Calderón en la encrucijada
Las pasadas elecciones del 5 de julio han marcado un importante cambio en la composición de fuerzas políticas partidarias, transformando ello al PRI en el partido mejor posicionada tanto a raíz de los resultados en la Cámara de Diputados federal como en el resto de la república dados sus triunfos en cinco de los seis gobiernos estatales que se disputaron y en la mayoría de ayuntamientos y congresos locales que fueron sujetos a sufragios. Por su parte el PAN ha cosechado el serio y grave descalabro, a la par que el PRD ha sufrido un retroceso que lo pone en una situación similar a la que tenía tras las elecciones de 1994.
Calderón y el PAN
Para Calderón lo anterior quiere decir que en adelante tendrá que gobernar sin que su partido sea mayoría parlamentaria, pero además con una dependencia mayor a la que tenía anteriormente respecto al PRI el cual pasa de los 102 a los 237 curules. Producto de la debilidad de Calderón, la necesidad de este por mantener buenas relaciones con el antiguo partido institucional para poder gobernar ha impedido que, entre otras cosas, el PAN se pueda establecer de manera firme como partido de Estado, entendido esto, particularmente en lo relativo a los diferentes procesos electorales, como una fuerza capaz de otorgarle mayores garantías al blanquiazul para la reproducción de este en el poder bajo diferentes medios.
Resultado de lo anterior la historia del PAN EN los diferentes procesos electorales que se han desarrollado después del fraude electoral del 2006 a la fecha, ha sido la de ir de descalabro en descalabro hasta llegar a lo que se podría considerar como la derrota mas significativa de este partido desde que llegó a Los Pinos en 2000. Para mucho panistas, principalmente para todos aquellos que se aglutinan entorno a las figuras del expresidente Vicente Fox y del ex dirigente nacional de dicho partido, Manuel Espino, el principal responsable de esas derrotas es Calderón el cual, de acuerdo a ellos, no ha ofrecido ninguna clase de resistencia para frenar el fortalecimiento del PRI. Para Vicente Fox y sus allegados ahora el longevo partido de la revolución institucional se presenta como un serio contendiente que de no ser frenado podría recuperar la presidencia en el 2012. Son muchos privilegios e intereses por proteger y mucho pasado por ocultar como para permitir que el PAN no se mantenga en el poder tras las próximas presidenciales, por ello para Fox y Espino se les presenta como principal tarea de los próximos tres años impedir a toda costa que el PRI regrese al poder. Para ello se basaran en su importante influencia sobre el PAN y en su peso al interior del Estado por medio de sus allegados. Lo anterior provocara mas choques y fracturas al interior del partido gobernante provocando una crisis mayor a la ya existente y que por lo mientras ya dejo un saldo rojo para Calderón al ser destituido su hombre fuerte al interior del PAN, Germán Martínez, de la presidencia nacional de dicho partido un día después de las recientes elecciones.
Pero las ondas expansivas de las confrontaciones al interior del PAN tendrán una trascendencia mayor: las aspiraciones de Fox y Espino, por su naturaleza, inevitablemente y de forma inmediata entran en contradicción con la imperiosa necesidad del gobierno de tener las mejores relacione posibles con el PRI. Calderón no tiene otro camino y tendrá que pagar el costo por querer gobernar y para intentar empujar las contrarreformas pendientes. Por su parte el PRI, el cual subordinará en adelante prácticamente todos sus esfuerzos al objetivo de regresar a la presidencia, consiente de la dependencia de Calderón y sabedor de que su fuerza es ahora superior, cobrará muy caro todo tipo de apoyo al gobierno. Todos estos factores se transformarán en una grave encrucijada para Calderón, de la cual el único resultado posible es el de un régimen más dividido y débil de los que ya está.
El PRI
Pero por encima de todo ello la verdadera fuente de debilidad de Calderón y explicación de fondo sobre la crisis del régimen, es su enorme impopularidad que bajo diferentes formas se ha expresado a través de las pasadas elecciones. Muestra de ello son los 5 millones 276 mil 752 votos que perdió el PAN el pasado 5 de julio en comparación a su votación para presidente del 2006 o los 4 millones 61 mil 398 votos perdidos comparando la pasada contienda con la de hace tres años pero en el caso de diputados federales. Pero una radiografía mas detallada de los pasado sufragios nos puede dar un dato aun mas alarmante para Calderón e incluso la propia burguesía: los 9 millones 723 mil 537 votos alcanzados por el PAN equivalen a apenas el 12.3% de los 77.4 millones de individuos que integran el total del padrón electoral ¡Calderón está gobernando con el aval de doce de cada cien adultos que habitan este país! De esa es la medida en que se ubica la debilidad del actual gobierno, para el cual bastaría un llamado decidido de AMLO, el PRD y los sindicatos para derrocarlo.
Es por ello que la recuperación del PRI también es una buena noticia para la burguesía; de hecho los banqueros y empresarios, ejemplo de ello son los propietarios de las cadenas televisivas para el caso de Peña Nieto, actual gobernador del Estado de México, ya barajan con seriedad la posibilidad de volcar su apoyo para que dicho partido regrese al gobierno en el 2012. Piensan en que no sólo este partido sería el mejor sustituto para sustituir al PRI, sino además para usarlo de válvula de presión para atemperar un poco las tensiones sociales. Sien embargo este cálculo, basado en los votos alcanzados recientemente (en el caso de diputados federales el PRI logró 12 millones 821 mil 504 votos cuando en 2006 para diputados alcanzó 11 millones 647 mil 697 sufragios) es demasiado optimista. Es cierto que si miramos las elecciones de manera unilateral y al margen de la lucha de clases, formalmente el PRI se presentaría como el candidato natural a suceder al PAN en la silla presidencial en el 2012. Pero la realidad es mucho más compleja que eso, la lucha de clases y la crispación social se encuentran en una situación particularmente volátil que se pueden presentar todo tipo de cambios y transformaciones en la situación que modifiquen esta y otras perspectivas de la burguesía.
Un factor de ello está y sugerirá siendo la crisis, a la par de la profunda huella que está dejará en la los niveles de vida de las familias trabajadoras. Esto por si mismo ya tendrá un efecto importante sobre el resentimiento de las masas. Pero por otro lado, algo que no puede omitir la burguesía es que las contrarreformas, la del IVA y la laboral por ejemplo, cada vez son más necesarias y urgentes de cara a sus intereses y que alguien las tiene que impulsar. Por supuesto que esta es una tarea para Calderón y para el PAN, pero la responsabilidad será también de mucho peso para el PRI en tanto mayoría parlamentaria. La realidad legislativa entrará en contradicción con la demagogia priísta, sumándose esta contradicción al rosario de factores de inestabilidad y tensión social. La primera prueba de fuego al parecer será, dadas las intenciones ya manifestadas por algunos grupos empresariales, el intento de extender el IVA a alimentos y medicamente. Habrá lucha y no será fácil e independientemente del resultado, tras esa batalla el descrédito y el resentimiento contra Calderón, el PAN y el PRI serán mayores, transformándose ello en un elemento trascenderá en las futuras elecciones.
El PRD
Sin embargo, como demostró la reciente elección, los resultados no caen del cielo. Formalmente este ambiente de convulsión social del último periodo y un resentimiento social fuertemente estimulado por la crisis económica debió ser capitalizado por el PRD, sin embargo lo que vimos fue un retroceso electoral que provocó que este partido cayera de la segunda a la tercera fuerza en el legislativo al pasar de los 127 a los 71 curules. Este resultado refleja el voto del PRD en el resto de contiendas electorales de carácter local, salvo en el DF donde el retroceso no fue tan marcado, que se desarrollaron en algunas entidades ese mismo 5 de julio.
Las divisiones internas, pero particularmente la política de colaboración con Calderón por parte de la actual dirección. La perdida de millones de votos que en su mayoría en esta oportunidad pararon entre los 43 millones de electores (el 55% del padrón electoral) que se abstuvieron de acudir a las urnas son obra del reconocimiento de Jesús Ortega y sus allegados a la figura de Calderón como presidente de la república; también son resultado del apoyo de estos a la contrarreforma petrolera y de sus repetidos esfuerzos para frenar y desactivar el movimiento de masas que se organiza en torno a López Obrador (AMLO)
No obstante la confusión a consecuencia de la política de derecha de la dirección del PRD, esta pudo haber sido contrarrestada por una táctica correcta que conectará con las expectativas de las masas. Llamados firmes a luchar contra el desempleo, en defensa del salario, contra las privatizaciones, por más educación y salud pública, basándose huelga general y la unida del conjunto del movimiento overo y sus organizaciones. Llamados a luchar por expropiar a la burguesía, es decir un verdadero giro a la izquierda por parte del PRD, se habrían traducido en una derrota más que aplastante para el PRI y para el PAN. Este era el camino a seguir. AMLO debió optar por una táctica de esta naturaleza, sin embargo se decidió por llamar al voto diferenciado entre los partido del FAP (PRD, PT, Convergencia) provocando también confusión y desconcierto, sin que esto se tradujera ya no digamos en una medida para frenar a los partidos de derecha sino ni siquiera en un mínimo fortalecimiento del FAP frente al voto y las posiciones de los primeros: a pesar del descalabro del PAN, tras el pasado 5 de julio los dos partidos de derecha mas importantes suman un total de 370 diputados, 68 mas de los que tenían originalmente; por su parte los partido del FAP suman en total 90 curules, 37 menos de los que solamente el PRD logró tras las elecciones del 2006.
De todo ello se tienen que sacar lecciones, por ejemplo se tiene que reconocer que Jesús Ortega y Nueva Izquierda son un obstáculo objetivo que impide que cristalice cualquier iniciativa que tienda a fortalecer al PRD como un partido de lucha y digno contendiente de la derecha. Esta clase de gente tiene que salir del partido, no hay otro camino. Cualquier acuerdo al que se pueda llegar con ellos que ponga en riesgo sus privilegios y la estabilidad de Calderón, será traicionado.
La base del PRD ya ha dado muestras serias de su disposición para impedir que la derecha orteguista le siga imponiendo al PRD su política de colaboración con Calderón, el caso mas reciente fue el de Iztapalapa donde las masas reaccionaron contra la imposición de un candidato ajeno a sus expectativas, Silvia Oliva, de parte de la justicia electoral. El descalabro para Ortega y la derecha del PRD, con el triunfo del PT, fue demoledor. AMLO y la izquierda tienen que aprovechar esta clase de casos y llamar a la base de apoyo perredista para limpiar y meter orden en casa barriendo esta clase de burócratas y lanzando una campaña nacional por la organización de comités de base. Una política diferente, que no se base en las masas y sus aspiraciones y que no haga nada por cerrarle el paso definitivamente a la derecha, corre el serio peligro de continuar minado las posibilidades electorales del PRD, pero también su capacidad de movilización y lucha.
Tomando en cuenta todo ello, otro resultado mas de las elecciones es la ratificación de la necesidad de impulsar una corriente de izquierda socialista en el PRD que tenga como principales ejes la lucha por un programa socialista, la organización de comités de base, el impulso de métodos que le permita a estos últimos tener un férreo control sobre la dirección, además de trasformar al partido en una herramienta de combate que se ponga al frente de cada una de las luchas de los trabajadores de la ciudad y el campo. Par transformar al PRD y para lanzar por medio de este partido y los sindicatos una seria ofensiva en defensa de nuestros intereses y que también llame a derrocar a Calderón, únete a Militante y lucha por un programa socialista.