¡Luchemos por una verdadera universidad pública!

El pasado mes de octubre, Enrique Agüera, rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), rindió su Tercer Informe de Labores. Según él, en la universidad todo es miel sobre hojuelas: se han entregado “grandes obras” como la Biblioteca Central, el Estadio Universitario, la Sala de Audio y Video de la Dirección General de Bibliotecas, entre otras, que han aumentado la infraestructura y por ende la calidad de la universidad. El rector hizo hincapié en la defensa de la educación pública y la investigación científica para asegurar el futuro de México, además de mostrarse orgulloso de aceptar a uno de cada dos aspirantes  en su universidad, o lo que es lo mismo, rechazar a la mitad de los que presentan el examen de selección.

Pero analicemos si los hechos le dan la razón a las palabras que salen del rector. Si bien es cierto que se han hecho remodelaciones y ampliaciones a la infraestructura, han sido de muy mala calidad, pues es inaceptable que habiendo construido una Biblioteca de varios cientos de millones de pesos, no se tengan los recursos para dotarla de libros y se clausuren bibliotecas de área para mudar todos los libros a un nuevo espacio con goteras que dañan los libros.

En el discurso fantoche del rector, se mencionan los grandes logros pero nunca las carencias. El ejemplo está en la lluvia que azotó a la ciudad el pasado 24 de agosto de 2012, en la que la “infraestructura de alta calidad” que presume el rector, en realidad inexistente,  provocó que se dieran grandes inundaciones por toda Ciudad Universitaria, causando daños a automóviles; además del peligro en que se vieron miles de jóvenes que asistieron al partido de futbol en el estadio universitario, donde la estructura metálica se vino abajo.

Otro aspecto con el que se puede comprobar la calidad falaz del informe del rector, es la sobrepoblación de los salones de clases, en donde la cantidad exorbitante de alumnos por aula no permite un buen desarrollo académico, pues atender a más de 25 alumnos por clase es un castigo para el docente, y priva de muchas actividades a los alumnos (salidas de campo, solución de dudas, uso de laboratorios); por lo que la calidad de la educación se reduce en un amplio margen, contrario a lo que argumenta el rector.

Ahora bien, el rector dice defender la educación pública y la investigación científica, pero ¿por qué no dice “defender la educación pública y gratuita para todos los hijos de trabajadores”? Es claro que el señor es un buen demagogo y ninguna intención tiene de hacer que la universidad sea  gratuita y alcanzable para todos los jóvenes, hijos de trabajadores, que demandan un lugar cada año. Si en realidad Agüera se preocupara por una universidad pública para el pueblo, ya existirían comedores subsidiados para estudiantes y maestros, con alimentos sanos y no con la basura tan cara que ofrecen las cafeterías; casas de estudiantes para quienes vienen de provincia; todas las facultades tendrían el material suficiente para estudiar dignamente y no se cobraría ni un peso por concepto de inscripción o reinscripción; además de que se aceptaría a todo aspirante sin necesidad de un “examen de admisión”, con el que se justifica la exclusión de miles de jóvenes.

En materia de investigación científica, hay que comprender que México es un país tercermundista, subdesarrollado que está privado en la generación de tecnologías pesadas propias durante cien años (a partir de 1923); por lo que el destino de los mexicanos proletarios, bajo el esquema capitalista, es servir como obreros baratos en fábricas extranjeras. Obviamente el Estado burgués mexicano tiene la tarea de defender  y mantener  la división en clases sociales, y para lograr tal cosa, usa a las universidades públicas. Estas universidades son deliberadamente mantenidas de forma mediocre para evitar que en México se desarrolle tecnología automotriz, aeronáutica, marítima, naval y demás industria pesada. El proyecto que la BUAP tiene planeado en el municipio de San José Chiapa, de crear un centro de capacitación y adiestramiento de obreros para la empresa alemana automotriz Audi, tiene ese objetivo: perpetuar el sistema capitalista explotador en México mediante la formación de obreros asalariados, que con la reforma laboral propuesta por la derecha (PRIAN) política, serán exprimidos hasta la muerte, laboralmente hablando.

En el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Púbica (CEDEP), sabemos firmemente que la universidad y la educación pública son un pilar clave para la construcción de una sociedad mejor y superior a la capitalista, pues para planificar racionalmente la economía de la futura sociedad socialista por parte de los trabajadores,  se debe seguir generando tecnología a partir del avance científico y la investigación, para ponerla al servicio de las necesidades de la mayoría de la población, los trabajadores y sus hijos.

Es nuestra obligación histórica y de clase (al terminar nuestros estudios nos incorporaremos a la producción como trabajadores), defender a toda costa las universidades públicas y la educación laica, científica, gratuita y democrática; pues esos logros le han costados sangre y sudor a nuestros padres trabajadores que alguna vez fueron estudiantes y que dieron sus vidas para  defender estas conquistas.

Desde el CEDEP hacemos el llamado para luchar por la reducción del número de alumnos en las aulas hasta un máximo de 25, sin el rechazo de estudiantes, sino destinando un mínimo del 10% del PIB en educación pública (para construir más aulas y crear plazas para maestros) y por el aumento del presupuesto a la investigación en un 3% del PIB; comedores subsidiados por el gobierno federal, dignos y con comida sana para los trabajadores y estudiantes de universidades públicas; por la creación de  casas residencia para estudiantes fuera de su lugar de origen, a cargo del presupuesto federal, con todas las condiciones y medios para una vida digna; el pase automático a la universidad y a toda enseñanza superior, rechazo a los exámenes de selección; contra la privatización de la educación; abolición de las cuotas y pagos de servicios. También somos conscientes que la raíz de los problemas educativos en México y en el mundo,  es el sistema capitalista, que actualmente ha agotado todo su potencial progresista, es decir, que ya no tiene ninguna alternativa que ofrecer a la juventud en cuanto a una educación digna y para el desarrollo del país; por lo que también debemos ligar la lucha estudiantil con la lucha de los trabajadores, defendiendo en todo momento la nacionalización de las tierras, las fábricas, las escuelas que están en manos privadas, sin indemnización y puestos bajo control obrero. Sólo de esa forma podremos estar seguros que nuestras demandas y reivindicaciones tendrán viabilidad.

¡Compañero estudiante, te hacemos un llamado para que en tu escuela o facultad te organices y luches por lo que te pertenece! ¡Afíliate al CEDEP! ¡Unidos y organizados… VENCEREMOS!


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