CETEG y policías comunitarios toman las calles de Chilpancingo
En los últimos días los hechos se agolpan uno tras otro empujando a la
realidad a avanzar. Después de que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, traicionara los acuerdos firmados con la Coordinadora Estatal de trabajadores de la Educación y el de Oaxaca, Gabino Cué, hiciera caso omiso de las demandas y propuestas de la Sección XXII del SNTE-CNTE, el precario diálogo que pudo haberse sostenido se rompió, y de la peor manera, ahora los maestros democráticos han sido reprimidos, y hay 5 detenidos. La campaña antisindical que mantienen los medios ha arreciado y ahora resulta que el desalojo de la Autopista del sol, el día viernes, fue un acto no solo de justicia sino, incluso, humanitario y respetuoso de los derechos.
Se ha presentado al gobierno como dispuesto, hasta el cansancio, al dialogo y el entendimiento, a los maestros como violentos sin sentido y criminales; ahora algunas voces los acusan recuperando palabras e ideas tomadas de lo peor del autoritarismo nacional: ¡sedición! claman aquellos pajarracos histéricos. Junto a ellos, otros adulan al pasado para falsearlo y acusan a la CNTE de desvirtuarse así misma y de no saber tener ya, mas identidad que la de oponerse irracionalmente a todo. Sin embargo los hechos de la última semana lejos de dejar en claro la fuerza del régimen, están mostrando todo el potencial que tiene el movimiento, dejando en claro, nuevamente, cuál es el lugar y la tarea de los ricos, su gobierno y sus medios y cuales las del pueblo y la clase obrera.
El que sean Guerrero y Oaxaca los puntos calientes de la actual batalla contra la Reforma Educativa no es casualidad, es en estos estados donde todos los males del capitalismo se concentran y todas las contradicciones se agravan, se hacen insoportables, se presentan como urgentes a una mayoría pobre hasta la náusea. Y a esto se aúna las tradiciones de lucha que estás condiciones han creado. La represión sufrida por los maestros guerrerenses no solo atrajo los odios de la burguesía, también simpatía y solidaridad de parte del movimiento obrero, de los campesinos y la población pobre.
Las dificultades del gobierno
Las acciones represivas y traicioneras del régimen lejos están de confirmar la fortaleza de los gobiernos, en especial el de Peña Nieto. Tanto a nivel estatal como federal las reacciones provocadas muestran que acallar la protesta magisterial no será un día de campo para el gobierno. Fiel a sus tradiciones de lucha, el magisterio democrático ha reanudado inmediatamente las acciones en Guerrero y estás se acompañan de otras tantas en los estados. Incluso la tentativa de presentar el desalojo del viernes 5 como una acción fuera de todo autoritarismo está siendo cuestionada por organismos de derechos humanos.
Sin embargo hay que resaltar que hay otras reacciones que más bien resultan detestables al movimiento y que son muestra de hasta dónde puede llegar la degeneración de un partido de izquierda pero que carece de cualquier viso de alternativa al capitalismo. El PRD tanto estatal como nacional ha hecho sendas declaraciones nefastas contra los maestros, al tiempo que se convierte en paladín de la Reforma Educativa y el Pacto por México; pero no vienen solas, detrás hay un séquito de criaturas izquierdistas que, arrastrándose, van siseando contra la violencia, por los derechos de los niños, a favor del dialogo y otra tanta adulación venenosa que tiene que ser combatida con firmeza. En tiempos de lucha la claridad y honestidad política es una herramienta poderosa de convencimiento y el movimiento debe tomar toda la solidaridad ofrecida y rechazar a esta gentuza que se disfraza con el discurso moralizante y mediador para sembrar confusión.
La unidad del movimiento
La respuesta más importante que ha dado hasta el momento el movimiento, es la marcha que protagonizaron en unidad, maestros y policías comunitarios con fusil en manos el día 8 de abril tomando las calles de la capital de Guerrero, la ciudad de Chilpancingo. Fue este un desafío directo al Estado en toda la regla. Cuándo las instituciones y las mentiras se agotan, el Estado desnudo, presentado en su última esencia, son las fuerza armadas que defienden la propiedad privada. Ahora esto se ha puesto en duda, no solamente en los pueblos que ahora se defienden así mismos frente al narcotráfico, la corrupción y la incapacidad gubernamental, sino en la unidad de acción, la unidad en la calle que ha impedido que los militares pudiesen actuar.
Ahora hay que sacar lecciones de ello. A pesar de su manifiesta debilidad, el gobierno de Peña ha sido puesto ahí para cumplir con todas las tareas de la burguesía, que busca, desesperadamente, resarcir la tasa de ganancias y salir de la crisis a costa de nosotros. Para ello, harán lo todo para resistir cualquier cantidad de marchas, bloqueos, plantones, mítines y tantos otros embates menores y más aún los legales. De hecho, tenemos derecho a cuestionarnos: Los acuerdos alcanzados después de un paro indefinido fueron traicionados por el gobierno, entonces ¿qué se necesita para alcanzar nuestros objetivos?
La marcha que juntos protagonizaron los maestros y los policías comunitarios es un paso adelante que no puede menos que aplaudirse y convertirse en experiencia generalizada. Todas las manifestaciones del magisterio tendrían que estar acompañadas por grupos de autodefensa. La unión del movimiento magisterial con las comunidades donde enseñan debe ser una prioridad a alcanzar no solo en Guerrero y Oaxaca, sino en todo el país. Pero esta no debe ser una alianza con los padres de familia en lo abstracto, sino con comprendiéndolos como trabajadores. La CNTE debe hacer un llamado y un trabajo exhaustivo para atraer a la solidaridad activa y la lucha a la clase obrera, a la clase a la cuál sirve la educación pública. Las brigadas informativas deben ir a las comunidades y a los barrios, a los mercados y centros comerciales pero principalmente a las zonas industriales, a los parques fabriles.
El camino para doblegar al gobierno y evitar más represión es con la unidad de acción, de la policía comunitaria de los maestros, pero también de los obreros y trabajadores. La CETEG debe luchar por llamar al próximo paro no solo a los maestros, hay que incluir a los obreros. Una Huelga General en el estado pondría de rodillas al gobierno de Aguirre. Hace cerca de 3 años empezó a haber luchas y huelgas entre los trabajadores de hostelería de la zona de Acapulco. Estás luchas deben ser recuperadas y unidas a las demandas de los maestros. Aprovechemos no solo la debilidad del gobierno sino también la del charrismo sindical de la CTM, el CT y del propio SNTE.
La suspensión de actividades, al menos por 24 horas, en Guerrero, asi como en el resto del país, con las fábricas y talleres cerradas, con el transporte sin circular, con los servicios detenidos, las oficinas del gobierno vacías y toda la población en la calle, con la clase obrera al frente y protegida por las guardias de la policía comunitaria, llevaría, de facto, a la realización de la demanda de la CETEG de desaparición de poderes en el estado.
Y por supuesto esta Huelga General hay que llevarla a toda la nación. Un llamado firme y claro a la lucha, demostrando en la práctica que la organización y el arrojo evita la represión, actuando la CNTE como un todo unificado con un calendario único de acciones que sean apoyadas activamente por otros sectores, no solo en las marchas sino con las brigadas en barrios y centros de trabajo. El movimiento lleva en sí mismo la fuerza para derrotar al gobierno, pero hace falta una perspectiva de lucha revolucionaria y anticapítalista para ofrecer a la clase trabajadora una alternativa viable con posibilidades reales de victoria.
El movimiento actual de la CNTE, puede ser la chispa que encienda la rebelión social, pero hay que trabajar aun duro por lograr la organización y claridad necesaria para obtener el triunfo. Si seguimos por el camino de la unidad de acción de las organizaciones, con un programa claro y métodos adecuados, la Reforma Educativa y todas las demás pueden ser echadas abajo.