El pasado sábado 29 de enero un grupo de ex trabajadores de la empresa Motor Coach Industries (MCI) cerrada desde febrero del 2003 se dirigían a dicho fábrica ubicado en el centro industrial de Ciudad Sahagún, Hidalgo, para impedir el desmantelamiento de la misma y la sustracción de maquinaria por parte de los patrones. El objetivo de los obreros era tomar la fábrica como una medida de frenar los intentos de los propietarios de la empresa por evadir su responsabilidad en el pago del finiquito de los trabajadores y los acuerdos adquiridos con estos tras el cierre de lo que fuera una armadora de camiones.
La acción de los trabajadores estuvo orientada ante las intenciones de los propietarios, Pacific Internacional Development (PID), de extraer la maquinaria de la fábrica que habían sido adjudicados a los trabajadores como garantía para el pago de sus liquidaciones. Pero desde febrero del 2003, fecha en fue cierre de la factoría, la empresa adeuda a mil trescientos trabajadores una cifra estimada de siento setenta millones de pesos de los cuales sólo ha cubierto diez millones.
A pesar de que los trabajadores han llevado su lucha por el medio legal, recurriendo a las instancias correspondientes para forzar el cumplimiento de las obligaciones que la empresa tiene con ellos, son ya cerca de diez años en los que Pacific Internacional Development ha recurrido a un sinfín de trabas para eludir sus deberes. Según el representante de los trabajadores, Artemio Vázquez Peña, el conflicto se agravó "a partir del 17 de abril del 2010, cuando el multicitado empresario Samuel, se declara dueño absoluto de la planta MCI, y pretende ignorar los derechos de los ex trabajadores. Lo más grave del caso es que comenzaron a saquear la fábrica, llevándose maquinaria y refacciones, además de desmantelar las instalaciones, extrayendo todo el cobre de los ductos, entre otros valores". Lo anterior fue el motivo por el cual los trabajadores de MCI se reunieron para tratar este punto, decidiendo trasladarse a las instalaciones de la fábrica para corroborar esta situación.
Ante ello los trabajadores tomaron la iniciativa de ocupar la fábrica para con ello evitar el saqueo de la maquinaria. La ocupación se ha dado en términos de la defensa de los legítimos intereses de los trabajadores para que fueran liquidados y las deudas de la patronal hacia ellos fueran saldadas. Ello es muestra no solo de lo irreconciliables que son los intereses que tenemos los trabajadores con los intereses que tiene la burguesía, sino incluso evidencia que en esta sociedad los únicos indispensables somos los trabajadores. Somos nosotros quienes creamos con nuestro trabajo todos los productos necesarios para que la sociedad se siga desarrollando. Esa ha sido la razón principal por la que los dueños, auspiciados por el gobierno, han actuado de forma tan violenta pues temen que los trabajadores los echemos de una vez por todas de las fábricas, pues en ellas no son necesarios.
En esta ocasión el intento de saqueo por parte de la patronal se ha convertido en el asesinato de por lo menos dos trabajadores, José Matilde Cotonieto Sánchez y Alejo Ortega Rosas, a los que se suman nueve heridos, todos ellos víctimas a tiros de los guardias contratados por la empresa para repeler el intento de los trabajadores por tomar la fabrica cerrada.
Lo anterior demuestra la avaricia de la burguesía sedienta de ganancias a toda costa en este caso representada por Manuel Samuel Castro quien además de ser el apoderado legal de MCI es también quien estuvo al mando del grupo armado que disparará contra los trabajadores. Pero a ello se agrega la complicidad del gobierno local, estatal y federal que desde que iniciara el conflicto han hecho caso omiso de las irregularidades que se han presentado en el caso.
La burguesía y su Estado representado por Calderón y por el gobernador de Hidalgo, José Francisco Olvera Ruiz, son responsables de la muerte de estos dos trabajadores. Los asesinatos de los obreros de Motor Coach Industries se suman a la larga lista de actos de represión y barbarie contra diferentes luchadores sociales, mismos que han dejado como saldo la muerte Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, ambos estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapan, la del profesor y dirigente sindical de Oaxaca, Rafael Vicente Rodríguez Enríquez, y la del militante de la UCIDEBACC, Bonifacio Cruz Reyes, por tan sólo mencionar algunos casos entre los más recientes.
Desde Militante creemos que la forma en la que han actuado los trabajadores de MCI para evitar el latrocinio del que eran objeto ha sido ejemplar pues ha evidenciado, aunque lamentablemente con la vida de compañeros trabajadores, claramente a los dueños como ruines asesinos y la clase a la que defiende el gobierno local, federal y estatal. Creemos que solo la lucha decidida contra nuestros explotadores puede ser una alternativa para defender nuestras condiciones de vida pues de lo contrario solo seremos carne de cañón. El control obrero de las fábricas es no sólo una medida para evitar el saqueo de los patrones, incluso es una método con el cuál los trabajadores podemos hacer funcionar las fábricas e incluso integrar a más compañeros obreros mediante la reducción de la carga de trabajo y de la jornada laboral sin reducción de suelo. Es decir el control obrero es también una forma de llevar la lucha para mejorar nuestras condiciones de vida y combatir al desempleo, los obreros sabemos como funciona la maquinaria y como producir. Somos pues los indispensables en las fábricas y podemos hacerlas funcionar sin patrones.
El ejemplo de MCI es una luz para el conjunto del movimiento obrero para enfrentar y defenderse de los ataques de la burguesía y el gobierno. La ocupación de fábricas debe ser un método a seguir, en lugar de impulsar métodos individuales como la huelga de hambre. Es indispensable que nuestras luchas se orienten por métodos colectivos de lucha pues el problema al que nos enfrentamos los trabajadores no es individual sino colectivo: la explotación capitalista.
Pero además de seguir su ejemplo es indispensable que saquemos lecciones de está lucha, que ha cobrado la muerte de compañeros, pues solo así podremos prepararnos contra nuevos ataques. La ocupación de fabricas es un paso significativo para impedir que se vean mermadas nuestras condiciones de trabajo y vida, pero sin un programa claro de a donde orientar la lucha la ocupación tarde o temprano se transformara en un lastre para el movimiento mismo pues será la razón de cansancio y apatía de compañeros, es decir si la ocupación de una fábrica no se da bajo la perspectiva de extender esta forma de trabajo al conjunto de la sociedad tarde o temprano seremos derrotados. En otras palabras si la ocupación no se desarrolla bajo líneas socialistas que permitan integrar a más compañeros a los centros de producción mediante la redistribución del trabajo, la reducción de la jornada laboral sin la disminución del sueldo y eliminado la propiedad privada, la ocupación se transformara en su contrario. Solo bajo un programa socialista que se plantee abiertamente la expropiación de los medios de producción sin indemnización y su control por parte de los trabajadores podremos desarrollar el control de los centros de trabajo.
Los trabajadores, y el conjunto de explotados somos sometidos no solo a ínfimas y primitivas condiciones de vida con salarios pobres, sino que además somos reprimidos ante cualquier intento por detener las arbitrariedades en nuestra contra. Por ello la lucha de los trabajadores de MCI, no es sino la lucha del conjunto de la clase trabajadora por defender y mejorar sus condiciones de vida ante los ataques de la burguesía y sus gobiernos. En ese sentido es indispensable que AMLO, el MORENA, el PRD, los sindicatos independientes y las centrales obreras combativas como la UNT se manifiesten contra estas acciones que representan ataques abiertos contra el conjunto del movimiento obrero y social. Además de ello es necesario que llamen a la solidaridad con los trabajadores de MCI, no solo mediante declaraciones sino con recursos materiales y humanos para que la lucha que los trabajadores encabezan llegue a buen puerto e incluso llamen a la movilización en repudio de este tipo de actos.
La lucha que los trabajadores damos por mejorar nuestras condiciones de vida y defendernos de los ataques de la burguesía y su gobierno no es una lucha aislada ajena a otras luchas. Por el contrario la lucha que en cada centro de trabajo se desarrolla para frenar los ataques es la lucha por defender al conjunto de trabajadores, es decir es una lucha en defensa de la clase obrera en su conjunto, pues frenar los ataques en una fábrica es detener ataques similares en cualquier otra fábrica. Es por ello que los trabajadores tenemos que dar una lucha conjunta con otros trabajadores. La unidad en la acción es la única forma en la que los trabajadores podremos frenar la violencia de la burguesía en nuestra contra, pero ello solo será resultado de enarbolar un programa claro de lucha en donde las reivindicaciones sobrepasen los límites de una empresa o fábrica y se conviertan en reivindicaciones para el conjunto de los trabajadores. Solo evitando el aislamiento podremos llevar nuestras luchas a la victoria, solo así podremos prevenir las maniobras de la burguesía para que seamos nosotros quienes paguemos lo platos rotos de un festín al cuál no hemos sido invitados. En ese sentido nuestros dirigentes sindicales así como los dirigentes de las centrales obreras independientes, tienen que tener claro que su tarea es la de organizar la lucha del movimiento obrero en su conjunto, ellos son los responsables de que una lucha triunfe o sea derrotada.
La crisis actual del capitalismo es la base para el recrudecimiento de más agudos ataques contra nuestra clase, por ello mismo es indispensable que luchemos por recuperar nuestras organizaciones tradicionales, como los sindicatos y el PRD, para ponerla al servicio de nuestras luchas. Solo organizando la lucha y la solidaridad podremos no solo detener los ataques sino lanzar una ofensiva contra estos para recuperar y mejorar nuestras condiciones de vida que solo serán posibles en la medida en que luchemos por una sociedad en donde los trabajadores no seamos carne de explotación sino los creadores de nuestro propio destino: una sociedad socialista.
¡¡¡José Matilde Cotonieto Sánchez y Alejo Ortega Rosas, viven: La lucha sigue!!!
¡Castigo a los responsables, cárcel para Manuel Samuel Castro!
¡La crisis del sistema no tiene solución, la única salida es la Revolución!
¡Fábrica cerrada, fábrica tomada!