En los últimos meses, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Honduras, han presenciado grandes movilizaciones populares, Panamá ha iniciado el mismo camino y hasta en la "Suiza de América", Costa Rica, estudiantes y trabajadores han tomado las calles contra el desvío de los recursos asignados a las universidades.
Al igual que el mundo entero, vive enormes movilizaciones contra la pobreza, el saqueo imperialista de los recursos naturales, las privatizaciones y eliminación de subsidios a servicios básicos, la represión al pueblo que lucha y un rechazo generalizado a los gobiernos regionales que entregan el territorio y explotan hasta la medula al conjunto de los trabajadores para beneficio de las trasnacionales y de sus lacayos locales.
Que la crisis la paguen los capitalistas
Detrás de las diferentes formas de las protestas en cada país, hay hechos que son comunes. Uno de ellos es que la crisis del capitalismo internacional ha exacerbado su necesidad de mantener sus niveles de beneficios y para hacerlo presiona y expolia aún más las zonas que por décadas han subyugado políticamente y económicamente a través de forma militar e imponiendo gobiernos títeres.
Las burguesías locales son completamente dependientes de los capitales imperialistas, su desarrollo fue condicionado por trabas impuestas por su incapacidad de despojarse de aspectos de la producción precapitalistas heredadas de la época colonial, aspectos que los integro a la economía mundial de manera subordinada al capital extranjero a grandes empresas agroexportadoras. A los imperialistas jamás les intereso el desarrollo de la zona, sólo les interesa la zona como proveedora de materias primas a precios irrisorios y mano de obra barata y sin ningún tipo de prestaciones, por ello el desarrollo industrial es sumamente raquítico y adoptado la modalidad de empresas maquiladoras.
Por ello estos países tienen democracias de fachada que cubren regímenes autoritarios, a excepción de Costa Rica, con una recurrencia de dictaduras sangrientas enormemente represivas contra sus propios pueblos. Por tal motivo existe un amplio rechazo al imperialismo, pero ahora, debido al desarrollo de la conciencia a través de sus luchas cotidianas de estos años, se amplía esta demanda porque la crisis no la paguemos nosotros sino sus causantes: los capitalistas, banqueros y especuladores.
Desplazamientos forzados por la pobreza y violencia
La actual política norteamericana de migración agudiza aún más las tensiones de la región, al cerrar una vía tradicional de desahogo de las presiones internas. La inmensa migración hacia los Estados Unidos ha permitido el envío de remesas por años a miles de familias humildes, significando una parte importante de las economías locales, millones sobreviven con lo que sus familiares enviaban del extranjero, sin embargo, esto ya no es casi posible.
Empiezan aparecer problemas internos pues la población ya no tiene esa vía de salida a sus dificultades y por supuesto los conflictos económicos tienden a convertirse en demandas políticas al empezar existir la percepción de que no es posible mejorar la economía si no hay libertad política para decidir sobre sus propios destinos.
La responsabilidad de la izquierda y nuestras tareas
Existe otro elemento. En la región ha habido grandes luchas que han tomado la vía armada y que han logrado derrocar dictaduras, como la de Somoza en Nicaragua y si bien en El Salvador y Guatemala no lo hicieron, sí lograron avances en términos de las libertades políticas ¿Cómo entonces nos podemos explicar las agresiones contra los pueblos? ¿Qué explicación tiene la situación en Nicaragua?
Hablamos de que una vez derribada la dictadura en turno ¿Qué se hace contra la pobreza y la desigualdad? Si pensamos que esto se puede resolver con modificar "positivamente" algunos aspectos del sistema económico y político, entonces acabar con las dictaduras, implantar y mejorar la democracia es suficiente. Eso sucedió en Nicaragua, Guatemala y El Salvador, en Honduras la revolución sandinista obligó a temperar el gobierno militar y a conceder elecciones, en Panamá la dictadura Torrijos-Noriega presumía de avances en esos rubros y Costa Rica aceito más su sistema.
Pero lo anterior no resolvió la pobreza y necesidades de la gente. Y no lo hace porque la única forma de acabar con ella es acabar con las causas que la producen y las causas tienen un solo nombre; el sistema capitalista, el cual permite a unos pocos abusar del resto para hacerse inmensamente ricos y dejar al resto en la desgracia o casi.
Esto es particularmente cierto en el caso de Nicaragua donde una heroica revolución popular derribo a una añeja y sangrienta dictadura, llenando de esperanza a todos los oprimidos del mundo de que era posible acabar con todas las miserias de la vida. Pero la dirección sandinista al tomar el poder no acabó con las causas que hicieron posible la dictadura y al contrario permitió a los que se enriquecieron con Somoza lo siguieran haciendo, ahora de manera "democrática".
El resultado fue que la pobreza se mantuvo y creció, qué le dirección sandinista se corrompiera en términos económicos y políticos imponiendo las medidas imperialistas del FMI.
La lección es clara; el pueblo centroamericano tiene la fuerza para derribar a sus gobiernos y sacar al imperialismo de la zona, debemos de impulsar un planteamiento de lucha unificada de la zona, para acabar con la explotación y la miseria, sólo hay una posibilidad: expropiar a los explotadores poniendo los medios de producción bajo control de los trabajadores y campesinos, mujeres y hombres.