera no sólo de fortalecer a los candidatos obreros, sino también de acrecentar y desarrollar al movimiento obrero en general.

Nuestra organización es una herramienta al servicio de la clase en su conjunto y una herramienta de lucha y de transformación social. Debemos transformar la administración burguesa, que actualmente no es otra cosa que un poder por encima y divorciado del pueblo, que sólo sirve a una minoría de privilegiados, en un instrumento de la clase obrera al servicio de los trabajadores, los jóvenes y los sectores más desfavorecidos.

Sólo con el máximo rigor y entusiasmo, con los métodos de la democracia obrera, de la participación activa y consciente de los trabajadores en la toma de decisiones y en la organización del trabajo es posible abordar la tarea gigantesca de gobernar para los oprimidos y conseguir, al mismo tiempo, que se respeten los derechos laborales y salariales.

Un programa revolucionario para MORENA 20/32

No debemos aceptar ni acatar una política antiobrera, o ataques a los más débiles. No nos resignamos al argumento falso e interesado de que son necesarios más sacrificios para salir de la crisis, cuando las grandes multinacionales despiden a miles de trabajadores a pesar de tener grandes beneficios. Desde Izquierda Revolucionaria no sólo saludamos esta nueva etapa en el MOM 20/32 sino que pondremos todo lo que esté en nuestras manos para hacerlo vencer como parte de un eslabón más en nuestra lucha contra este sistema.

El programa de reivindicaciones es fundamental en cualquier lucha, pero es especialmente importante y una guía en el ámbito parlamentario. El programa que debemos enarbolar desde MORENA 20/32 debe reunir un conjunto de mejoras y reformas concretas en todos los ámbitos sociales, pero, sobre todo en una época de crisis, donde la patronal y los grandes empresarios se empeñan en reducir y recortar los derechos y las condiciones de vida de las familias trabajadoras, los trabajadores deben encontrar en el MOM 20/32 y su programa político una alternativa y un referente de lucha y movilización para transformar de fondo este sistema, con un programa socialista:

  • La aprobación de un decreto federal de control estatal total de la salud privada. Obligar a todos los establecimientos privados que se están frotando las manos para enriquecerse en el paso de la contingencia, a dar atención gratuita, para así poder contar con las instalaciones y personal que pertenece a este sector. Si no acceden, se deberán plantear sanciones por lucrar con el derecho humano a la salud. Las familias no podemos cargar con los enfermos sean graves o no, debe haber espacios dignos para poner en cuarentena a todos los que lo necesiten.
  • Inyección de emergencia de recursos equivalentes al 10% del PIB a la salud pública, apenas necesario para sobrellevar la crisis sin descuidar el resto de los padecimientos y programas de salud pública.
  • Contratación inmediata de al menos 270 mil profesionales de la salud, para cubrir el déficit que se tiene actualmente y eso tan sólo para el seguimiento regular. Es decir, las contrataciones deben ser permanentes y el salario igualitario entre hombres y mujeres del mismo puesto, a igual trabajo, igual salario. Debe haber suficiente personal para que se asegure su rotación y un ambiente seguro y libre de violencia machista; sustitución inmediata de los acosadores o abusadores en el medio médico.
  • Poner a disposición los hoteles y centros vacacionales para los enfermos no graves, con personal capacitado y bien protegido.
  • Por un Plan de Rescate a la Educación Pública para adecuar y abrir las escuelas lo antes posible con las medidas sanitarias necesarias, y la construcción de nuevos centros escolares de todos los niveles para combatir el hacinamiento frente a la pandemia y para el futuro.
  • Pruebas masivas, al menos 20 mil por día a toda la población, priorizando a la de mayor riesgo de contagio y/o de agravamiento en caso de ser portador. Sin listas de espera ni selectividad rigurosa para su aplicación, realizar un procedimiento más eficiente de rastreo de contactos y aportar los kits médicos necesarios.
  • Paralización inmediata de toda la actividad productiva que no sea esencial para luchar contra la pandemia. El Gobierno debe garantizar por ley que todas las trabajadoras y trabajadores de fábricas y empresas que no sean esenciales estén en casa con el 100% del salario, que todos sus empleos sean respetados y que no se pierde ningún derecho laboral.
  • Aquellas empresas que se nieguen a cumplir con este decreto deben ser expropiadas, nacionalizadas y ponerlas bajo control democrático de las asambleas obreras.
  • Para los trabajadores de las empresas esenciales Gobierno y empresas deben proporcionar todos los medios de protección sanitaria necesaria (guantes, mascarillas, uniformes, equipos…), mandar a casa a los trabajadores y trabajadoras en situación de riesgo. Limpieza y desinfección continua de todas las herramientas de trabajo; test para detectar el coronavirus; descansar a compañeros que tienen familiares dependientes; imponer penas económicas muy severas para los empresarios que incumplan estas medidas.
  • Ningún despido o “descanso voluntario” al amparo del coronavirus. ¡No pagaremos su crisis con nuestros empleos! Ninguna reducción salarial, ningún derecho menos. Que la Secretaria de Trabajo establezca un servicio gratuito de asistencia legal para todas y todos los trabajadores que sí sirva, de cara a evitar el completo desamparo, como ya está ocurriendo, frente a las decisiones de la patronal y sus grandes bufetes de abogados ¡Que los empresarios pongan su parte de todos los beneficios acumulados estos años! ¡Que se devuelva el dinero de los rescates patronales y bancarios!
  • Aplicar el subsidio de desempleo a toda la población que lo necesite en base al salario mínimo fijado ¡Ningún trabajador sin sueldo!
  • Las empresas que aleguen no poder mantener esta responsabilidad con los trabajadores, deben hacer públicas sus cuentas y ceder sus instalaciones a la gestión del Estado y los trabajadores.
  • Precios bajos fijos de los productos de la canasta básica para la vida diaria de las familias trabajadoras y persecución contundente de la especulación. ¡Basta de que las grandes cadenas de supermercados y las multinacionales del sector alimentario se hagan ricos!
  • Asegurar los derechos laborales de todos los trabajadores, sindicalizados o no, otorgando permisos pagados a cabezas de familia o trabajadores con dependientes económicos, y asegurar que puedan trabajar desde casa mientras dure la pandemia.
  • Asegurar la libertad de expresión, la pandemia no puede significar un discurso de “unidad” hipócrita con los que pretenden explotarnos, aprovechándose de la contingencia para incrementar sus ganancias, los empresarios no son nuestros aliados, y debemos mantener nuestro derecho a movilizarnos y luchar por defender nuestros derechos aún, pese y sobre todo por la contingencia ¡Todos y todas a la huelga este 8 de marzo!
  • Suspensión temporal del pago de la renta, electricidad, agua, gas y servicios de telecomunicaciones para las familias trabajadoras que lo necesiten. Movilizar los recursos públicos para asegurar la alimentación y una vida digna para toda la población en riesgo: comedores públicos gratuitos, incremento drástico en la dotación material y humana de los servicios sociales.
  • Paquete de protección social que suspenda el pago de rentas, y de todos los servicios públicos, suspendiendo cortes de luz o agua para dar protección a más de 50% de la fuerza laboral que vive al día. Duplicar los refugios gratuitos y en buenas condiciones para mujeres y sus hijos víctimas de violencia.
  • Sindicalización democrática, combativa y con un programa de clase para todos los trabajadores. ¡Basta de charrismo sindical! Basta de convertir a los trabajadores en moneda de cambio para beneficio de unos pocos burócratas al frente de los sindicatos charros.
  • Derogación de todas las reformas estructurales, eliminar el outsourcing que vulnera entre otros, el derecho a la seguridad social de las y los trabajadores.
  • Créditos de vivienda y programas de empleo para romper la dependencia económica.
  • Licencias laborales con goce de sueldo para trabajadoras que sufran violencia doméstica.
  • Es fundamental para sortear la crisis sanitaria actual y las futuras, nacionalizar todo el sistema de salud, la banca, la industria farmacéutica y las empresas esenciales para poner los recursos gigantescos del sector financiero y estatal al servicio de las necesidades sanitarias y sociales de toda la población. Un derecho tan básico como la salud no puede ser negocio para nadie ni estar en manos de los intereses de unos pocos.

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