¡Huelga general contra la imposición de Peña y contra la reforma laboral!
La clase trabajadora y la juventud vivimos momentos decisivos para nuestro futuro. La burguesía, por medio de sus partidos de derecha, no ha acabado de consolidar el fraudulento triunfo electoral de Peña Nieto cuando ya alista el siguiente puñetazo a la cara de los trabajadores: la reforma laboral.
La clase dominante es consciente de la volatilidad de la situación; sabe que no está dicha la última palabra respecto a la imposición del PRI en la presidencia a pesar de la parálisis de los dirigentes de la izquierda que no han llamado a la movilización contra el fraude ¡a 11 días de haberse realizado las elecciones!. Ante la actitud timorata de AMLO y los dirigentes sindicales, la derecha pretende apabullar a la clase trabajadora; su táctica es consolidar el primer golpe asestando el segundo.
Los dirigentes de las organizaciones de izquierda tienen que reaccionar de inmediato; la clase trabajadora tiene la fuerza para derrotar a la derecha siempre y cuando los sindicatos se sumen decidida y consecuentemente a la lucha contra la imposición de Enrique Peña Nieto (EPN) convocando a la huelga general contra la imposición de EPN y contra la reforma laboral que ya pretenden aprobar.
Los sindicatos tienen que asumir una postura decidida contra el fraude
De manera totalmente correcta algunos de los sindicatos con mayores tradiciones de lucha se pronunciaron, antes de las elecciones, a favor del voto hacia AMLO; así lo hicieron el ala democrática del sindicato de profesores (CNTE), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el sindicato de tranviarios y, de manera destacada, el sindicato minero, otrora bastión histórico de votos priístas que terminó por asumir el apoyo claro y franco hacia la candidatura de la izquierda.
A pesar de la enorme presión y control sobre la priísta CTM, incluso dentro de ella, se supo de dirigentes que decidieron romper con la línea oficial y promover abiertamente el voto hacia Andrés Manuel. Ello ocurrió, por ejemplo, con dirigentes de la CTM de Acapulco Guerrero del ramo de la construcción, gastronomía y profesores, mismos que fueron expulsados de la central. Si bien este no fue un fenómeno generalizado sí ejemplifica la presión que subyace en las filas de los sindicatos corporativos. Más significativo es esto si tomamos en cuenta que la política de AMLO es en extremo general hacia las organizaciones obreras que están bajo el control corporativo del PRI.
En este sentido resulta de especial importancia la actitud de los sindicatos vinculados históricamente con la izquierda, dado que son ellos los que marcan la pauta de lucha para el conjunto de sindicatos del país. Más aún tenemos que señalar que algunos de los dirigentes sindicales más importantes del país, como Francisco Hernández Juárez, secretario general de la UNT y del sindicato de telefonistas, tiene vínculos orgánicos con los partidos de izquierda: concretamente con el PRD. Hernández Juárez, por ejemplo, es actualmente diputado federal por el PRD, de lo que se tendría que desprender que promoviera una actitud totalmente combativa al interior del partido y del sindicato de cara a luchar contra el fraude electoral. Lo mismo ocurre con Agustín Rodríguez, dirigente del sindicato de trabajadores de la UNAM, el cual también ha sido diputado federal por el PRD.
Desafortunadamente, una vez que han pasado las elecciones y el correspondiente fraude, los dirigentes sindicales no han dicho ni una sola palabra, no han asumido como propia la lucha contra el fraude y contra la imposición del PRI, lo cual representa un grave error. Incluso, de forma totalmente errónea, Hernández Juárez descartaba la posibilidad de fraude y por tanto de movilizaciones contra el mismo. 4 días antes del 1° de julio declaró: “No veo señales de que hay quien quiere influir de manera ilegal en los procesos electorales”. Agustín Rodríguez de igual manera ha asumido una postura que choca de frente con el sentir de millones de trabajadores tras el resultado electoral: “Sabemos que cuando las urnas definen los resultados tienen que ser acatados de manera imperiosa, no de voluntad, y para nosotros eso es un mandato, es una ley”. La contundencia que no tienen los dirigentes sindicales finalmente la ha tenido el PRI al poner sobre la mesa la aprobación de la reforma a la Ley Federal del Trabajo, la reforma fiscal y la hacendaria antes de que Calderón termine su periodo presidencial.
Por un frente único contra los ataques de la derecha
Paradójicamente la claridad con la que el PRI se apresta a atacar los intereses fundamentales de la clase trabajadora es la propaganda más eficaz para que la izquierda organice la lucha contra la imposición de EPN, vinculando a los sindicatos a la lucha activa contra el fraude, vinculándola con la lucha contra la reforma laboral, promoviendo un frente único contra los ataques de la derecha. Si ya la entrada de la juventud a la lucha ha sido un auténtico dolor de cabeza para el régimen, la unidad con la clase trabajadora daría una fuerza a la lucha que sería muy difícil de mermar.
Desde la base de los sindicatos tenemos que organizar comités promotores de la huelga general. La derecha no dará tregua a la clase trabajadora, tenemos que responder de inmediato, incluso aunque la reforma no fuera aprobada en los siguientes meses solamente sería un movimiento táctico de la derecha, la cual pretendería desactivar la entrada de la clase obrera organizada a la lucha contra el fraude. Los trabajadores no debemos morder el anzuelo, luchar contra la imposición de EPN es la necesidad más apremiante para todo sindicalista, sobre todo de aquellos que militan en los sindicatos independientes y con más tradición de lucha, ellos, más que ningún otro, tienen el deber de organizarse y pugnar por la unidad de los sindicatos con Morena, los partidos de izquierda y las organizaciones juveniles contra la imposición de EPN. Una acción decidida por parte de los sindicatos independientes tendría repercusiones en las filas mismas del priísmo, es decir, en el seno de los sindicatos corporativos que agrupan a importantes ramas de la industria.