Unos cuantos jóvenes, rompiendo vidrios, realizando pintas al margen de la marcha, o lanzando piedras u otros objetos contra la policía, son el blanco perfecto de los medios de comunicación para tachar a todo el movimiento de “violento”, “radical”, y con ello pretenciosamente buscar que los miles de padres de familia, trabajadores, entre otros, tengan una opinión negativa sobre nuestra lucha, además de ser el pretexto para lanzar a la policía contra nuestro movimiento.
Estas acciones aisladas reflejan la falsa idea de pretender lograr avances en el movimiento de manera inmediata; se piensa que con ello el movimiento triunfará, o que las autoridades desistirán de sus ataques de manera rápida. Nada más lejos de ello. Lo que nos permitirá revertir éste y otros ataques es elevar el nivel de conciencia del movimiento a través de la explicación paciente de nuestros argumentos para luchar, de los brigadeos intensos que hagamos para ganarnos cada vez más el apoyo no sólo de los compañeros de otras universidades, sino de los trabajadores en su conjunto. Por tanto, las acciones masivas para demostrar fuerza no se puede sustituir por medidas aisladas de un puñado de jóvenes valientes.
Por ello, si vemos en nuestras marchas a compañeros que realicen esas acciones, debemos hablar con ellos, persuadirles del riesgo que ello implica y convencerlos de buscar siempre las acciones de masas, que son nuestra mejor herramienta para contrarrestar la influencia de los medios de comunicación y la represión de la policía. Si aun así estos compañeros insisten, lo mejor es separarlos de nuestros contingentes y evitar que su actuar sea aprovechado para las provocaciones.
Proponemos no drogas en la marcha no encapuchados no violencia
Unidos y organizados… ¡Venceremos!