A inicios del pasado mes de septiembre, el gobierno estatal de Rafael Moreno Valle y el federal de Felipe Calderón, anunciaron la próxima instalación de la planta automotriz Audi Automotive en Puebla, como la acción más importante de su administración en este sector. Según el discurso oficial de ambos gobiernos panistas, representa la mayor inversión en los últimos 50 años, será “un impulso adicional al crecimiento económico del país y a la generación de empleos”. ¿Pero realmente a dónde irá a parar la plusvalía que será generada por los trabajadores?

 Audi fabrica autos de lujo de la armadora alemana Volkswagen; genera alrededor de 65 mil fuentes de empleo en todo el mundo, de las cuales más de 48 mil están activos en Alemania; opera en más de 100 mercados de todo el mundo y será la segunda planta instalada en el continente americano.  Aunque la empresa estará en operación hasta 2016, la construcción de la nueva planta iniciará su construcción este mes de octubre en el municipio de San José Chiapa, el cual cuenta con apenas 8 mil habitantes y se ubica al noreste de la capital poblana.

El gobierno estatal ha mencionado las ventajas competitivas de Puebla como ser el segundo estado con más universidades e institutos tecnológicos del país, tener una posición geográfica estratégica, conexiones ferroviarias y carreteras de alta especificación; servicios de transporte y de logística a bajo costo, así como un enlace eficiente con la frontera entre México y Estados Unidos. Todo esto sin duda es cierto, pero también el hecho de que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el municipio de San José Chiapa se encuentra en las localidades de alta marginación de la entidad, en donde más de 50% de sus habitantes carece de servicios de salud, vive en casas sin drenaje, sin energía eléctrica y tiene como actividades principales el cultivo de hortalizas y la crianza de ganado para autoconsumo (La Jornada de Oriente, 05/09/12).

Lo anterior se explica, en parte, porque San José Chiapa ha sido un municipio con la inversión pública más rezagada del estado. En 2011, por ejemplo, apenas le fueron transferidos 1 millón 573 mil 463 pesos, es decir 195 pesos por habitante al año, lo que representa una inversión del estado de 5 centavos al día. Desde el inicio de la administración de Moreno Valle la inversión pública se ha concentrado en un 65% en la capital, mientras que en la región de 25 municipios donde se ubica San José Chiapa, les fue transferido solo 1.3% de los recursos públicos (La Jornada de Oriente, 10/09/12).

Como al gobierno no le ha interesado destinar mayores recursos para sacar del rezago social a la región, pretende que la llegada de la automotriz genere “grandes beneficios” como empleo, salud y educación a los habitantes, para eso se ha encargado de dar los mejores “incentivos fiscales” para la empresa. Así pues, la hacienda pública del estado rembolsará un total de 120 millones de pesos a Audi correspondiente al Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal (ISERTP) durante 12 años, a cambio de la inversión de mil 300 millones de dólares que la empresa realizará en Puebla y la generación de 3 mil empleos directos y 6 mil indirectos. También se le donarán 460 hectáreas que el gobierno ha empezado a comprar a más de 300 ejidatarios, pagándoles 8.5 pesos por metro cuadrado. El ayuntamiento de San José Chiapa, por su parte, autorizó exentar a la compañía automotriz del pago de impuestos municipales por una década (La Jornada de Oriente, 17/09/12). Y para abastecer de materiales a la nueva planta, se construirá un corredor industrial en el mismo municipio con al menos 70 empresas proveedoras, las cuales se espera que generen unos 38 mil empleos en los próximos 10 años (La Jornada de Oriente, 21/09/12).

Contrario a los supuestos “beneficios sociales” que el gobierno afirma traerá la nueva planta armadora, la instalación de Audi tendrá un efecto doble en la región noreste de Puebla. Primero, estará la sobre explotación de la fuerza de trabajo con la consiguiente apropiación privada de la plusvalía generada por los trabajadores, en manos de los empresarios. Y, segundo, el aumento de la clase obrera del sector automotriz que más temprano que tarde saldrá a luchar por mejores condiciones laborales y un futuro digno de vivir. Como explicó Marx, el capitalismo crea a sus propios sepultureros.

En el actual contexto de crisis mundial del capitalismo, la burguesía sigue cargando los costos sobre los hombros de la clase trabajadora, y sigue eliminando todos los derechos laborales que en el pasado se vio obligada a conceder por la lucha de los trabajadores. La contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo, aprobada recientemente, es prueba de que los empresarios quieren consumir hasta la última gota de sudor de los obreros. Pero estos, como han demostrado en múltiples ocasiones, no se quedaran con los brazos cruzados, lucharán hasta acabar con el régimen de trabajo asalariado y construirán una sociedad sin explotación, donde la producción sea planificada de manera racional y democrática por ellos mismos.

 


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