Uno de los principales objetivos del gobierno federal ha sido, desde su campaña, la renovación de PEMEX. Como consecuencia de la Reforma Energética, la industria petrolera se ha visto en gran dificultad para salir adelante, aunado a eso, la corrupción sindical también ha sido un freno para un desarrollo próspero en éste sector. Para dar una solución rápida a esta situación el presidente AMLO propuso un intenso plan de austeridad que se implementó de golpe en cuando llegó al poder el nuevo gobierno.
Este plan de austeridad contempla prácticamente todos los sectores públicos, recortando gastos cómo presupuesto para viáticos a servidores públicos, suspensión de fueros y privilegios, además se tomarían como delitos graves la corrupción, tráfico de influencias, robo de combustible entre otro tipo de delitos normalizados y solapados en administraciones anteriores. El presidente tiene un sueldo de la mitad de lo que recibía el presidente anterior, así mismo, ningún funcionario público podría ganar más que este salario presidencial, aunque esto último no logró concretarse, ya que muchos funcionarios burócratas se ampararon para que su salario no pudiera ser modificado.
Otras medidas fueron que no habría compra de vehículos para funcionarios durante el primer año de gobierno, ni de sistemas de cómputo. Las y los secretarios particulares no tendrían lugar. No habría permiso para el uso de aviones o helicópteros privados. La publicidad del gobierno tendría un importante recorte, así como el uso de choferes.
Este tipo de medidas acompañadas de recortes a Institutos, Secretarías, e incluso a Universidades, al CONACYT y al sector salud, puso a temblar a miles de trabajadores, cabe mencionar que hubo un intento por recortar presupuesto a casas refugios para mujeres en riesgo, sin embargo, el descontento fue tal que se tuvo que retractar el gobierno de esto, sin embargo los recortes que ya se han aplicado estaban pensados y destinados contra los servidores públicos de mayor rango con sueldos ridículamente altos. Se pensaba dejar de hacer gastos inútiles o mal planeados, lamentablemente terminaron aplicándose a la base de trabajadores en muchas instituciones, ya que los burócratas no estuvieron dispuestos a sacrificar sus privilegios, la consecuencia de todo esto han sido despidos y condiciones laborales precarias. Por otro lado en institutos dónde de por sí había condiciones laborales inhumanas no mejoraron en absoluto, en vez de hacer inversiones en sistemas de cómputo prefieren rentar las máquinas, despilfarrando el poco dinero destinado a sus áreas, sin contar la retención de sueldos de hasta más de seis meses en muchos sectores del gobierno.
Mientras este tipo de despilfarros continúen teniendo cabida, ningún plan de austeridad será efectivo, pues la corrupción continuará absorbiendo una gran parte del presupuesto destinado al sector público. Es necesario revisar a profundidad en cada instituto, en cada secretaría, en cada universidad la distribución económica a nivel interno, la eliminación real de salarios ridículamente altos, de aviadores, de trabajos por subcontrataciones externas, eliminación real de choferes al servicio personal de servidores públicos, pago de impuestos de grandes empresas que durante años los han evadido, eliminación de dirigentes sindicales que utilizan su poder para hacer desvíos económicos como en el caso mismo de PEMEX.
Toda esta serie de puntos han sido omitidos y la clase trabajadora no se ha visto beneficiada en absoluto a partir de las medidas de austeridad, ya que continuamos viendo reducción de salarios o pérdida de empleo. Desde Izquierda Revolucionaria exigimos que los programas de austeridad por el contrario se traduzcan en empleos dignos, eliminación del contrataciones por fuera, eliminación de compromisos por parte de institutos y secretarías con particulares, despido de líderes sindicales charros, así como que esta crisis económica heredada por los gobiernos anteriores no sea pagada por la clase trabajadora sino por los burócratas que han mantenido y solapado el despilfarro económico que nos ha llevado a momentos de crisis económicas graves.
