El pasado 4 de mayo fue detenido y asesinado Giovanni López Ramírez en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, a manos de policías de esa entidad. Un mes después de este crimen se ha levantado un movimiento exigiendo justicia y visibilizando nuevamente el largo historial de abuso policial y militar en todo el país hacia la juventud, trabajadores, campesinos pobres, migrantes y pueblo indígena.

Como es costumbre, las autoridades tratan de justificar la actuación policial revictimizando a Giovanni argumentando que se puso violento y que ostentaba antecedentes penales. Pretenden poner el acento en que, si hay abusos y crímenes contra nosotros, la culpa es nuestra ¡Repulsivo!

¡Alfaro asesino!

Ante esto diversos sectores, jóvenes en su mayoría, se movilizaron en Guadalajara, capital de Jalisco, para exigir y arrebatar la justicia tan negada en esos casos. Pero la movilización no se quedó en esa demanda, cientos corearon ¡fuera Alfaro! Nada de esto es una conspiración política, como lo ha señalado Enrique Alfaro. La manifestación fue la expresión viva del hartazgo hacia un gobierno autoritario, represor, corrupto, vinculado al narcotráfico y que gobierna para los ricos. 

No es casualidad que la juventud sea la punta de lanza de estas protestas. Ha sido uno de los sectores más golpeados en sus condiciones de vida y también por la represión y crímenes policiales y por el narcotráfico ¿Cuantas veces no hemos sido levantados por la policía por nuestro aspecto, por denunciar y visibilizar que no están haciendo su trabajo, por defender a alguien de una detención arbitraria o incluso porque ellos hacen los secuestros del crimen organizado?

El colmo fue el decreto anunciado por Alfaro el 19 de abril, en el contexto de la pandemia, denominado “tolerancia cero” donde amenazó con detener y multar a todo aquel que no llevara a cabo las medidas sanitarias. Esto ha arrojado 200 detenidos, extorsiones monetarias para dejarte en libertad por “incumplir” la ley y diversos abusos policiales donde resaltan la golpiza a un maestro de Chapala y el asesinato de Giovanni. A esto se le añade las constantes declaraciones de desprecio por parte de Alfaro a la vida de la clase trabajadora y pobre del Estado, y, más todavía, les insulta llamando abiertamente “pendejos” a todos aquellos que no se queden en casa, claro, para él este tema es sumamente sencillo.

Largo historial de crímenes del Narco-Estado

Un artículo publicado este 5 de junio de 2020, señala claramente el amplio historial de desapariciones, homicidios, agresiones, extorsiones y detenciones arbitrarias de la policía de Ixtlahucán. Esto no es exclusivo de esta provincia, lamentablemente esto se vive todos los días en muchos rincones de nuestro país. La policía y los militares actúan de esta manera ante la impunidad reinante que los protege y ampara. Estos tipos pueden asesinarnos a golpes y tirarnos en las calles, los montes o arroyos como si fuéramos algo desechable. Esta putrefacción no sólo abarca a los policías sino también a los jueces, comisarios, presidentes municipales y gobernadores.

De 2019 a mayo de este año se han presentado 944 quejas contra las direcciones de Seguridad en Jalisco, entre las que se encuentras detenciones arbitrarias, lesiones, intimidaciones, amenazas, robo, allanamiento de morada, tortura, desaparición forzada de personas y cateos ilegales.

Pero en el Estado de Jalisco esto se agrava claramente por el vínculo del Estado con el crimen organizado. El Cártel Jalisco Nueva Generación es quien domina la zona y es el responsable de la desaparición y asesinato de miles de jóvenes al año en la entidad. El gobierno de Alfaro ha fungido como un gran blanqueador de dinero del narco a través de las arcas del Estado.

Nada de esto ha pasado de largo por las conciencias de miles de jaliscienses y principalmente en la juventud que ve claramente que bajo esas circunstancias no hay futuro. La acumulación de tensiones en el Estado ha sido la razón de la manifestación del pasado 4 de junio donde se logró entrar al Palacio de Gobierno y poner en dificultades al gobierno estatal. Todo esto es lo que está detrás de esta movilización y no la política conspirativa de una mente sagaz.   

Por eso Alfaro ha salido a la mañana siguiente a anunciar que se ha detenido al comisario de seguridad, un policía y un mando medio de Ixtlahucán involucrados en los hechos, ha mandado a llamar a comparecer al Presidente Municipal e intervenido la policía del poblado. Todo esto con miras de calmar los ánimos y limpia un poco su imagen.

Tenemos que decir que nada de esto nos parece suficiente, si bien estos asesinos han tenido que recular temporal y mínimamente, ha sido por la pujanza mostrada en la manifestación, sin embargo, nada de esto cambiará de fondo las cosas ya que la justicia se queda en manos de los mismos criminales y en el sistema carcomido de impunidad ¿Quién dice que no están fabricando falsos culpables para acallar las manifestaciones? Práctica muy usual en políticos como Alfaro. Por lo tanto, las manifestaciones no deben decaer, no sólo para encontrar una justicia real sino para frenar toda esta violencia imperante, liberar a los detenidos de las manifestaciones, conquistar una investigación transparente y donde, por supuesto, se indemnice a la familia. En las manifestaciones exijamos la depuración del Estado de todas estas lacras, iniciando por el narcotráfico, expulsando a través de la movilización a homicidas como Enrique Alfaro del gobierno.   

La juventud indignada no es infiltrada

El cinismo y desfachatez de Alfaro mostrado en un video por la noche que transcurrió la marcha sólo harán que se acumule más la rabia en la juventud y los trabajadores. En éste incluso le exige a Andrés Manuel López Obrador que: “le diga a su gente y a su partido que ojalá y estén midiendo lo que están haciendo, el daño que están generando al país con este ambiente de confrontación”. Llama a defender el Estado de quienes lo quieren dañar, exaltando el chauvinismo ocultando toda su responsabilidad y desviando la atención.

Expuso el clásico argumento que los manifestantes vienen de fuera y que eran infiltrados dentro de una manifestación pacífica, nada más alejado de realidad. Por supuesto no le tembló la voz ni la mano al decir que los 26 detenid@s serían investigados y castigados por sus delitos. Ante esto exigimos la liberación inmediata de cada preso sin ningún cargo, así como el castigo de los abusos policiales documentados y la presentación inmediata con vida de las personas que han sido reportadas como desaparecidas ¡no más! ¡fuera Alfaro!  

Este tipo pretende echar tierra en los ojos de la clase trabajadora jalisciense culpando a las conspiraciones políticas provenientes de Morena para desestabilizar su gobierno. Este es un argumento que ronda en una visión de la política bastante mediocre donde la juventud y trabajadores que se movilizan somos tontos títeres y no seres pensantes y conscientes de luchar por transformar nuestras condiciones de vida por nuestra propia cuenta y reivindicar nuestras oportunas demandas, sino también pretende fortalecer la idea, que por parte de la derecha se está lanzando, de que Morena es un partido violento, desestabilizador, causante de la violencia y todos nuestros males, tratando de agrupar apoyo social; obviando clara y totalmente el papel que sus gobiernos han tenido no sólo en la creciente violencia y la militarización sino en el fortalecimiento del narco estado con sus vínculos y cobijo, en las constantes violaciones y pérdida de nuestros derechos democráticos como la libertad de expresión y movilización. 

Si bien AMLO dice no querer entrar al juego de dimes y diretes, comete un severo error en mirar hacia otro lado e ignorar esta realidad que vivimos todos los días, no sólo debe exigir justicia sino ponerse en toda la disposición para trabajar en obtenerla. Castigar ejemplarmente todos los casos de abuso policial y militar, depurar todas las fuerzas armadas y policiacas, retirar el ejército de la calle y de las labores de seguridad civil, romper las cadenas de vínculo con el narcotráfico en cada una de sus áreas y eso pasa por sanear todo el aparato de impartición de justicia y castigar a todos los políticos con nexos delictivos. Basarse en la movilización en la calle del pueblo para lograr esto es clave, de lo contario, los muertos los seguirá poniendo el pueblo y el crimen organizado encontrará nuevas entradas a los poderes públicos. 

Ante los crímenes y abusos de la policía, la organización y lucha colectiva 

El camino para obtener justicia para este caso y todos los abusos policiales, para frenar la represión y liberar a los presos es dando una respuesta masiva en las calles de manera organizada. Este pasado 4 de junio la juventud de Guadalajara dio un puñetazo en la mesa indicando que está dispuesta a luchar, esa es la vía, ampliemos ese escenario con organización y un programa que aglutine a los sectores ausentes pero deseosos de luchar codo a codo en esta batalla. La derecha gana sino marchamos unificados y organizados. Sumemos en esta batalla a cada sector de la población reivindicando un plan y programa que se gane la simpatía de cada trabajador, joven, campesino, indígena y migrante para golpear todos juntos al gobierno de Alfaro y lograr su renuncia y así poder abrir una brecha para avanzar en conquistar todos nuestros derechos arrebatados como empleo digno, educación pública, un campo productivo, paz en nuestras comunidades, etcétera.

¡Fuera Alfaro por asesino y represor!

¡Libertad a los presos por luchar!


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