Votemos y fortalezcamos a la CNTE en las escuelas
La convocatoria de elecciones en las secciones de la CDMX por parte de los charros del SNTE abre una coyuntura que el movimiento magisterial democrático puede aprovechar. Ante todo, rechazamos los términos de la convocatoria actual y a la dirección burocrática y antidemocrática del Sindicato.
Nuestra apuesta no es por validar el charrismo sino aprovechar todos los espacios posibles dentro y fuera de los estatutos para levantar la bandera de la lucha por condiciones laborales dignas y la educación pública como una herramienta para la liberación de las y los explotados.
Queremos una organización completamente diferente de la que pretenden los charros y para lograrlo nos vemos en la obligación de presentar batallas en terrenos que aún no dominamos.
El objetivo más importante de participar con las planillas democráticas es volver a posicionar a la CNTE en el horizonte de miles de docentes. Muchas maestras y maestros tienen una visión deformada de qué es la CNTE o de plano ignoran su existencia. Tenemos que revertir años de propaganda falsa del SNTE, de los gobiernos, de los medios de comunicación de la burguesía y extender nuestra acción en la CDMX impulsando un sindicalismo democrático, asambleario y de combate.
Las fechas más significativas de la lucha contra el charrismo, como 1998 o 2008 por no hablar de la Primavera magisterial de 1989 son hoy una experiencia lejana. Por ejemplo, las y los maestros que tengan menos de 15 años de servicio sólo la sabrán de oídas. Ciertamente la CNTE tiene una tradición de casi 44 años y al mismo tiempo hay muchas maestras que no la conocen bien. La CNTE tiene que volver a ganar el oído y la confianza de cada nueva generación de maestros y con ello el derecho a dirigir sus luchas.
Y esto sólo se puede lograr demostrando la viabilidad de la Coordinadora palmariamente a la amplia base magisterial. La campaña que se está desplegado para dar a conocer las planillas en las escuelas tiene que enfatizar que lo más importante es la organización y la movilización desde la base, que, a diferencia de lo que dicen los charros, no ganaremos ninguna demanda de fondo mediante negociación y acuerdos con las autoridades si no lo ganamos primero en las calles, con la presión de la movilización organizada; ninguna confianza ni cheque en blanco en las autoridades, la única garantía de triunfo reside en nuestras propias fuerza y capacidad.
Las acciones dadas a partir de estas elecciones tienen que mantenerse permanentemente. Las asambleas en los centros de trabajo, los CTE, las brigadas informativas a las escuelas donde los charros dominan o impiden la libre expresión, a la entrada y salida para hablar con las mamás y los papás. Recuperar iniciativas de prensa con las que ir a las escuelas, tanto para maestros como para las familias.
Todas estas acciones mantenerlas y ampliarlas, quitar cualquier rutina o formalidad e integrar a todas las maestras que quieran participar, abrir espacios de debate y decisión. Potenciar el aprovechamiento de las redes sociales y también la propaganda impresa con nuestras compañeras y compañeros y hacia la sociedad, explicar una y otra vez que mejores condiciones laborales para los maestros son mejores condiciones de estudios para las hijas e hijos de las familias humildes que asisten a la escuela pública.
Es importante lograr una correlación de fuerzas tal que impida o por lo menos dificulte al máximo a las autoridades intimidar a las maestras y maestros en sus escuelas, que no haya represalias de ninguna clase para quien decida levantar la voz. Que se sepa sin duda que ante cualquier afrenta la CNTE sabrá responder. Recabar el apoyo y la participación de la base magisterial al punto que seamos capaces de imponer nuestras condiciones a las autoridades y los charros.
Tenemos ahora una buena oportunidad para avanzar, demostrar nuevamente viabilidad y vigencia, con el respaldo de 43 años de lucha. Miles de compañeras y compañeros, con su ejemplo y nuestro esfuerzo formaremos una nueva generación de militantes de la CNTE que den un vuelco a la situación actual y levantar nuevamente un movimiento de miles en las calles que arranquen las exigencias del magisterio democrático.