En el último periodo hemos visto como continúa la precariedad e inseguridad laboral dentro de las y los trabajadores de la educación, presente en todos los niveles de la educación pública del país. Las movilizaciones de profesores de la UNAM #LaUnamNoPaga o del magisterio básico democrático contra la USICAMM lo demuestran claramente.
La Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) fue creada como parte de la reforma educativa de la 4T (quien tanto ha presumido que se había eliminado la evaluación punitiva de la mal llamada reforma educativa) quedando en lugar de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD). Sin embargo, hemos visto que el cambio sólo ha sido cosmético, sólo le cambiaron de nombre, pues en los hechos concretos, sigue habiendo una gran venta, corrupción y trabas para la asignación de plazas, sin garantizar un trabajo digno y estable para el sector educativo.
Obtener una plaza digna… una utopía para muchos trabajadores de la educación
La USICAMM sólo se vale de los mismos métodos que la CNSPD, ya que, para poder acceder a una plaza, incrementar horas o salario, deberán someterse a una serie de evaluaciones, donde se enfrentan a inscribirse a varios cursos, diplomados y requisitos absurdos. El calvario comienza con la convocatoria, cuyos requisitos desde el inicio te impiden registrarte. Por otro lado, te solicitan años de experiencia, dejando en desventaja a los egresados de las normales, UPN, etc., y a quienes es su primer acercamiento a la docencia. Obedecer un profesiograma que elimina a muchos maestros, obtener puntos mediante cursos y en el peor de los casos, en nivel medio superior, exigiendo la aprobación con promedio de 8 en dos diplomados: uno impartido por una fundación de Carlos Slim y otro con la ANUIES, con un altísimo costo de $1250 (que este año no se cobró). Además de tener dominio y certificado del idioma inglés, emitido por la SEP de CENNI 9, mediante un examen que debiste haber pagado y aprobado en una institución privada, con un costo que va desde los $1000 hasta los $2500 pesos.
Y ahora el más ridículo de los requisitos es la publicación del catálogo de cursos y talleres para los profesores que causó preocupación e indignación al estar incluido el “Taller de moral cristiana” y “Taller de equidad de género” ambos impartidos por el Instituto Villa del Espíritu Santo, empresa dedicada a escuelas de educación superior del sector privado que pertenece a la diócesis de Coatzacoalcos, Veracruz.
Esto es un brutal golpe a la educación laica, al dejar la profesionalización de los docentes en manos de una escuela controlado por la iglesia católica, la misma que siempre ha utilizado la religión para mantener sus privilegios y para tener el control ideológico y moral más arcaico, esa que ha golpeado de una manera brutal los derechos de las mujeres y como claro ejemplo tenemos al sacerdote de Coahuila que hizo un llamado a matar a mujeres que abortaron, ¿a ellos les dejamos la equidad de género? Ni la SEP ni AMLO dijeron nada, sin embargo, ante la indignación del magisterio, la USICAMM reculó y eliminó el taller de moral cristiana, dejando el de equidad de género a cargo de esta gente.
La educación es laica desde 1917 fruto de la revolución, y no es nuevo que hayan querido injertar la religión. En los años 90 Carlos Salinas de Gortari les abrió las puertas a las escuelas privadas y eso le venía bien pues no sólo le quitaba responsabilidad de la educación pública al Estado dejándola a los nuevos empresarios, sino también le daba más poder y dominio a la clase dominante del clero a la vez que les dejó carta libre para formar en sus prejuicios y moral a una capa inmensa de la niñez y la juventud. Hoy las escuelas privadas, en su gran mayoría religiosas, cubren el 30% del alumnado.
Esta es una gran crítica que debemos hacer al gobierno de AMLO y la 4T que comenzó con su alianza con el PES, continuó con la distribución de la Cartilla moral, sus estampas religiosas de protección en plena pandemia y ahora meter a la religión en la profesionalización docente.
Y no termina ahí todo, el tormento continúa, en el caso de ingreso para los docentes que aprueban los requisitos y exámenes, les ofrecen pocas oportunidades, en su mayoría, interinatos, plazas con pocas horas, lejanas de su domicilio, con trayectos hasta de 5 horas ida y vuelta. Y ni qué decir de las promociones, donde a veces las convocatorias no se publican y si lo hacen no dan los incentivos, con la justificación de que no hay techo financiero.
La USICAMM lamentablemente está muy lejos de cumplir con lo que tanto decía la nueva reforma: “dignificar al magisterio”. Para quienes tener un salario medianamente justo, tienen que trabajar en dos turnos, en escuelas distintas, lejanas a su domicilio y entre ellas, pero la jornada no termina en el aula, existe una doble o triple jornada en casa con planificaciones, evaluaciones y atención a alumnos y padres de familia.
Esto sólo sirve para dividir al magisterio entre “maestros buenos y maestros malos”; en luchar contra el otro por un lugar y genera individualización.
Para una verdadera revalorización y dignificación docente, necesitamos un sindicato combativo, democrático y mayor presupuesto a la educación pública.
Desde Izquierda Revolucionaria estamos convencidos que para revalorar al magisterio necesitamos apertura de plazas, salarios dignos, una verdadera profesionalización docente a cargo de las escuelas normales, UPN o instituciones que aporten a tener una educación laica, científica, integral, inclusiva y crítica.
Necesitamos la contratación de más profesores sin requisitos ni exámenes de selección clasistas que los dejen fuera, por lo contrario, necesitamos más profesores y que todos sean basificados en los distintos niveles educativos, y eso es posible a través de destinar el 10% de PIB al sector educativo público y la democratización de su distribución.
Necesitamos que nuestra organización sindical realmente defienda nuestros puestos de trabajo, así como su dignificación, por eso luchamos por la democratización del SNTE, ya que la dirección sindical charra siempre se ha llenado los bolsillos a costa de los trabajadores de la educación, pactando todos los ataques con los gobiernos en turno en detrimento de la vida de las y los trabajadores. Hay que dar la batalla porque esté al frente el sindicato democrático de la CNTE y llamar a realizar asambleas escuela por escuela, zona por zona, impulsando un plan de rescate a la educación pública que incluya condiciones dignas para maestros y docentes. Unificar las movilizaciones, no sólo por estado, sino golpear juntos al unísono.
¡Por una educación pública laica, gratuita y obligatoria!
¡Por una revalorización real del magisterio con plazas y profesionalización docente!