Es inevitable negar que el capitalismo se encuentra en una profunda crisis, síntomas hay por doquier. En primer lugar, las contradicciones en su aparato económico son desde hace 18 meses enormemente críticas; por ejemplo, hace apenas unas décadas se daban golpes de pecho porque el Estado se involucraba demasiado en la economía; hablaban del libre mercado, de la auto regulación del mercado. Ahora piden a gritos que el Estado, no sólo meta las narices en la economía sino que meta las manos al fuego para su rescate, rescate que por cierto ha sido bastante caro, y para muestra hay que preguntarle a los trabajadores estadounidenses, pues el gobierno de aquel país, les sirvió con la cuchara grande a Ford, Chevrolet y Chrysler, sólo por mencionar a la industria automotriz. Pero ejemplos como esos hay muchos a lo largo y ancho del mundo capitalista. Es lo que mejor les sale a los capitalistas, cargarles la crisis a los trabajadores, que como siempre en periodo de crisis tienen que ajustarse el cinturón, para que a la clase gobernante y a los grandes empresarios no les falte nada.
En segundo lugar, el capitalismo ya ha dejado atrás su papel progresista, históricamente ahora es un estorbo para el desarrollo de las fuerzas productivas —la ciencia, la tecnología y todo aquello que permite que la sociedad usufructúe a la naturaleza para su bienestar— y por tanto para el avance de la humanidad, el capitalismo ya no es capaz de desarrollarlas al nivel que la humanidad lo necesita, es decir, destruye mucho más fuerzas productivas que las que genera. Una vez dicho esto, también es cierto que no existe una crisis terminal, última, del capitalismo; esto es, en la medida que la burguesía no es derribada como clase dominante, el capitalismo se recupera de sus crisis sólo a costa de arrancar conquistas a los trabajadores del campo y la ciudad y a costa de depauperar a la sociedad, la salud, la educación, la infraestructura, etc. Por tanto, en tercer lugar, asistimos a una tendencia histórica de la curva del capitalismo en la que cada vez que se recupera de una crisis, el auge o boom suele ser menor y la crisis siguiente suele superar a su antecesora, en su duración y en su severidad. Aumentando el desempleo, la inseguridad, criminalizando a la juventud, es horror sin fin, diría Lenin. Y la historia es testigo de que así es.
México y Puerto Rico, el mismo día hubo grandes luchas
En los últimos meses del año pasado y los que van de este 2009, la clase trabajadora ha sido victima de un sin fin de ataques, alza en los precios de la canasta básica, reducción del horario de trabajo con su respectiva reducción del salario, y eso en el mejor de los casos, porque en el peor, los trabajadores son arrojados a la calle, con una mano delante y una atrás. Se les despide o se destruye la fuente de su trabajo, así nada más.
Y ejemplos hay muchos, pero ahora sólo consideremos uno que a la vista resulta algo atractivo: el día 15 de octubre del año en curso en México se realizó una marcha para repudiar la extinción de Luz y Fuerza Del Centro, y por ende, la desaparición del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) a la que se sumaron diversos sindicatos, organizaciones sociales, estudiantes y etcétera, etcétera. La radio, la prensa y la televisión, se dedicaron a mentir sobre la cantidad de manifestantes, que si eran 80,000, que fue menor a la esperada, y una sarta más de mentiras y calumnias, que no significan otra cosa que miedo. Pero en fin, que más da hablar de esos “periodistas”, la que es importante a resaltar es que, mientras en México se realizaba dicha marcha, que superó en muchos miles a las cifras oficiales, en otra parte del continente se realizaba un paro nacional: en ¡Puerto Rico!
La clase trabajadora sale a la lucha en Puerto Rico: Exitoso paro
Ya para nadie es extraño hablar de la crisis que actualmente vive el sistema capitalista, asimismo se sabe que ningún rincón en el mundo se salva de la turbulenta crisis capitalista, tal es el caso del Estado Libre Asociado de Puerto Rico el cual se encuentra al borde de la bancarrota en sus finanzas públicas. Frente a la crisis económica poco le ha servido a la isla ser un Estado Libre Asociado de la nación capitalista más poderosa, los Estados Unidos. Basándose en ese estatus el gobierno puertorriqueño de Luis Fortuño ha pedido a la administración de Obama asistencia federal, debido a su lucha contra un déficit presupuestario para 2009 de 3 mil 200 millones de dólares.
Y como siempre tal déficit está siendo cargado a las espaldas de los trabajadores, pues el gobernador ha fijado un objetivo de ahorros de 2 mil millones de dólares, “promulgado serias medidas de austeridad”, como despedir a casi 17 mil trabajadores gubernamentales tan sólo en la primer semana de octubre, que sumarían 25 mil en lo que va del año, para supuestamente frenar el efecto del déficit que enfrenta Puerto Rico. Es más, se pronostica un 5.5% de declive en el producto interno bruto (PIB) este año, seguido por un 0.7% de incremento el año que viene, con una tasa de desempleo que ascendió a 15,8% en septiembre. Y por si fuera poco en los últimos meses el gobierno ha decretado órdenes de desalojo en las comunidades pobres, brutalidad policial y desmantelamiento de iniciativas comunitarias como el Fideicomiso del Caño Martín Peña.
Y debido a los tales medidas y la postura negativa del gobernador que dice que no hay marcha atrás en los despidos de todos esos servidores públicos, las diversas fuerzas sociales en Puerto Rico se sumaron a la convocatoria de los sindicatos a un “paro nacional” el pasado 15 de octubre de 2009 en repudio a la política neoliberal, elitista y antiobrera del gobernador y contra el plan de despidos del empleados públicos. La convocatoria de huelga estuvo respaldada por
Por otra parte los estudiantes también decidieron salir a defender los empleos, por ejemplo los alumnos de
También los trabajadores públicos de Puerto Rico protestaron por los despidos en instituciones del gobierno causando interrupciones en los servicios de algunas agencias oficiales, comercios y escuelas. Por su parte los conductores de camiones cortaron el tráfico en protestas durante la mañana del jueves 15. La Hermandad de Tronquistas, logró junto a otros sindicatos una baja tal en la actividad portuaria que en horas de la tarde no se movían las grúas ni se notaba salida de camiones.
Los manifestantes se congregaron desde temprano en diferentes puntos del área metropolitana de San Juan y marcharon por las principales avenidas hasta converger en el principal Centro Comercial de Puerto Rico, la Plaza Las Américas, que fue cerrado debido a que el Paro Nacional se conglomeró frente a sus instalaciones. El paro general y la masiva protesta, concentró a más de 200 mil personas en la capital San Juan.
Ante la gran movilización de los trabajadores, estudiantes y organizaciones sociales, el gobierno puertorriqueño como el estadounidense han demeritado la asistencia al paro y aunque el presidente de
Los sindicatos puertorriqueños advirtieron al gobernador, que enfrentará una huelga general si no revierte el despido de más de 25 mil trabajadores del sector público y echa para atrás sus políticas antiobreras, de entre las que destacan la eliminación de 40 agencias y el uso de miles de millones de dólares del Tesoro para invertir en negocios de privatización de proyectos y “servicios públicos”.
Fermento en Centroamérica y el Caribe
La clase trabajadora puertorriqueña ya ha demostrado su capacidad de lucha ante los ataques que sufren, han demostrado valor y entereza, al desafiar además de su gobierno también al estadounidense, además ya han señalado el camino que seguirán si el gobernador no echa para atrás las medidas adoptadas para cargarle sobre la espalda a los trabajadores la crisis de los capitalistas.
La huelga es una de las principales armas de la clase trabajadora para luchar por sus derechos, pero ante todo, una huelga tiene un efecto y es a la vez un indicador del nivel de consciencia de los trabajadores, quienes se ven obligados a luchar llevados por la necesidad de responder a la acumulación de ataques, que en un momento determinado se tornan insoportables. El pueblo trabajador puertorriqueño ha salido a la lucha, demostrando su capacidad de lucha y organización. Puerto Rico es un indicador del contagio del fermento político que se ha detonado con el golpe de estado de la oligarquía hondureña y el imperialismo estadounidense, contra el presidente Zelaya.
Por la restitución de los trabajadores despedidos en Puerto Rico
Por la unidad de las luchas en Centroamérica y el Caribe