La detención fallida de Ovidio Guzmán el Ratón, hijo de el Chapo Guzmán, reveló la debilidad del Estado mexicano frente al poderío del narco, encumbrado durante las últimas décadas gracias a la complicidad de todos los niveles del Estado, el sistema judicial y el financiero.

La torpe acción de las Fuerzas Armadas (FFAA) expresó las divisiones internas, la podredumbre debido a la infiltración del crimen dentro de ellas. También, la derecha ha usado este hecho para abrir una división entre el gobierno de AMLO y las FFAA. La derecha está aprovechando cada recoveco y debilidad para aumentar inestabilidad y derrotar las aspiraciones del pueblo que llevó a AMLO al gobierno.

La derecha mexicana y la oligarquía no pueden soportar la más mínima acción del gobierno de AMLO que no vaya a su favor. En el contexto de insurrecciones en América Latina, del golpe de Estado en Bolivia, y las multitudinarias marchas en Chile y Colombia, queda claro que la única forma de confrontar los ataques de la derecha y del narco es con el pueblo organizado y un programa de lucha que destruya al capitalismo y construya una alternativa socialista.

Detención fallida o una gran oportunidad para la derecha

Los días que siguieron al fallido operativo para detener a Ovidio, a través de las declaraciones oficiales del Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, fue claro que sí se trataba de un operativo, planificado y ejecutado por el equipo antidrogas de la extinta Policía Federal, hoy parte de la Guardia Nacional y la Policía Ministerial Militar, dos fuerzas de elite y experiencia en este tipo de operativos, además bajo las órdenes del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico (GAIN), responsable de la operación de inteligencia a cargo del coronel de caballería, Juan José Verde Montes. El nivel de experiencia de todos estos cuerpos de las FFAA no deja duda de haber sido un accidental intento fallido de detención. Pues además a Verde Montes se le acusa de haber actuado sin autorización de mandos superiores.

Otro elemento es el retraso para la expedición de la orden de aprehensión contra Ovidio, por parte del poder judicial, lo que contribuyó para generar la tensión y la falta de elementos para llevar la detención a buen puerto.

El efecto de este fallido operativo, se puede entender con las declaraciones de Gaytán y toda la propaganda de la derecha: “el gobierno federal es incompetente para resolver la violencia”. Este argumento es una afirmación del deseo de activar la indignación entre la tropa y los estratos menores de las FFAA, generando un ambiente de crítica hacia AMLO, como el General en retiro, Sergio Aponte, señala: “Hay malestar en la tropa”. No es casualidad que AMLO lance insinuaciones sobre un golpe de Estado, un golpe que sería no sólo contra él, sino también dirigido contra los 30 de millones que votaron por él y sus aspiraciones de echar abajo todos los planes de la derecha y construir una sociedad más justa.

Parar las no descartables intenciones golpistas de la derecha con discursos y reflexiones, no será suficiente. Desde las FFAA, los grupos policiales putrefactos y el poder judicial, se impulsa un boicot soterrado al gobierno federal en su estrategia de seguridad, otra muestra de ello es la liberación de los detenidos del grupo la Unión Tepito después del operativo realizado por el gobierno de la Ciudad de México.

La hipocresía de la derecha

Efectivamente, el operativo fue un fracaso y la derecha se emplea en beneficiarse políticamente, pero sus lamentos y críticas son pura hipocresía y desvergüenza. Durante los gobiernos de Peña y Calderón murieron más de 150 mil personas, la mayoría hombres jóvenes; el Cártel de Sinaloa se convirtió en un monstruo de tráfico de narcóticos en más de 80 países del mundo, asociado al menos a 20 negocios ilegales más; el crimen organizado ha sido nutrido por elementos de las FFAA y la colusión ha escalado hasta los más altos niveles. Los grandes banqueros respetables tampoco se inmutan cuando pasan por sus cuentas millones de dólares al año provenientes del narco, la trata, la prostitución o lavado producto de los cárteles cuyas ganancias se vinculan al 75% de la economía mexicana.

Nadie de la derecha se escandalizó ante este panorama, estos personajes que ahora salen indignados nunca pidieron la renuncia de Peña, Fox o Calderón, todo lo contrario, formaron parte, se hicieron aún más ricos y tenían cancha libre para todo tipo de crueldades. Un punto a destacar es que en estos años la violencia hacia las mujeres se intensificó a niveles horrorosos fruto de la descomposición de nuestras comunidades, colonias y centros de trabajo. Pero antes tampoco decía nada de esto, ahora sí, a las feministas, nos dan coberturas en vivo, minutos enteros en los noticieros estelares, y hasta muestran indignación por lo que vivimos, que oportunistas y farsantes son.      

El papel de los narcos hoy

Lo que sí fue muy real, fue la reacción del narcotráfico. El despliegue salvaje del Cártel de Sinaloa, que ocupó las calles de Culiacán realizando 19 bloqueos, tuvo cuatro enfrentamientos con el ejército y la Guardia Nacional (GN), provocando la fuga de 55 presos de la prisión de la entidad, atacó bases castrenses, sitió un fraccionamiento de familiares de militares, rafagueó sitio públicos y provocó un clima de terror inusitado con un espectacular despliegue que se calcula entre 400 a 500 personas involucradas a sueldo del Cártel.

El Cártel de Sinaloa, con más de un siglo de existencia, ha logrado acumular una cantidad de riquezas y medios incalculables. Tiene presencia en 70% del mundo, también controla el 65% del mercado de drogas en EEUU, siendo el que más droga introduce y más control fronterizo tiene para este tráfico. Pero nada de esto hubiera sido posible sin décadas de contubernio con el aparato estatal, judicial y el sistema financiero.

El narco ha mandado una señal contundente de que está dentro de la escena política y la lucha de clases y no dudará en accionar para defender, de la mano de sus socios, el millonario negocio que les arroja más de 600 mil millones de pesos cada año.

Semanas antes del intento de aprehensión de Ovidio el gobierno congeló 5 mil millones de pesos y 1,995 cuentas del narcotráfico. Eso explica la intensa actividad del narco durante este año, que ha sido el peor en cifras de feminicidios, homicidios, robo a negocios, trata de personas, narcomenudeo, etc. Los cárteles están dispuesto a defender sus intereses y los de sus aliados, al costo que sea, como lo han demostrado con el ataque a la familia Le Baron.

El papel del Imperialismo

Por otro lado, pese a las declaraciones del gobierno federal, el imperialismo sigue teniendo una mano dentro de territorio mexicano, la intervención de la DEA, con el auspicio del gobierno estatal de Sinaloa, en el operativo para detener a Ovidio es una muestra de ello. La intervención de la DEA y otras corporaciones de seguridad de EEUU está en función de mantener el negocio a raya en sus propias ciudades y para ello han recurrido a métodos tan cuestionables como permitir a los cárteles obtener armas a manos llenas en un intento de controlar que salió muy mal y que ahora muestra su resultado en la capacidad de fuego mostrada en la movilización de cientos de sicarios armados hasta los dientes.

Sin embargo, acabar con el negocio millonario no es su objetivo, ni de la burguesía gringa ni de la mexicana, ni de ninguno de los grupos de poder que hay en el país. Cuando las protestas obreras, campesinas, indígenas y populares la pongan en peligro, la oligarquía mexicana no dudará en emplear a su brazo criminal para volver al estado de cosas anterior, en donde tenían vía libre para todo tipo de negocios legales e ilegales, con el apoyo del imperialismo norteamericano, para mantener la opresión de lo que consideran su patio trasero.

Esta intención de introducirse aún más lo vemos con las declaraciones recientes de Trump donde caracteriza a los cárteles de la droga como grupos terroristas y solicita al gobierno mexicano ingresar al país y “limpiarlo todo”, sin embargo, tenemos memoria y somos conscientes que estas incursiones son un ataque frontal al movimiento de izquierda organizado y el dominio de la bota militar imperialista, lo vimos en Colombia, Centroamérica y Medio Oriente.   

¡Autodefensas ya!

Si echamos a la derecha en las elecciones pasadas, fue para cambiar las cosas, no para que sigan igual, queremos caminar seguros en las calles, no queremos embrutecer o ver morir a nuestros jóvenes con y por las drogas. Tenemos que acabar con el narco y con todo el sistema que lo soporta. Pero el enemigo no es despreciable, aun así nuestros hermanos latinoamericanos han demostrado el poder del pueblo movilizado y organizado, sólo la lucha organizada del pueblo en comités de autodefensa, bajo control democrático de las comunidades y con preparación política, podrá contener y disolver a esta lacra del capitalismo que esta cobrado la vida de miles de jóvenes engañados con la falsa promesa de una vida mejor, llena de lujos y comodidades o la de jóvenes, trabajadores, campesinos y mujeres que vivimos arrastrados a un escenario de guerra, viviendo entre el fuego cruzado o presas de la desaparición, secuestro, trata o cualquiera de los crímenes colaterales al narcotráfico.

¡Por la creación de autodefensas del pueblo!

¡No más drogas en nuestras comunidades!

¡Queremos escuelas, trabajo digno, hospitales, no queremos militares!

 


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