El pasado domingo 3 por la noche fue detenido por la policía del STC Metro Ernesto Aguilar, estudiante de doctorado en filosofía de la UNAM y activista defensor de los derechos humanos. El motivo de su detención fue que Ernesto estaba grabando cómo la policía tenía un altercado con otro joven al que intentaban desalojar del metro. Al ver que estaban siendo grabados, los policías arremetieron contra Ernesto, llevándolo detenido al Ministerio Público de la colonia Juárez.
Al llegar al Ministerio Público, resultó que Ernesto estaba siendo acusado no sólo de grabar a los policías mientras detenían al otro joven, sino de acoso sexual a una de las policías. En videos tomados por otros usuarios del metro se puede ver con claridad que esta última acusación es in fundada (video de la detención: https://www.youtube.com/watch?v=oVTmkiLRXuI). Lo único que se ve es cómo los dos jóvenes son detenidos con lujo de violencia y luego difamados para justificar su detención.
Por si esto fuera poco, no solamente los policías acusaron hábilmente a Ernesto de un delito que no alcanza fianza y que no requiere más prueba que el dicho de la “víctima” para imputarse, sino que se violó su derecho a un debido proceso al trasladarlo al Reclusorio Oriente 24 horas antes de lo establecido por la ley. Esta treta operada por las autoridades del gobierno de Mancera, impidió que se presentaran pruebas que demuestran la clara inocencia de Ernesto.
Esto no es un acto aislado, es parte tanto de la política de criminalización de la juventud como de la impunidad policiaca solapada por las autoridades. Si es un delito grabar detenciones, entonces estamos a merced de los dichos de la policía siempre que somos detenidos injustamente (fenómeno lamentablemente común entre la juventud).
El Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública se suma a la campaña por la inmediata liberación de Ernesto Aguilar y al repudio a la actuación autoritaria de la policía del gobierno de Mancera. Repudiamos también el uso del acoso sexual para encubrir la represión policial. Consideramos igualmente que es fundamental exigir que tanto la Facultad de Filosofía y Letras como la UNAM en su conjunto se pronuncien lo antes posible por su doctorando detenido.
Estaremos al tanto de la situación y, si el compañero no es liberado, estaremos listos para ir a las escuelas, llevar el caso a cada aula y organizar una campaña política por su liberación.