El pasado 2 de septiembre 850 obreros que laboran en Jugos del Valle estallaron en huelga. La razón: el descontento de los trabajadores ante el intento de sustituir a su gremio, el Sindicato Único de Trabajadores de Empacadoras, de Alimentos, Jugos, Ultramarinos Similares y Conexos de la República Mexicana, por otro más cómodo para los planes de la empresa, consistentes en eliminar el actual contrato colectivo para recontratar a todo el personal y que este pierda su antigüedad y todos los derechos asociados con dicho estatus, además de suprimir una parte significativa de prestaciones laborales. Con esa clase de medidas Coca-Cola FAMSA, propietaria de Juegos del Valle desde octubre del 2007, pretende abaratar aún más los costos de producción para elevar sus ganancias.
Como parte de las acciones, además de paralizar a la plata de jugos instalada en Tepotzotlán, Edomex, los obreros bloquearon durante cinco horas la avenida Insurgentes, afectando la autopista México-Querétaro.
A finales de 2007 Coca-Cola FEMSA adquirió a Jugos del Valle por un valor de 370 millones de dólares, transformándose ésta última empresa en uno de los negocios más rentables en México por parte de la más importante multinacional refresquera. A lo largo de esos años el volumen de ventas de Jugos del Valle se incrementó de los 30 a los 200 millones de cajas-unidad, entre 2007 y 2012. En este último año Jugos del Valle logró el mayor ingreso de ventas del mercado de jugos envasados con ingresos de Mil 138.1 millones de pesos (28.9% del total de este mercado), desplazando a l segundo sitio a Jumex.
La rentabilidad de Jugos del Valle es de tal grado que Coca-Cola FAMSA arrancó en 2010 un programa de inversiones en dicha industria con un monto total de 5 mil millones de dólares, entre los planes incluyen una nueva planta de Jugos del Valle para este año en curso o el siguiente.
Es evidente que los resultados de Jugos del Valle bajo el mando de Coca-Cola obedecen antes que a cualquier otra cosa, a una desmedida explotación de los obreros los cuales, para asegurar los niveles de venta antes señalados, debieron incrementar la producción a un ritmo extremo. En cinco años el volumen de ventas de Jugos del Valle casi se multiplicó por siete y ello habría sido imposible sin la colaboración de los obreros. Para Coca-Cola lo anterior se tradujo en un significativo incremente de la plusvalía arrebatada a los trabajadores y, por consecuencia, en ganancias mucho más jugosas.
Sin embargo está claro que la sed de beneficios por parte de Coca-Cola aún está lejos de saciarse y esta realidad es a tal grado que incluso pretende desconocer a la dirección de un sindicato afiliado a la CTM. En otras palabras el plan hacia los obreros de Jugos del Valle es el de precarizar las relaciones laborales con la empresa para transformarlos en simple carne de explotación.
Lo anterior como parte de una tendencia a una cada vez mayor la concentración de capital en un puñado de hombres de negocios. Con la adquisición de Jugos del Valle Coca-Cola extiende más aún sus enormes tentáculos sobre la economía nacional e incursiona sobre nuevas esferas de la producción y del marcado a costillas de una explotación cada vez más severa sobre la clase trabajadora. Y ahora, para seguir conquistando terreno esta trasnacional necesita eliminar todas las conquistas posibles signadas en el Contrato Colectivo de Trabajo de los obreros de Jugos del Valle.
La explotación laboral ejercida por Coca-Cola y Jugos del Valle es la principal condición para que los negocios marchen, por ello los intereses de los capitalistas son irreconciliables con los de la clase trabajadora. Los empresarios necesitan de la sangre, el sudor y las lágrimas de los trabajadores para reproducirse como clase dominante. Esa es una ley sin la cual no puede funcionar la economía actual, es decir el capitalismo. Es por ello que no pueden existir empresarios progresistas ni nada por el estilo; todos los empresarios, grandes y pequeños, son explotadores y en tanto tal, enemigos de los trabajadores. Por eso la única alternativa ante todo ello, no es la de marchar junto a los empresarios sino movilizarse contra ellos para dignificar nuestras condiciones de trabajo y para expropiarlos poniendo bajo el control democrático de los trabajadores la principales palancas de la economía.
Lamentablemente, y dolosamente, el seguimiento de los medios informativos hacia la huelga de Jugos del Valle fue más que pobre, limitándose al día en que estalló la lucha; por ello desconocemos el resultado final, mismo que esperamos que haya sido en beneficio de los trabajadores. Los obreros de todo México nos debemos sentir reflejados en la lucha de los compañeros de Jugos del Valle y seguir su ejemplo para frenar a los explotadores, sean nacionales o trasnacionales.
