Televisa es una de las empresas mexicanas dedicada a los medios de comunicación, principalmente televisiva con gran importancia a nivel mundial y en México, pues sus canales fueron de los más vistos durante décadas, sin embargo su credibilidad comenzó a caer con fuerza en los últimos años junto con el régimen que le dio sustento. Esta gran empresa de propaganda derechista, profundamente conservadora ahora también está en crisis.
La crisis de televisa era evidente desde hace algunos años, sin embargo los últimos cuatro años perdió el 70 % de su valor. La publicidad oficial sumaba el 70 % de sus ingresos (Proceso, 22 de septiembre 2019), pero con la llegada de Andrés Manuel López Obrador y la “Austeridad Republicana” sus ingresos están en picada.
“Mientelevisa”
Una de las consecuencias más evidentes de la poca credibilidad de los espectadores fue la repentina salida de López Dóriga del noticiero estelar de la empresa siendo sustituido por la actual conductora Denisse Merker, quien tampoco goza de gran prestigio, en especial después del fraude electoral de 2006. López Dóriga llevaba más de 15 años conduciendo el noticiero nocturno del “Canal de las Estrellas”, sin embargo en el 2016 salió del aire, los ataques en redes sociales contra su noticiero eran inevitables, al cuestionarle porqué censuraba ciertos posicionamientos políticos por un lado y daba favoritismo a otros, además de la censura al escándalo que involucraba a su esposa en un caso de extorsión hacia María Asunción Aramburuzabala, su conducción ha generado aún más desconfianza en los espectadores. Actualmente continúa ejerciendo como periodista, pero millones de mexicanos lo conocemos como un aliado de la derecha más podrida en nuestro país.
Éste año también vimos salir del aire al periodista Loret de Mola quien igualmente había perdido audiencia en la última época, es un sintomático que también sea un icono de “Mexicanos Primero”, organización promotora de la reforma educativa de Peña Nieto. Además como medida ante la crisis que se estaba viviendo, Emilio Azcárrada Jean, el dueño de la empresa y uno de los hombres más ricos del país, se retiró del puesto de director ejecutivo en 2017, como intento por salvar al barco que se hundía más y más. Pero todas estas medidas cosméticas no son más que patadas de ahogado en una curva descendente que evidencia la cercanía de esta empresa con el régimen prianista, ahora que estos partidos políticos están en crisis, también lo está su gran aparato propagandístico: Televisa.
El amarillismo y la indignación
La mentira de “Frida Sofía” la supuesta niña atrapada entre los escombros del Colegio Rebsamen, después del sismo del 19 de septiembre de 2017, causó gran indignación, los proyectores, recursos y medios de comunicación estuvieron puestos sobre el invento de una de las conductoras estrellas de la televisora, Danielle de Iturbide. Al conocerse la verdad la empresa sufrió otro revés.
Durante los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto se conocieron varios casos de montajes televisivos de detenciones a narcotraficantes, en conclusión con las Fuerzas Armadas, el caso más famoso fue el de Florence Cassez, por supuesto las exclusivas, las tuvo Televisa.
Peor aún ha sido el caso sobre el traslado de drogas entre México y América Latina, en la que se vio involucrado personal y vehículos de esta televisora, estos fueron retenidos en Nicaragua, pero poco se supo del tema, por supuesto televisa, solamente sacó un comunicado deslindándose de los hechos.
Otro ejemplo, se dio durante el sexenio anterior cuando el dólar se disparó, sin embargo tratando de justificar las políticas del presidente en turno Enrique Peña Nieto en el programa matutino de mayor rating, la conductora Andrea Legarreta manifestó su ridícula opinión sobre el aumento del dólar, afirmando que este no afectaba a la economía mexicana, comentario que causo burla e indignación en las redes, pues no fue un error fortuito, era la evidencia de la manipulación sistemática de la empresa para ocultar la responsabilidad del gobierno sobre el empobrecimiento del pueblo, en todas y cada una de sus programaciones.
Las redes sociales junto a los medios independientes han contribuido a desmentir muchas de las notas y en la decadencia de la televisora, sin embargo el factor fundamental es la experiencia de millones de trabajadores, jóvenes, mujeres, amas de casa, campesinos, etc. que han contrastado con la realidad las ideas impulsadas desde sus numerosos programas, ante la que es evidente como esta empresa favorece posicionamientos políticos que benefician a una minoría, la oligarquía de siempre. Ahora aparecen en la pantalla con lágrimas de cocodrilo, indignados ante la cancelación del NAICM, la abrogación de la reforma educativa, el tope salarial a magistrados y fiscales, la falta de represión brutal de las manifestaciones de jóvenes, etc.
La lucha por la cultura, democratización y la libertad de expresión debe ir de la mano con la lucha por la expropiación de estos medios de comunicación que sirven solo para mantener la dominación, la ignorancia y los prejuicios sobre las luchas que emprenden las y los trabajadores y la juventud.