La lucha contra las reformas que afectan los derechos de la juventud es hoy en día un aspecto central para millones de jóvenes que vemos como nuestros derechos son desmantelados por Peña Nieto y la derecha en general con la complicidad de quienes tendrían que defender los derechos de los jóvenes. Pero la lucha contra las contra-reformas no puede ser una lucha de un puñado de jóvenes honestos, sino por el contrario tiene que ser la lucha del conjunto de la juventud y el pueblo trabajador en defensa de nuestros intereses. Por ello mismo aunque nos solidarizamos con la lucha que decenas de jóvenes están dando en defensa del los CCH´s. Consideramos que la Toma de la Torre de Rectoría el pasado 19 de Abril así como de la Rectoría de la UAM Iztapalapa el día  24 de abril, no son la forma más adecuada para ampliar la lucha y preparar el terreno para que triunfar.

Ningún joven puede quedarse al margen de luchar por la defensa de la educación pública, pero el método no puede basarse en sustituir a las amplias masas por un pequeño grupo, la tarea es la difundir ampliamente en todos los salones la problemática de la educación y de ello crear asambleas cada vez más grandes con la participación de los estudiantes. Para lograr lo anterior es necesario que los sectores más avanzados y activos de los estudiantes construyan organización previa desde donde se fundamente y organice todo este trabajo. Cuando por el contrario un pequeño grupo realiza acciones como las que vemos ahora, lo que queda claro inmediatamente para las autoridades, que no son tontas y que además tienen muchos asesores políticos profesionales, es que ese pequeño grupo está aislado de las masas estudiantiles y además están desesperados. Sin respaldo y sin cabeza para pensar sus acciones, son presa fácil para la derecha universitaria y del gobierno Federal que están deseosos de aplastar cualquier acción que vaya contra sus planes privatizadores.

 

La lucha que los jóvenes damos en defensa de la educación no es sencilla, por tanto es inevitable que los estudiantes cometan errores o acciones que no son las más adecuadas. Pero la necesidad de triunfar en esta lucha nos debe llevar a reconocer que en esta lucha nos enfrentamos a grandes enemigos que tienen años de experiencia, toda una infraestructura mediática, política y represiva y que por tanto estamos obligados a rescatar las experiencias de lucha de pasado y a aceptar que todos los triunfos importantes nunca son el producto de un pequeño grupo sino de la acción masiva, consiente y organizada de los estudiante en conjunto con la clase trabajadora. No debemos renunciar a la lucha, debemos renunciar a las acciones individuales. 

Sobre las autoridades universitarias y el dialogo

Formalmente las autoridades universitarias se deben a su comunidad universitaria, ante todo tienen la obligación de defender la educación pública. La experiencia nos muestra que esto no es así, el actual secretario de Educación, Emilio Chuayffet, no solo no tienen ninguna formación pedagógica sino que se distingue por ser un asesino, agente fiel del PRI y de los empresarios en nuestro país. Otras autoridades van por el mismo rumbo, la ex rectora de la UACM, Esther Orozco, hasta Enrique Fernández Fassnacht de la UAM han impulsado medidas con la única intensión de contener, limitar y controlar la lucha que cientos de estudiantes estamos dando por la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad. La postura adoptada por José Narro Robles, rector de nuestra Universidad, así como del Colegio de Directores, que consiste en que sea la PGR quien asuma la solución al conflicto interno en la UNAM, es una muestra más de que las autoridades universitarias están al servicio de los intereses empresariales en la educación pública. Con esta medida lo que anuncia Narro Robles es que, además y sobre todo, los futuros conflictos universitarios serán resueltos por esta vía: la policía y represiva.

Una verdadera alternativa para solucionar el conflicto tiene que poner el diálogo como punto de partida mucho antes que sanciones jurídicas o académicas. Reconocemos que los métodos impulsados por quienes han tomado las Torres de Rectoría no son los adecuados, pero a su vez reconocemos que han sido orillados a esa situación ante la negativa cotidiana de las autoridades a un dialogo frontal, simétrico y honesto. Es necesario que Rectoría elimine las sanciones contra los compañeros expulsados de CCH Naucalpan, sobre todo porque la auténtica violencia siempre ha sido fruto de las mismas autoridades universitarias (el porrismo por ejemplo). La lucha contra los “12 puntos” fue lo que motivó las acciones de estos estudiantes y reconocemos lo inadecuado que resultaron dichos métodos, pero también es necesario decir que dichas reformas debieron consultarse y explicarse ampliamente antes, cosa que no hicieron las autoridades.

Rechazamos tajantemente la entrada de la PGR y de la PFP a las Universidades para solucionar conflictos que son obligación de las autoridades universitarias resolver. La lucha de los meses pasados es sin duda alguna una muestra de que a los jóvenes nos interesa nuestro país y nuestro futuro, que para la mayoría es incierto. La campaña en contra de la juventud tiene a todas luces la intensión de dividir, por ello nuestra alternativa tiene que ser la de seguir organizándonos de forma democrática y revolucionaria para defender nuestros derechos y nuestro futuro. Solo de forma organizada podremos superar los obstáculos que EPN y la derecha pretenden imponernos. Solo de forma organizada podremos echar abajo los ataques y avanzar. Hacemos un llamado claro a la juventud a seguir organizándonos y movilizándonos para echar abajo los ataques y contra-reformas que se avecinan.

25/abril/13


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