A penas iniciando este 2010 se van recrudeciendo las diferentes tendencias al interior del PRD, por un lado el ala derecha, principal defensora de las alianzas con partidos de derecha como el PRI y el PAN, y por otro lado la recién creada Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas, que en su declaración política fundacional hablan sobre la renovación del PRD, la lucha popular y el movimiento social como vía para el la transformación del país, también hablan sobre salvaguardar los recursos energéticos y otorgar su apoyo total al SME.
No obstante los objetivos de la Red, estos entran en contradicción con las declaraciones de Alejandro Encinas, miembro de dicha agrupación, quien se oponen a las alianzas electorales con el PAN siempre y cuando no se trate de los casos de Oaxaca y de Hidalgo. ¿Es posible unificar a la izquierda bajo esta política de zigzagueos? Los días inmediatos a la declaración política nos han contestado la pregunta: AMLO, quien declaró con respecto a las alianzas con los partidos de derecha que “no sólo es un asunto de desdibujarse en lo político e ideológico, sino que también es un error en términos políticos”, se ha declarado claramente en contra de esa medida electoral. También al mismo tiempo se hace un llamado a Nueva Izquierda, la corriente dirigida por Jesús Ortega a unirse a la Red, sin embargo, estos han sido los principales precursores de las alianzas con PAN y PRI.
La consigna de la unidad en abstracto carece totalmente de de contenido, punto seguido tras abogar por la unidad es importante explicar bajo qué bases, cuál es el sustento de aquella unidad, qué programa se debe enarbolar. La unidad en abstracto o bajo condiciones que sean sin importar que estas entren en contradicciones con los intereses de los trabajadores, como en este caso, solo pueden perjudicar al movimiento obrero. La izquierda debe unirse, por supuesto que sí; debe hacerlo bajo un mismo programa, siempre y cuando este sea claro, combativo y llame a la lucha intransigente por los intereses de los millones de trabajadores, jóvenes, campesinos y explotados en general. Una unidad sin este sustento político no puede durar mucho.
No solo basta con querer la unidad, hay que trabajar por ella; es fundamental dar una discusión seria y democrática en las bases de las organizaciones de izquierda que se adhieran a este nuevo frente. Es necesario discutir el rumbo que debe tomar la lucha, además de los métodos y las ideas que se defenderán. Eso sería muy útil para integrar a los miles de trabajadores a las decisiones y la organización, educándoles y formándoles para las batallas futuras.
La unidad con la derecha es una medida reaccionaria. Esta nueva Red debe plantearse dar la batalla por una política de independencia de clase. La derecha solo quiere la unidad para destrozar a la izquierda. Los trabajadores y la izquierda no tenemos nada en común con el PAN o con el PRI que nos permita caminar juntos sino todo lo contrario pues defendemos intereses antagónicos. Unirse con el enemigo es meterse a la boca del lobo, debemos echar de los partidos y organizaciones de izquierda a todos aquellos oportunistas que ven en nuestras organizaciones un curul, un puesto de burócrata y un nicho desde donde lanzar su política de colaboración de clases.
Tenemos que pasar a los hechos, la creación de la nueva Red nos debe permitir llevar el debate político a otros confines del país, es fundamental comenzar la organización de comités de base del PRD que puedan hacer esta labor e integrar a cada vez más elementos. No podemos esperar a que las cosas marchen por sí solas, debemos echarlas a andar nosotros, los trabajadores y jóvenes comprometidos con ello, la prioridad número uno es lanzar el debate a todos los rincones sobre qué clase de Red debemos formar, cuáles deben ser su objetivos, cuáles deben ser sus principios, y cuales deberán de ser sus métodos de lucha. La experiencia de los últimos años nos dará muchos ejemplos sobre estos puntos; la lucha contra el desafuero, la lucha contra el fraude electoral, las luchas del magisterio, las de los trabajadores del IMSS y la lucha contra las reformas a las jubilaciones y pensiones, la defensa del petróleo y la lucha contra la extinción de luz y fuerza del centro y el SME, la huelgas mineras, la lucha de Atenco, etcétera, son una mina de oro llena de lecciones para las batallas actuales y las futuras. Nuestra tarea número uno es sacar las lecciones de ellas y trazar un nuevo rumbo, este será el único rumbo que deberá seguir la Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas. Eso nos podrá dar la fortaleza para derrocar a Felipe Calderón y su gobierno de hambre y miseria, como primer objetivo en marcha hacia el socialismo como único sistema económico, político y social capaz de resolver los problemas que aquejan a nuestro país y al mundo.
¡Total rechazo a las alianzas con la derecha, la única alianza posible es con el proletariado!