Esta es la versión impresa del artículo originalmente publicado en http://militante.org/no-a-alianzas-con-pan-pri
Este 2010 será un año electoralmente muy activo el cual se extenderá a un poco más del 40 porciento del padrón electoral nacional, mismo porcentaje que se concentra en las doce entidades donde se renovarán entre otras cosas gobernadores, diputados locales y ayuntamientos.
En cuanto a los partidos el panorama será el siguiente: el PRI se perfila por refrendar las gubernaturas de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, yendo en algunos caso aliados con el PANAL o el Verde Ecologista. Al PAN le bastará con mantener los gobiernos de Aguascalientes y Tlaxcala y en siete de las 12 entidades donde se elegirá gobernador tiene previsto armar bloques para competir contra el PRI. El PRD buscará reafirmarse en Zacatecas, además de pelear la gubernatura de Aguascalientes. En lo referente al PAN y al PRI, el pasado congreso nacional del PRD, en el cual la mayoría de delegados estaba integrada por allegados los “chuchos”, abrió las puertas a las alianzas electorales con dichos partidos de derecha, significando ello que el Sol Azteca busca ahora emplear esa táctica en Oaxaca, Veracruz y Puebla por medio de una alianza electoral con el PAN. En Tlaxcala el plan es contender por la gubernatura en alianza con el PRI. Otro escándalos más es el caso de Tamaulipas donde Jesús Ortega y sus seguidores están impulsando a Lino Korrodi, el organizador de los “Amigos de Fox”, para la candidatura del PRD a la gubernatura.
El PRD y las “Alianzas”
A lo largo de su historia, para ser más precisos desde 1992, panistas y perredistas han ido en alianza en Coahuila, Chihuahua, Durango, Yucatán, Oaxaca, Nayarit y Chiapas, con triunfo en los dos últimos.
En 1992 en la construcción del primer acuerdo electoral con el PAN, Cuauhtémoc Cárdenas era el líder nacional perredista. Rodolfo Elizondo (actual secretario de Turismo) encabezó la primera alianza electoral entre PRD y PAN en Durango. Los resultados de éste acuerdo electoral no fueron exitosos y no lograron arrebatarle el gobierno al PRI
En 1999, PRD y PAN impulsaron en Coahuila la candidatura de Juan Antonio García Villa, quien perdió frente al priísta Enrique Martínez, quien ganó con el 60 por ciento de los votos.
Dos años después en 2001, perredistas y panistas fueron juntos también en Yucatán, con la postulación de Patricio Patrón Laviada el cual tras su llegada al gobierno estatal se olvidó inmediatamente del PRD.
En 2004, las elecciones en Oaxaca abrieron el debate para que PRD se aliara con el PAN y Convergencia en los comicios estatales. La postulación de Gabino Cué, ex alcalde de Oaxaca por Convergencia, generó la conformación de un amplio frente electoral que intentó arrebatar al PRI la gubernatura. Los comicios fueron muy reñidos entre Cué y el actual mandatario Ulises Ruiz quien ganó por apenas la mínima diferencia. Ese mismo año se construyó una alianza PRD, PAN y Convergencia en el estado de Chihuahua, con la postulación del panista Javier Corral, quien fue derrotado por el priísta José Reyes Baeza.
Uno de los casos más recientes es el de Chipas donde el PRD en alianza con el PT y Convergencia contendió por la gubernatura con el ex priista Juan Sabines, quien desde su arribo al gobierno en 2006 inmediatamente se distanció del PRD y rompió públicamente con López Obrador para establecer a cambio una estrecha cercanía con Felipe Calderón, todo ello al mismo tiempo que todo el país se sacudía con la lucha contra el fraude electoral.
Ni PAN ni PRI
La derecha del PRD se ha encargado de impulsar este tipo de alianzas electorales con el argumento de que estas son un medio para terminar con los “cacicazgos políticos” del PRI o del PAN, dependiendo del estado en turno y de cual de estos dos partidos de derecha los gobierna. Bajo esa escusa los “chuchos” y todos aquellos que impulsan esta política al interior del PRD ocultan sus verdaderas intenciones la cuales consisten en alcanzar cargos públicos a toda costa sin importar que ello signifique darle la espalda a los millones de trabajadores de la ciudad y del campo que quieren un perredismo combativo para enfrentar a la derecha y no para llegar a toda clase de acuerdos con esta.
Los militantes de base debemos decir una “hasta aquí” y rechazar rotundamente toda clase de alianzas con los partidos de derecha o con expanistas y expriístas arrepentidos. Debemos cerrarle el paso a Jesús Ortega y a sus seguidores organizando comités de base del PRD para luchar por una política que tenga como principal objetivo los intereses de los trabajadores y los pobres sobre los de la capa de dirigentes que sólo piensan en sus beneficios. El PRD se hizo para luchar contra la política del régimen y no para ser comparsa de sus partidos, el PAN y el PRI. Compañero afíliate a Militante e Impulsemos una corriente de izquierda socialista dentro del PRD para transformarlo en un partido democrático, combativo y con un programa que de lucha contra el capitalismo.