Como una reacción en cadena, la industria minero metalúrgica ha caído en una espiral descendente después de que la industria de la construcción y automotriz sufrieran un colapso, y ahora es la minería la que se suma a esta debacle económica al verse reducida drásticamente la demanda de sus dos más importantes consumidores. Como consecuencia de esto se calcula que entre 2008 y 2009 en América Latina se han perdido 20 mil empleos directos de la minería, de los cuales 2 mil corresponden a México. Tan sólo Arcelor Mittal, el monopolio más preponderante a nivel mundial en este sector, ha tenido que cancelar gran parte de su plan de inversiones para este año, e incluso también ha despedido a miles de trabajadores en sus distintas empresas.
Que la crisis la paguen los capitalistas
A pesar de que la crisis se ve reflejada en el desempleo, cierre de empresas, reducción de salario e intensificación del trabajo, ésta es sólo una cara de la moneda ya que éstas medidas son utilizadas por los capitalistas para no disminuir sus ganancias y sus niveles de vida. Los capitalistas arrojan con toda naturalidad el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores y se limitan a esperar la siguiente recuperación económica (como lo refleja el comentario del mayor inversor de Arcelor Mittal hace unos meses “la actual debilidad del mercado del acero es coyuntural”), mientras miles y millones de familias se ven arrojadas a la más absoluta de las miserias.
Aumento salarial por encima de la inflación
Según los empresarios, los trabajadores no deberíamos hacer otra cosa que aguantar cruzados de brazos los efectos de la crisis. No obstante hay ejemplos de la fuerza de la clase obrera para cambiar esta situación.
El día 8 de febrero estalló la huelga con la demanda de 9% de aumento salarial en el complejo metalúrgico Met Mex Peñoles ubicado en Torreón, Coahuila. De inmediato los empresarios incrédulos han salido a preguntar a los trabajadores: “¿Qué no les han informado como está la crisis en el mundo?” (Milenio, 16 de febrero).
Esta es una pregunta que seguramente ronda las industrias, a lo cual los trabajadores debemos de responder que durante décadas hemos soportado la administración de los capitalistas y que si ahora las industrias y economías enteras se encuentran en crisis no es responsabilidad nuestra si no de los patrones, así que, si alguien tiene que apretarse el cinturón ya no somos los trabajadores si no los patrones.
Por un sindicalismo combativo
A diferencia de la sección 64 de Met Mex Peñoles, la dirección de la sección 74 del sindicato minero decidió aceptar el ofrecimiento de las compañías con 6% directo al salario. Ésta es una aceptación de la decadencia en las condiciones de vida de los trabajadores.
Es cierto que en un contexto de crisis cada lucha será más reñida, pero también es cierto que contamos con nuestras organizaciones como lo es el sindicato para hacer frente a la patronal. Además de ello los obreros tenemos la cualidad de ser los únicos que producimos riqueza y es a partir de nuestro trabajo que la sociedad se reproduce. Por ejemplo, se calcula que en apenas 7 días de huelga en Peñoles las ganancias en la Comarca Lagunera han disminuido en ¡14.6 millones de dólares!, paralizando a “477 proveedores, dos mil trabajadores directos y 15 mil empleos indirectos… así como el 50% de los proveedores de materiales preciosos en México” (Milenio, 16 de febrero)
Esto demuestra el papel determinante de los obreros en la sociedad: aunque los huelguistas representan apenas unas centenas de la población (344 personas) el efecto de sus acciones es exponencialmente mayor. Esta enorme ventaja debe ser utilizada para llevar adelante las demandas y extender la lucha al resto de secciones e industrias que se encuentran en una situación similar.
Hoy en día ningún dirigente puede argumentar la falta de condiciones para lanzar una lucha decidida. La clase obrera no solo puede, si no que debe luchar por su existencia. Si los dirigentes no lo comprenden los trabajadores de base debemos de recuperar nuestros sindicatos y utilizarlos para defender los derechos laborales consecuentemente.
¿Para qué sirven los patrones?
Si alguien ha demostrado su incapacidad para hacer de las industrias una fuente del progreso social ha sido la burguesía. Si los patrones no están dispuestos a que el potencial productivo de estas empresas se desarrolle, los trabajadores debemos plantearnos la toma de fábricas bajo control obrero, como ha ocurrido en Venezuela, Brasil, Argentina, e incluso en EUA y Polonia.
En última instancia los patrones no sirven para nada: desde las labores de limpieza hasta las de administración son realizadas por asalariado. Los patrones despiden trabajadores argumentando que no son necesarios, que no son productivos, pero, ¿para qué sirven los patrones? ¿Ellos son productivos? No. Los trabajadores somos los que producimos, administramos y distribuimos la producción.
El sindicato minero no debe rebajar las reivindicaciones económicas. Tenemos que luchar por el mantenimiento de los puestos de trabajo, aumento de salario conforme la inflación, seguridad social y todos los derechos laborales. Si los patrones no pueden ofrecer estas condiciones que son mínimas, debemos plantearnos tomar las empresas y producir bajo nuestro propio control, diciendo en alto a los empresarios: ¿qué no les han informado quién produce la riqueza?