En los últimos días se dio a conocer la decisión de la venta de Banamex por la gigante financiera Citigroup. Tras décadas de saqueo financiero que cerró con broche de oro en 2021 con una ganancia de más de 22 mil millones de pesos, y en medio de la pandemia más grande del último siglo en la que miles han muerto con deudas impagables y sin poderse costear un tratamiento. La respuesta a este giro estratégico en búsqueda de más ganancias tendría que ser la nacionalización y expropiación de la banca.

Las instituciones financieras y sus dueños han sido de los sectores más beneficiados en las últimas décadas, ni la crisis, ni la pandemia han menguado sus estratosféricos beneficios. Al contrario, entre julio de 2020 y julio de 2021, la etapa más dura de la pandemia para miles de familias en todo el mundo, las ganancias de los 10 bancos más grandes fueron de 170 millones de dólares[1]. Además de ser enormes, fueron históricas, nunca antes hubo tanta acumulación de riqueza en las entidades financieras. Citigroup no es la excepción, durante los primeros nueve meses de 2021, incrementó sus ganancias 178%.

En México, entre enero y noviembre de 2021, el conjunto de las instituciones bancarias obtuvieron ganancias por 162 mil millones de pesos, también, la cifra más alta para el mismo periodo que jamás se haya registrado. En el caso de Citibanamex, en 2021 las utilidades ascendieron a 22 mil millones de dólares, un incremento de casi 100% con relación a 2020[2]. Este banco norteamericano que se encuentra en más de 160 países, obtuvo el 6.5% de sus ingresos anuales totales en México, el negocio es muy rentable en el país.

Toda esta riqueza tuvo que haber venido de algún lugar, y ha sido de la usura a la clase trabajadora, la especulación con nuestros bienes y el saqueo de las arcas públicas.

Saqueo y exención de impuestos

La terrible experiencia del rescate financiero llamado IPAB – FOBAPROA, ya refleja mucho de lo que ha significado para México la banca privada. En 1991, tras la privatización de la banca, los créditos crecieron de manera desmedida y caotica en una desatada competencia entre los bancos privados como Bancomer, Banamex y Banorte. En 1995 estalla una nueva crisis financiera por la insostebilidad de los creditos y las deudas impagables, las tasas de interes se dispararon aun más y colapso el 97% de la banca. El gobierno de Zedillo salió al rescate, inyectando recursos públicos, comprando pagares para absorber la deuda privada ¡Pagandola con intereses a los mismos bancos!

Originalmente la deuda costaria 100 mil millones de pesos, pero a diciembre de 2016 ya ascendia a 900 mil millones de pesos, se calcula que se podría terminar de pagar hasta 2076, cada año salen 40 mil millones de pesos sólo para el pago de intereses por esta estafa bancaría, recursos que hacen falta para mejorar el sistema de salud, por ejemplo, o la infraestructura para una vuelta a clases segura. Esta deuda se seguirá pagando por generaciones que ni siquiera habían nacido cuando ocurrió la crisis.

Un ejemplo más de como la enorme riqueza de la banca privada se ha generado a costa de los recursos públicos y de la clase trabajadora es que en 2001, cuando se realizó la venta de Banamex a Citigroup, con una transacción que sumó 12 mil 500 millones de dólares en efectivo y acciones, los dueños de aquel momento, Alfredo Harp Helú y Roberto Hernández, no pagaron un sólo peso de los impuestos que ameritaba un ingreso tan grande. Aproximadamente 3 mil millones de dólares, nunca entraron al erario público. Esto contrasta con las ganancias acumuladas que según datos oficiales suman 255 mil millones de pesos.

Pero estos no son los únicos impuestos de los que han quedado exentos gracias al solapamiento y corrupción de los anteriores gobiernos. Entre 2007 y 2008 se le condonaron impuestos por 15 mil 848 millones de pesos, por debajo de televisa a quien les eximió del pago de más de 20 mil millones de pesos y por encima de Grupo Carso e ICA que se les condonó 10 mil 292 mdp y 7 mil 827 mdp, respectivamente.

Este enorme consorcio, no sólo ha crecido a costa de los fondos públicos de México, creados por millones de trabajadoras y trabajadores con trabajo duro y jornadas extenuantes, como seguramente lo ha hecho en otros países, sino también ha saqueado los fondos públicos en EEUU.

Este grupo financiero se había convertido en el más grande, desde su fundación en 1998, y tras la crisis de 2008, recibió un rescate de 25 millones de dólares provenientes de las arcas estatales gracias a las políticas pro capitalistas del gobierno estadounidense para enfrentar la crisis, cantidad que se comprometió a devolver y en la aurora de una nueva crisis, no lo ha hecho.

Por si fuera poco el robo “legal” con este tipo de maniobras, también son los bancos, los principales aliados de delitos internacionales como el lavado de dinero proveniente de la trata, el narcotráfico, y los paraísos fiscales. El crecimiento tan arrollador del narcotráfico en México, no podría explicarse sin la colusión de estos organismos financieros que les permiten blanquear el dinero manchado de la sangre de miles de víctimas al año.

Citigroup, fue multado en 2015 en EEUU, por 140 millones de dólares por insuficiencia de controles contra el lavado de dinero, pero lo “arregló” pagando la multa y 97.4 millones más para cerrar el caso.

Recientemente tras el anuncio de su venta, Banamex ha sido señalado por la Fiscalía para detener cualquier tipo de transacción, mientras no se solucione el caso Oceanografía en el que también está involucrado, por dar créditos a empresas insolventes que ofrecen servicios al Estado. Y la lista, no para…

Afores y Zedillo

El tercer banco más importante de México, se hizo rico, en buena medida, gracias a los ahorros de millones de trabajadores y trabajadoras mediante la privatización de las jubilaciones y pensiones. Después de la crisis de 1994, nuevamente con Zedillo como protagonista, se da paso a la reforma de jubilaciones y pensiones que se concreta en el 97 con la creación de las Afores.

No es una casualidad que Zedillo, actualmente, tras 11 años de pertenecer en la mesa directiva del consorcio, acumule 3 millones de dólares en ingresos por salarios y premios[3]. Los mismos directivos se refieren a él como una gran ventaja y que ha sido de mucha ayuda tenerlo en la mesa directiva y como integrante de diversas comisiones.

Mientras este presidente se enriquece con los beneficios de la polìtica privatizadora y el desfalco del rescate bancario, muchos trabajadores estamos en la zozobra por el riesgo que esta transacción puede representar para el manejo de nuestras pensiones y los ahorros de toda la vida.

La Afore que maneja Citibanamex es la segunda más grande del país con 10 millones de clientes y con un valor aproximado de 850 mil millones de pesos y aunque se desviven en mensajes de tranquilidad, la realidad es que siempre hay un riesgo para nuestros ahorros mientras estén en manos privadas. Basta con recordar sucesos como “el corralito en Argentina” o el hombre de la tercera edad que se suicidó al descubrir que sus ahorros en Banco Azteca habían desaparecido y los ejecutivos lo ignoraban.

Cabe mencionar que sería una pesadilla que Banamex quedará en manos de Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca, que ha dado sobradas muestras de desprecio a la vida de los trabajadores poniéndolos en riesgo durante la pandemia y con un largo historial de corrupción y explotación laboral.

Tampoco es descartable que las condiciones de manejo de las cuentas e hipotecas, cambien tras la venta de los activos, una cosa es segura, la rueda de la acumulación financiera está echada a andar y sea quien sea que decida comprar el banco se enfrentará a una competencia aún más reñida y a la urgencia de amortizar cuanto antes el desembolso, por lo que ellos y sus colegas de cuello blanco podrán especular con tasas de interés, términos y condiciones.

Más y más beneficios

Todo parece indicar que el cambio de estrategia de Citigroup con la venta de Banamex y otras filiales minoristas en todo el mundo, se debe a su intento por remontar a la competencia con servicios dirigidos a la capa más adinerada.

El beneficio de la banca minorista en México ha sido muy rentable, especialmente tras la crisis del 2008, cuando el país le aportó hasta 50% de sus ganancias por dos años consecutivos (2009 y 2010)[4]. Sin embargo, ahora prefiere enfocarse en los grandes corporativos y la banca de inversión, aunque eso pueda perjudicar a millones de clientes que tienen algún servicio contratado. La dinámica financiera es así, como si los ahorros, cuentas de débito, créditos e hipotecas de las y los trabajadores fueran fichas de una partida de póker.

Los que necesitamos es una banca al servicio del pueblo

Algunos, han utilizado el argumento moral de que el nuevo propietario debería ser mexicano, incluyendo al presidente López Obrador, para que así se tenga mayor “sensibilidad” a la hora de tomar este tipo de decisiones que pueden afectar a los compatriotas. Sin embargo, el capital financiero, no tiene patria, hoy venden, mañana compran, da igual siempre y cuando el beneficio siga siendo para los dueños, así se vendió el mismo Banamex a manos extranjeras, y de esa transacción ni un peso beneficio al resto de la población.

Por lo tanto, no se trata de “mexicanizar” el capital e incluso de crear una “banca mixta” como lo propone el nuevo presidente de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez. Lo que realmente necesitamos es un banco enteramente al servicio del pueblo y para ello necesitamos la nacionalización y expropiación de toda la banca, sin entregar un solo peso más en indemnizaciones. Es lo único que nos puede asegurar financiamiento para las obras públicas y necesidades de los trabajadores del campo y de la ciudad.

Es igual de inegociable la devolución de todo el aservo cultural que, para empezar, nunca debió terminar en manos privadas. Este aservo incluye bienes muebles e inmuebles como el Palacio de Iiturbide y obras de Diego Rivera y Alfaro Siqueiros.

También necesitamos un estricto control democrático basado en la planificación del conjunto de la economía para evitar corruptelas, quiebres, especulación y nuevas crisis. Ya una vez se ha nacionalizado la banca en el país, pero esta vez, no puede ser para el rescate de una quiebra segura de la banca privada, sino como parte de una verdadera transformación de la economía, no sobre bases morales, sino sobre una economía bien planificada controlada por la mayoría de la población y no por una minoría zángana.

 

[1] https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-08-03/global-banks-170-billion-haul-marks-most-profitable-year-ever

[2] https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2022/01/14/banca-en-mexico-es-un-gran-negocio-pero-no-empata-con-estrategia-citi-sobre-venta-de-banamex/

[3] https://www.sinembargo.mx/18-01-2022/4105698

[4] https://www.bloomberglinea.com.mx/2022/01/15/banamex-y-citi-el-peso-del-negocio-en-mexico-en-20-anos/


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