No somos héroes, somos trabajadores precarizados

Durante el mes de mayo en diversos estados y en la CDMX vimos protestas del personal de salud, evidenciando que los protocolos no se estaban siguiendo, los insumos no estaban llegando y el aumento de contagios y decesos de sus compañeros.

Según datos oficiales al 24 de junio de 2020, se han registrado 584 muertes entre los trabajadores de la salud por Covid-19. El área más afectada con el 41% de las defunciones es la de enfermería, después los médicos con el 30%, el tercer sitio lo ocupa las demás profesionales como técnicos, vigilancia, camilleros, lavandería, comedor, intendencia o administración con el 26% y un 2% laboratoristas y dentistas. Para el 20 de mayo, se habían confirmado 11.394 contagios entre el personal de salud, significando un 21% del total del personal y 149 fallecidos, a poco más de un mes los fallecimientos aumentaron a 435.

Todos denunciaron que el reciclar los cubrebocas N-95, lavar los uniformes de tela en lugar de usar uniformes desechables que provocaba riesgo de contagio no sólo para ellos sino, para el personal de lavandería. Esto ha ocurrido no sólo por la escandalosa falta de medios humanos y materiales, sino, sobre todo, por los dirigentes sindicales charros que trafican con los insumos reteniéndolos y sacando tajada política.

Por otro lado, hay una discriminación clasista enorme en la distribución del equipo e insumos, ya que los líderes sindicales charros y directivos proporcionan primero y lo mejor al personal médico y al último al personal de intendencia o demás profesionales de la salud. Esto lo justifican diciendo que “no hay lo suficiente entonces tenemos que cuidar a los mejores o a los que presentan mayor riesgo”, esta no es la alternativa.

Esta es la razón de las protestas de diversos sectores de la salud pública. Esta crisis sanitaria ha puesto encima de la mesa la importancia de una salud pública, gratuita y digna para poder asegurar la salud de todo el mundo, y que la precariedad laboral es otra pandemia que exterminar: es imprescindible que las y los trabajadores de la salud tengan condiciones salariales, laborales dignas y seguras.

La batalla por mejores condiciones de empleo y la dignificación del trabajo tiene que ir de la mano de la democratización de nuestros sindicatos, hoy en manos priistas que por años han lucrado con la venta de plazas, privatizando y tercerizando servicios como las farmacias, los comedores, la seguridad, la limpieza e incluso estableciendo empresas privadas que rentan equipo o ambulancias a las instituciones públicas.

Hay una realidad y hay que atenderla  

En este marco se conformó la Unión Nacional de Trabajadores por la Salud de México integrado por trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y de la Secretaría de Salud Federal (SS). 

Los trabajadores agrupados en esta unión han expresado: “hay buenas intenciones en el Gobierno, pero insisto en que todavía existe mucha corrupción dentro del sistema de salud heredada de mandatarios anteriores, lo que provoca, entre otras cosas, que los insumos no lleguen a donde tienen que llegar”. "No estamos contra ustedes, queremos trabajar juntos, pero la corrupción todavía está ahí. Acérquense a los trabajadores", dijo uno de los voceros.

Estas denuncias son un secreto a voces. Los insumos y equipo que se está adquiriendo, no están llegando ¿por qué? Los sindicatos del IMSS, ISSSTE y SS están controlados por mafias priistas que están usando esta pandemia para golpear políticamente al gobierno federal. Joel Ayala Almeida Secretario General de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, que en 2019 renunció al PRI tras 40 años de militancia política en ese partido es un gánster mafioso y el Secretario del SNTSS, Arturo Olivares Cerda, representa la continuidad del grupo político priista en el poder del sindicato; aun más la formación del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores del Seguro Social no soluciona pues no son más que neocharros que han aplicado una política oportunista, declarando simpatía a la 4T, pero en el fondo es la misma política. 

La salud es un derecho, no un negocio

La situación en clínicas, hospitales y centros de salud muchas veces son lamentables: saturados, pacientes en los pasillos, cierre de servicios, citas hasta meses después, pacientes con otras dolencias sin poder ser atendidos, falta de medicamentos, personal insuficiente significando que realicen su labor en condiciones de estrés extremo derivando muchas veces en accidentes o negligencias. Esto es una muestra fehaciente que los recortes al sector salud matan y esto es causado por los directivos que ven en la salud un negocio y no un derecho, pero también por las mafias sindicales charras que han pactado ataques a los derechos de las y los trabajadores de la salud permitiendo saqueos y recortes.

La precariedad del personal no es invención, la mayoría de los médicos cubren doble jornada en instituciones particulares, consultorios o farmacias privadas para completar el salario. El trato de los residentes es discriminatorio y explotador; el personal de enfermería, camilleros, auxiliares, laboratoristas y administrativos no reciben la capacitación constante y la mayor parte del tiempo su trabajo no se dignifica. Los trabajadores deben organizarse de forma independiente  de charros y autoridades, democratizar nuestras organizaciones es una tarea apremiante para conquistar mejores condiciones laborales y salariales. Tenemos fuerza para mejorar radicalmente la situación en el sector salud, y está en la movilización. La organización de los trabajadores de la salud en conjunto con la población en protestas en torno a las clínicas y hospitales es el camino.

Volvamos a llenar las calles para exigir al Gobierno que debe actuar inmediatamente, en primer lugar aumento el presupuesto; segundo, derogar el régimen de jubilaciones y pensiones del IMSS y del ISSSTE que la derecha mutiló y modificó para beneficio de los bancos; impulsar un plan de rescate urgente del sector salud y los servicios públicos que permita la contratación en condiciones dignas a miles de nuevos profesionales y garantice las inversiones necesarias que permitan enfrentar la pandemia y atender a toda la población. Hay que nacionalizar los hospitales, las farmacéuticas y todos los sectores que producen material médico y poner todos sus recursos, humanos y materiales, al servicio de las necesidades sociales de la inmensa mayoría.

  • Controlar los insumos y destinarlos a las necesidades reales, evitar el contrabando, el robo y la venta de estos materiales: control democrático por asambleas del personal de base de hospitales y clínicas, organizadas por turno e integradas por todos los sectores.
  • ¡Medios materiales y humanos necesarios ya! Exigimos la contratación inmediata de 20 mil profesionales de la salud a parte de los que ya se han contratado. Refuerzo inmediato de los hospitales y de las clínicas de atención cotidiana.
  • Para erradicar la sobre carga de trabajo de todo el personal del sector, que todo el personal contratado por la pandemia sea basificado, con todas las prestaciones y sindicalización.
  • ¡Nacionalización del sector farmacéutico, gratuidad de todas las medicinas necesarias para enfrentar el coronavirus y el resto de las enfermedades! El Gobierno debe proporcionar gratuitamente todos los medios de protección sanitaria necesarios: pruebas, guantes, mascarillas, gel, uniformes, etc.

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