El Sindicato de Estudiantes es una organización estudiantil de izquierda, revolucionaria, anticapitalista, feminista, y democrática. Defendemos la educación pública, gratuita, democrática y laica, además levantamos la defensa de los derechos de los jóvenes, hijos de las familias humildes. Lo que presentamos a continuación son nuestras principales señas de identidad.
Una organización de clase y de izquierda
La falta de igualdad en la educación que recibimos los jóvenes en función de nuestra extracción social reproduce en el sistema educativo la división social en que se basa el sistema capitalista. El sindicato de Estudiantes es una organización fundamentalmente de hijas e hijos de trabajadores porque somos los que sufrimos una educación en malas condiciones.
Los hijos de los capitalistas no tienen nuestros problemas. Ellos pueden estudiar en colegios privados caros; con salones y equipos de punta, instalaciones de primer nivel y buenas condiciones de estudio; pueden aprender idiomas en el extranjero y luego estudiar una carrera en una universidad privada, su futuro, lógicamente, está asegurado.
En cambio, ¿Qué educación recibimos la inmensa mayoría? Masificación, falta de instalaciones, falta de becas; largos, caros y peligrosos trayectos en el traslado a la escuela; hambre, compaginación de estudios con trabajos precarios en los que somos explotados para intentar seguir estudiando, etcétera. Hoy en día la educación se convierte en una auténtica carrera de obstáculos.
Esto es así porque la burguesía no necesita de una educación de calidad para los que, cuando dejemos de estudiar, vamos a estar en el desempleo, en el mejor de los casos, en trabajos temporales y sin cualificación, ni futuro. Esto explica la presión para que sólo se invierta los estrictamente necesario como para darnos la formación básica y convertirnos en la mano de obra que ellos necesitan en cada momento.
Cuando, como pasa ahora, para las necesidades de los grandes empresarios hay demasiados universitarios, provocando que millones de licenciados estén en desempleo, estos mismos empresarios y banqueros presionan para que se reduzca los gastos en educación pública, cerrándose con ello la última posibilidad que tenemos para recibir una formación necesaria para aspirar a un puesto de trabajo digno.
Una organización de lucha y combativa, con integración en todas las escuelas
En la medida que, como los hechos lo demuestran, sólo con las intenciones, palabras y reuniones no se solucionan los problemas, se hace necesario ejercer presión con la movilización en la calle.
El Sindicato de Estudiantes es un instrumento para promoverla y organizarla, extendiéndola lo más posible, tanto a estudiantes del máximo de escuelas de media superior y universidades como a los otros miembros de la comunidad educativa (padres de familia, profesores, trabajadores, personal no docente) e incluso, a los trabajadores de otros sectores.
El SE responde como una sola persona ante cualquier ataque a nuestros derechos, en cualquier escuela o facultad, y para ello, aprovecha la fuerza que nos da el ser miles de estudiantes organizados y coordinados de una punta a otra en toda la ciudad y el país.
Si, por ejemplo, una escuela está en un conflicto por un problema concreto, el SE informará de esa lucha lo más ampliamente posible a otras escuelas y a otras zonas para así también lograr una mayor difusión y apoyo a la lucha concreta que se esté desarrollando. La existencia de una organización estudiantil de lucha amplia en toda la ciudad y/o el país aumenta la fuerza y las posibilidades de victoria en nuestras demandas.
Cuando se producen movilizaciones o ante un conflicto concreto en determinada escuela impulsamos y defendemos la realización de asambleas en las que todos los estudiantes puedan participar. Una asamblea tiene que ser un instrumento que ayude a discutir y a llevar adelante las tareas, propuestas y acciones que se decidan y en las que las distintas organizaciones o personas puedan defender sus posiciones.
Además, en las asambleas se tienen que elegir a compañeros que formen comités de huelga o de lucha revocables en todo momento por la asamblea, (es decir, que la asamblea puede decidir que deje de ser responsable sin necesidad de esperar a que finalice el tiempo por el que había sido elegido) que sean los encargados de llevar a cabo los acuerdos tomados y que permitan agrupar a los estudiantes, aumentar la participación e involucrar en la organización de la lucha a más sectores. Asimismo, deben coordinar la lucha, con otros comités del resto de las escuelas, incluso formando comités de lucha de zona o incluso por ciudad, si la lucha es nacional. De esta forma intentamos desarrollar métodos democráticos, impulsando la participación lo más amplia posible de todos los estudiantes.
Una organización permanente
Sin una organización previa, cada lucha concreta tendríamos que empezarla a coordinar y unificar desde cero. La improvisación a este nivel es uno de los mejores aliados de los que quieren neutralizar la respuesta de los jóvenes ante los ataques.
Gracias a tener una organización permanente, los compañeros nuevos pueden aprender rápidamente de la experiencia de luchas anteriores. Aprendemos de nuestros errores pasados y también de las victorias para enfrentarnos a nuestra actividad presente. La organización es nuestra memoria histórica.
Es muy importante tomar en cuenta que el tener una organización permanente como lo es el Sindicato de Estudiantes, nos permite no solo impulsar acciones en coyunturas determinadas, sino realizar un trabajo cotidiano, día a día, generando tradiciones entre los estudiantes, así como aumentar en nivel de conciencia, de cara a estar preparados para los momentos más álgidos de la lucha estudiantil
Sabemos que el sistema capitalista en el que vivimos no puede solucionar nuestros problemas de fondo y pone continuamente en peligro las conquistas que conseguimos con la movilización. Por todo esto el Sindicato es una organización estudiantil permanente.
Una organización que vincule y una al bachillerato con la universidad
Otra debilidad fundamental que el movimiento estudiantil ha tenido tradicionalmente ha sido la dispersión y segregación. Entendemos que, por encima de las falsas divisiones corporativas entre distintos tipos de estudiantes, de distintas edades y estudios, somos la organización estudiantil de los hijos de los trabajadores. La mayoría de los ataques que sufrimos son comunes y la respuesta ha de ser también común. Esta idea nos da mayor fuerza dentro del movimiento estudiantil.
El gobierno siempre intentará dividir el movimiento para evitar una mayor contundencia en las protestas. Por ejemplo, lo que era una reforma general a la educación, fue dividida en distintos ataques (Reforma Educativa, Sistema Nacional de Bachillerato, Modificación a los Planes de Estudio Universitario, Nuevo Modelo del IPN) para debilitar la respuesta. Diversas organizaciones cayeron en la trampa y se negaron a luchar de manera unitaria: “esto es una lucha solamente del bachillerato o del IPN o de los maestros” es lo que decían algunos dirigentes, lo cual ha significado un error en el camino de la unificación.
Las razones de fondo de los ataques a las condiciones de estudio en las escuelas básicas y media superior son los mismos que en la universidad: acabar con la educación pública, elitizar la universidad y negar estudios dignos para los miles de hijos de trabajadores. Un retroceso en las condiciones de estudio en la enseñanza básica, media o universidad es allanar el terreno para futuros ataques y al revés, una victoria en la movilización que mejore las condiciones de la educación, parcialmente, dará confianza al movimiento en su conjunto y animará la lucha para conseguir nuevas victorias. LUCHAR SÍ SIRVE.
Una organización democrática
Estamos abiertos a todos los estudiantes, salvo los grupos porriles y reaccionarios, cualquier estudiante se puede afiliar al SE. La democracia del Sindicato se expresa y garantiza, fundamentalmente, por medio de la participación en la vida interna de la organización. Las asambleas de los miembros, el funcionamiento democrático de todos los órganos y el respeto a las decisiones tomadas por la mayoría son la base de esta democracia. Los responsables son elegidos en congresos o asambleas, y son revocables por quienes los eligieron.
La línea política del SE, su posición ante los temas que nos afectan, es decidida en el Congreso o Asambleas Generales, que son los máximos órganos de decisión en toda la región. En este sentido, el SE es una organización que garantiza la máxima libertad de participación ante toda discusión que se produzca en su seno y la máxima unidad a la hora de aplicar los acuerdos tomados tras la discusión donde, naturalmente, se lleva a cabo lo que la mayoría decide
Una organización antiporril
El porrismo siempre ha sido un instrumento al servicio de los sectores más reaccionarios de la sociedad. Su único objetivo es amedrentar al movimiento obrero y a la juventud, desorganizarnos e impedir que luchemos por mejorar nuestras condiciones de vida y futuro.
Por todo ello, desde el SE, siempre hemos planteado que la forma de combatir al porrismo es luchando contra él activamente. Aislar y combatir a los porros en nuestros centros de estudio, trabajo y colonias debe ser nuestra tarea, además de la unidad entre todas las organizaciones de izquierda: sindicatos, asociaciones y colectivos para denunciar y responder a cada agresión.
De lo contrario estaremos dando alas a los porros para que actúen impunemente al no encontrar ningún tipo de respuesta y haciendo el juego a los medios de comunicación y justicia burguesa. Estos tratan de presentarse, una y otra vez, como jóvenes con simples peleas entre bandas, no sólo para que los criminales salgan impunemente de sus salvajadas, sino también para presentar a la sociedad a una juventud violenta, criminalizándonos a todos y ocultando así el verdadero papel de los porros bajo el capitalismo.
Una organización que se orienta hacia el movimiento de los trabajadores y busca su unidad con él
Una de las señas de identidad del SE desde su fundación, ha sido la conciencia de pertenecer a la clase trabajadora y luchar con su bandera. En la sociedad en la que vivimos no somos todos iguales. Para la mayoría de las familias la reivindicación de una educación pública no es una consigna abstracta, es una necesidad, ya que se trata de la única garantía de que sus hijos puedan acceder al conocimiento y, por tanto, aspirar a una vida mejor. Convertir la educación en un derecho básico y garantizado para cualquier niño o joven fue el resultado de una larga lucha. No podemos olvidar que muchos de nuestros abuelos y padres no pudieron siquiera soñar con tener una formación académica. Y fue precisamente en las grandes luchas, cuando la reivindicación de la enseñanza pública adquirió una fuerza imparable. La movilización social, y sólo ella, permitió la creación de una amplia red de escuelas públicas.
La mayoría de los estudiantes provienen de la clase trabajadora. Nosotros no apoyamos a los trabajadores por sentimentalismo sino porque tienen nuestros mismos intereses. A nosotros también nos interesa que no se pierdan puestos de trabajo porque un puesto de trabajo que se pierde hoy es un puesto de trabajo menos al que podremos aspirar en el futuro.
También nosotros luchamos contra los contratos precarios y contra el sub-empleo porque somos los jóvenes los más explotados por los empresarios, los que sufrimos las peores condiciones laborales. Y también nosotros luchamos por mejorar los salarios de los trabajadores y su nivel de vida porque de ellos dependemos y porque, al igual que la educación pública, están siendo atacados gravemente.
Por esto nos movilizamos, no sólo por una educación pública, laica, democrática, gratuita y de calidad, sino también por puestos de trabajo dignos, contra los contratos precarios, contra la destrucción de empleos, contra la reducción de salarios.
Por eso desde el SE apoyamos a el magisterio democrático, a los electricistas, a las enfermeras y personal de salud pública, a los jubilados y pensionados, a nuestros compañeros de Atenco y a todos aquellos que están resistiendo contra los proyectos de muerte en sus pueblos y territorios, nos solidarizamos y participamos en sus luchas, así, defendemos los derechos de nuestras madres y padres y evitamos que se destruyan los empleos a los que queremos acceder cuando finalicemos nuestros estudios. Sumándonos a las luchas sociales del pueblo, los jóvenes contribuimos también a derrotar los planes que ataca nuestro derecho a la educación porque sabemos que quienes despiden, explotan y maltratan a los trabajadores en sus centros laborales, son los mismos que dictan a los gobiernos las contrarreformas que están demoliendo a nuestra educación pública.
Y, lo cierto, es que no hemos necesitado inventar nada. Hemos aprendido de las mejores tradiciones de nuestro movimiento obrero organizado, en un terreno tan decisivo como conseguir los recursos económicos para financiar nuestra actividad, los boteos de resistencia de los trabajadores en huelga ha sido un ejemplo fundamental. Esta tradición está basada en varias ideas que tenemos muy presentes. En primer lugar, que sostener una lucha seria y prolongada requiere de recursos económicos. Por otra parte, que quien paga manda, es decir, que sólo podemos depender de nuestros propios recursos y fuerzas. Es común que los trabajadores que inician una huelga afrontan en primer lugar la tarea de combatir la asfixia económica que supondrá no cobrar el salario. Se dirigen para ello al resto del movimiento obrero para lograr su apoyo, puesto que la solidaridad es una herramienta clave para doblegar las provocaciones de los empresarios y elevar la moral de victoria de los oprimidos. La organización colectiva y la solidaridad de clase puede mover montañas.
No dependemos de préstamos bancarios ni de partidos políticos ni de ninguna subvención gubernamental para nuestra actividad combativa. Sólo nos basamos en el apoyo consciente de la juventud, de los trabajadores y de sus organizaciones. Y esto es lo que garantiza nuestra independencia política de cualquier poder establecido.
Al igual que nos inspiramos, también aprendemos de las dificultades. Muchos luchadores sociales y obreros nos explican cómo el desarrollo de su actividad se enfrenta no sólo a las amenazas y presiones de los patrones sino también a los dirigentes burocratizados de sus sindicatos, que están más a gusto discutiendo y decidiendo a puerta cerrada en sus despachos que organizando asambleas y convocando movilizaciones. De esta realidad extraemos también conclusiones, auténticas reglas de oro de nuestra actividad y funcionamiento democrático. En primer lugar, nuestros derechos se deciden luchando, nunca se conseguirá en una mesa de negociación algo que previamente no se conquiste en las calles. Nada de negociaciones secretas, cualquier reunión, de unidad de acción y, especialmente, de negociación, debe ser pública, tanto en lo referente a sus participantes como a su contenido. Las asambleas y que estas decidan son la clave y la base del movimiento, tanto para garantizar su carácter masivo como democrático.
No podemos dejar de mencionar otra de las grandes aportaciones que el movimiento de los trabajadores organizados ha dejado a nuestra organización y que representa una de nuestras más valiosas señas de identidad: el internacionalismo.
Nosotros no diferenciamos a las personas por su nacionalidad, sexo, orientación sexual, raza o creencias religiosas. Nosotros distinguimos entre explotados y explotadores. Consideramos iguales en derechos a todos los seres humanos y nos situamos enfrente de todos los opresores y al lado de todos los oprimidos.
Cuando el movimiento estudiantil ha conseguido sus mayores éxitos ha sido cuando más claramente se ha orientado al movimiento de los trabajadores para pedir su solidaridad y apoyo: esta no es sólo nuestra experiencia en México, sino que también es la experiencia del movimiento estudiantil en todo el mundo.
Una organización que defiende un feminismo de clase
También levantamos, firme y combativamente, la bandera del feminismo revolucionario, contando con la plataforma Libres y Combativas, reivindicamos el feminismo de clase y anticapitalista. Somos una organización mixta, pero esta lucha la encabezan nuestras compañeras. El movimiento de las mujeres por su liberación ha sido siempre una expresión importante de la lucha de clases. En los últimos años la explosión de movilizaciones contra la violencia machista sistémica, ha subrayado con más fuerza, que nuestra emancipación como mujeres y trabajadoras no se puede desvincular de la lucha contra el orden capitalista y sus leyes.
Una organización internacionalista, anticapitalista y revolucionaria
Desde que estallara la crisis capitalista en 2008 la juventud y la clase trabajadora hemos sufrido un retroceso brutal en nuestras condiciones de vida. Recortes sociales, desempleo crónico, privatización de los servicios sociales más básicos, precariedad y una extensión de la pobreza y la desigualdad sin precedentes, los feminicidios y violencia han revelado el auténtico rostro del sistema capitalista.
Mientras este drama social nos golpea duramente, una minoría de especuladores, poderes financieros y banqueros se hacen millonarios. Una tendencia que no ha dejado de crecer desde el estallido de la crisis. Y no sólo es que los grandes capitalistas ganen cada vez más, sino que además pagan cada vez menos. Esta realidad que golpea a millones de personas no es casualidad. La acumulación de riqueza por parte de una minoría privilegiada es la base para el aumento descarnado de la explotación y la miseria para la inmensa mayoría. Esto es el capitalismo, un sistema cuya lógica y dinámica sólo busca el incremento de los beneficios de la oligarquía financiera y empresarial, sin importarles las consecuencias sociales que esto genere. Bajo el capitalismo los recursos naturales, las principales palancas de la economía y los avances tecnológicos no se organizan para garantizar una vida digna a las personas, se usan sólo para asegurar que esta minoría puede seguir aumentando su riqueza.
La idea de que no hay dinero para asegurar el bienestar social es radicalmente falsa. En realidad, nunca ha habido tanto dinero y nunca ha habido y tanta capacidad en la sociedad para generar riqueza. Aunque parezca paradójico, la crisis capitalista no se produce por falta de capacidad para producir o por falta de mercancías: no son crisis de escasez, sino de abundancia. Para los capitalistas “sobra todo”: coches, casas, alimentos...porque ponerlas en el mercado no les asegura aumentar sus beneficios, aunque eso suponga que millones de personas se vean empujados al desempleo y a la marginación y los que conservan su trabajo sometidos a una explotación cada vez mayor. También con los alimentos se da esta absurda contradicción: según un informe de Intermón Oxfam tan sólo en EEUU las multinacionales del sector agroalimentario tiran al año 40 millones de toneladas de alimentos para mantener los precios, un volumen con el que se podría alimentar a mil millones de personas que se van a la cama con hambre cada día.
Capitalismo, horror sin fin.
Pero el capitalismo no sólo aplasta a la inmensa mayoría de la sociedad con la pobreza y la desigualdad, también amenaza en convertir el mundo en una realidad de muerte y horror. Las guerras imperialistas impulsadas por las grandes potencias económicas han hundido países enteros en la miseria, la desestabilización y el terror. La huida de millones, expulsados de sus países, convertidos en refugiados sin derechos y recibidos en los “civilizados países avanzados” de la manera más indigna, ha puesto de manifiesto el horror sin fin que es el capitalismo.
La violencia y persecución racista no es la única lacra que se ha extendido con la crisis capitalista. La política de ataques y recortes agranda la desigualdad entre hombres y mujeres: no sólo se sufre mayor desempleo entre las mujeres, también el desmantelamiento e inexistencia de guarderías, estancias infantiles o albergues dignos para personas dependientes, ha empujado a millones de mujeres a estar atadas a las cuatro paredes del hogar y a la condena de no tener independencia económica. Todo ello no hace más que contribuir a una situación de vulnerabilidad e indefensión creando el caldo de cultivo para el incremento de las agresiones machistas.
Incluso la devastación del planeta está en juego bajo el capitalismo. Durante las últimas décadas, la Tierra, ha experimentado cambios provocados por el calentamiento global con graves consecuencias para asegurar supervivencia.
En el sentido que consideramos que los intereses de los trabajadores y estudiantes de todos los países del mundo son los mismos porque estamos sometidos a la explotación de un sistema social y económico que es internacional, el capitalismo. El Sindicato tradicionalmente ha realizado campañas de solidaridad con los jóvenes y trabajadores de otros países. Un ejemplo muy claro de todo esto ha sido nuestro compromiso con la lucha masiva de la juventud a favor del desarme en EUA, por nuestro apoyo a la lucha del pueblo brasileño, contra las redadas racistas y de asesinatos de sus máximos dirigentes, como Mariele Franco, sumándonos al movimiento a favor del aborto de nuestras compañeras en Argentina, etc. Para nosotros fue toda una inspiración y ejemplo ya que entendíamos que su lucha es nuestra lucha y una victoria suya, fortalece el movimiento en nuestro país.
Otros ejemplos del carácter internacionalista de nuestra organización han sido las campañas que ante cualquier agresión imperialista hemos organizado. Siempre, en nuestra intervención y organización de estas luchas hemos mantenido un mensaje claramente internacionalista, de clase, y anticapitalista intentando aportar en la conclusión que para conseguir la paz se necesita la movilización y solidaridad de clase, la paz de los empresarios, capitalistas y gobernantes es la paz de los cementerios.
Nuestra orientación es así, porque desde el SE sabemos que bajo el sistema capitalista nunca podremos conseguir y mantener de manera indefinida nuestras reivindicaciones plenas, ni conseguiremos tener un futuro digno y garantizado al acabar los estudios. Por eso desde el SE luchamos por acabar con el capitalismo, este sistema económico explotador que continuamente engendra opresión y miseria, miremos donde miremos. Defendemos una sociedad donde los recursos económicos no sean propiedad de una minoría, sino que sean planificados armoniosamente y democráticamente por los trabajadores en beneficio del conjunto de la sociedad. Una sociedad sin clases sociales y sin explotación, una sociedad auténticamente socialista.
Luchamos por:
- Una educación pública, gratuita, científica, critica, democrática y popular.
- Una educación racional, objetiva y laica, no más concesiones a la iglesia para educación privada.
- Gasto mínimo del 10% del PIB en educación pública.
- Un aumento del presupuesto a la ciencia, investigación y tecnología de un 3% del PIB.
- No más recortes. Aumento del presupuesto público a Arte y Cultura, Seguridad Social y Servicios Sociales. Educación artística y deportiva a toda la juventud.
- Equipamiento del 100% de las escuelas con aulas, laboratorios, talleres, bibliotecas, salas de computo, auditorios, gimnasios, etc.
- Educación pública obligatoria desde la educación básica hasta la superior.
- No más saturación en las aulas, por un plan de creación de centros escolares dignos y públicos para reducir el número de alumnos por salón hasta máximo 25 estudiantes.
- Base y salario digno a nuestros profesores, por un plan de contratación para los nuevos centros educativos.
- Sistema de becas para los hijos de los trabajadores, con un monto igual al salario mínimo y otorgamiento sin discriminación por razón de edad, sexo, raza, etcétera.
- Gratuidad del transporte, material escolar y comedores escolares subsidiados bajo control de los estudiantes y trabajadores sindicalizados de las universidades.
- Creación de casas-residencia para estudiantes fuera de su lugar de origen. Gratuitas, dignas y con todas las condiciones y medios.
- Eliminación de todos los exámenes de selección, que son filtros para justificar negarnos el acceso a la educación media y superior.
- Fomento especial a la educación indígena, enseñanza en la lengua y tradiciones de las comunidades. Creación de escuelas en las zonas alejadas equipadas y dignas, con profesores de la comunidad y hablantes en su lengua.
- Por un puesto de trabajo digno al finalizar nuestros estudios.
- No más acoso y violencia machista en nuestros centros de estudio. Por la creación y cumplimiento de lineamientos que den atención y seguimiento a víctimas. Por comités de autodefensa en nuestras escuelas.
- Por una educación con perspectiva de género y no sexista.
- Nos solidarizamos e impulsamos la lucha de las comunidades que están combatiendo contra las trasnacionales y empresarios nacionales que impulsan los megaproyectos de la muerte que despojan de agua y territorio a las comunidades causando la migración forzada y muerte de flora y fauna completamente irreversible.
- Erradicación de todo tipo de cuerpos represivos y de control. Eliminación del cuerpo de granaderos, abajo la Ley de Seguridad Interior, por la vuelta del ejercito a sus cuarteles.
- Por nuestro derecho a manifestarnos, organizarnos y hacer actividades que permiten desarrollar la conciencia social y comunitaria.
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