Al igual que en el inicio de su mandato Felipe Calderón sigue estando al frente de un gobierno tremendamente débil, plagado de contradicciones y repudiado por millones de mexicanos. La burguesía mexicana esperaba obtener de este período más ganancias, evitando a toda costa el crecimiento del descontento social que se ha venido radicalizando en nuestro país desde 2006.
La crisis económica mundial ha agudizado las contradicciones sociales y ha sumado a la debilidad del gobierno una inestabilidad política y social como pocas veces se ha visto en nuestro país. Las contradicciones son tantas que a la burguesía no le quedan muchos caminos. Los poderosos de nuestro país se encuentran en un callejón sin salida en el que cualquier medida que adopten incrementa el hartazgo de miles y miles de trabajadores que están entrando cada vez con más fuerza en el proceso de la lucha de clases.
Felipe Calderón llegó al poder después de haber encabezado un fraude electoral de grandes magnitudes en contra del pueblo trabajador; pero no lo hizo solo, contó con la ayuda de la burguesía. El triunfo del PAN era visto por los dueños del dinero como una carta que les serviría para avanzar en una serie de contrarreformas con el objetivo de despojar a millones de trabajadores de sus pertenencias.
Sin embargo cada acción que ha emprendido Calderón en contra de los trabajadores ha sido respondida de manera contundente. En 2007 los trabajadores rechazaron rotundamente las modificaciones propuestas a la Ley del ISSSTE. En ese año fuimos testigos de diversas movilizaciones y de cuatro paros nacionales que paralizaron el sector educativo. En 2008 los trabajadores emprendieron masivas movilizaciones en defensa del Petróleo y en 2009 pudimos ver batallas importantes de los trabajadores en contra de las medidas de austeridad emprendidas por el gobierno para paliar un poco los efectos de la crisis. A finales de ese mismo año también vimos el surgimiento de una nueva y poderosa lucha que se ha extendido hasta la fecha, la lucha de los trabajadores electricistas en defensa de su fuente de trabajo, lo mismo hemos podido ver con los trabajadores mineros.
Los trabajadores han respondido a estos ataques de manera tan contundente que el panismo ha tenido que dejar en puerta un montón de iniciativas más que atentan en contra de los derechos de los trabajadores, tal es el caso del famosísimo impuesto a medicinas y alimentos así como las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, entre otras cosas.
Felipe Calderón se ha visto obligado a dar marcha atrás en un sinnúmero de iniciativas y ha tenido que aprobar medidas como el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) que le significó una confrontación importante con el sector empresarial. “Los grandes corporativos son muy buenos para pedir que el gobierno recorte su gasto corriente y se graven los alimentos y medicinas afectando a los más pobres, cuando estas empresas no pagan sus impuestos poniendo como pretexto que realizan actividades filantrópicas”, declaró al aprobar esta iniciativa en octubre de 2009.
Otro de los temas que han dado tremendos dolores de cabeza al gobierno del derechista Felipe Calderón ha sido el de la llamada “guerra en contra del narcotráfico”. Los daños arrojados por esta guerra son cuantiosos no sólo en el terreno político sino también en el económico y en el social. La guerra contra el narco ha dejado como saldo alrededor de 25 mil personas muertas, un gasto de 6.400 millones de dólares sólo entre 2008 y 2009 y un sinnúmero de empresas maquiladoras y de otros ramos cerradas al norte del país.
El descalabro electoral del PAN
Los problemas a los que se enfrenta Calderón son innumerables y le han valido para entrar en confrontación con la clase trabajadora, pero también con la clase a la que representa. Bajo su gobierno las críticas abiertas por parte del sector empresarial y miembros de su propio partido son cada vez más recurrentes y fuertes.
Las recientes alianzas electorales en las que el PAN participó tuvieron un resultado negativo para el partido al que representa, significando que de 2006 a 2009 Acción Nacional haya perdido más de cinco millones de votos. Pero además las alianzas mismas se han traducido en mayores divisiones al interior del PAN, de ahí las recientes modificaciones que tuvo que llevar a cabo en su gabinete.
Aunado a ello Acción Nacional ha atravesado por derrotas contundentes tras la subida de Calderón. Según el semanario Proceso dichas derrotas empezaron en 2007 con la pérdida de la gubernatura de Yucatán y continuaron en 2008 con Baja California Sur, Nayarit, Quintana Roo, Coahuila, Hidalgo y Guerrero. En estos dos últimos Estados retrocedió hasta el cuarto lugar y para 2009 la debacle del partido fue histórica.
La pérdida cuantitativa fue de 4.2 millones de votos respecto de la elección de diputados federales de 2006 y, aunque obtuvo 1 millón de votos más que en la última elección intermedia (2003), en términos relativos cayó de 30.7% de ese año a 27.9% de los votos emitidos en 2009, según datos del diario Reforma. Sólo ganó el gobierno de Sonora en el contexto de la tragedia de la guardería ABC. (Proceso 1782)
Para este año se anticipaba que el PAN sería aplastado en las elecciones para gobernador en Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Sinaloa, Michoacán, Puebla y Tamaulipas, sin embargo las alianzas con el PRD suavizaron un poco el desplome, no sin dejar a Acción Nacional debilitado de manera interna por la política de alianzas. Sin embargo en Baja California la debacle fue casi total: el PAN perdió los cinco ayuntamientos y 15 de 16 diputaciones, algo no visto desde que en 1989 ganó la gubernatura Ernesto Ruffo.
Cambios en el gabinete
A lo largo de su mandato Calderón ha tenido que hacer 15 cambios en su gabinete, de esos cambios el más reciente quizás fue el más polémico. De todos es conocido que Gómez Mont, ex titular de la Secretaría de Gobernación, no aprobó las alianzas impulsadas por Calderón, pero también el cambio se dio por las diferencias surgidas entre él y Javier Lozano por el caso del SME.
Calderón tuvo que recurrir a Blake Mora, político bajacaliforniano de trayectoria poco conocida en el centro del país pero afín a los intereses de Calderón. El cambio no fue bien recibido por nadie. El sector empresarial se dijo poco sorprendido y sin ninguna perspectiva para este nuevo titular, por su parte el PRI lo vio como un aspecto negativo debido a que veían en la figura de Gómez Mont a un personaje afín a ellos debido a las críticas que había tenido respecto a las alianzas electorales.
Las modificaciones en el gabinete de Calderón obedecen a las fuertes divisiones que existen al interior de Acción Nacional pero también a las fuertes presiones que desde la burguesía se están haciendo hacia su gobierno.
Nunca en su historia las divisiones al interior del PAN habían sido tan evidentes y tan histéricas. Aquel partido que se presentaba en 2000 como la opción y el cambio ante millones de mexicanos ahora se desmorona.
En recientes fechas el periódico La Jornada publicó una entrevista reveladora sobre la situación entre los militantes más influyentes del panismo. Se trata de una entrevista realizada a Rogelio Sada Zambrano, uno de los más eminentes empresarios de México y militante de Acción Nacional de toda la vida.
Para Zambrano el gobierno calderonista ha tenido errores garrafales que han ido desde la aplicación del IETU hasta la política de seguridad nacional y la lucha en contra del narcotráfico. En dicha entrevista Zambrano se dice decepcionado del PAN y afirma que el PAN se está convirtiendo en un cadáver. Lo único que lo mantendría en el PAN sería el hecho de que se expulsara del partido a Adalberto Madero, personaje del panismo que se ha visto envuelto en un escándalo de fraudes millonarios.
El factor Espino
En ese contexto Acción Nacional se enfrenta ahora al proceso de expulsión de Manuel Espino (perteneciente al grupo de Vicente Fox) debido a que, según el dirigente del PAN en el Estado de México, Octavio Germán Olivares, cometió violaciones estatutarias graves.
Pero el problema con Espino no se debe a faltas estatutarias y tiene un trasfondo que va mucho más allá. Manuel Espino entró en confrontación directa con Calderón desde hace ya tiempo y el tono de sus declaraciones ha ido creciendo cada vez más, la última fue al respecto de la elección presidencial por la que atravesará la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).
“¿Quién se cree Calderón para estarle pidiendo a los jefes o ex jefes de Estado que metan las manos en un proceso democrático en la ODCA?...“Le voy a dar muchas sorpresas al Presidente en las semanas que vienen que no le van a gustar”, advirtió Espino a Calderón en un tono poco amistoso y diplomático.
Detrás de las “violaciones estatutarias graves” se encuentra el verdadero motivo por el cuál se intenta expulsar del PAN a Espino y es el hecho de que no es afín a Calderón y ha sido uno de los más críticos de su mandato.
Sin embargo el simple tema de la expulsión de Espino ha provocado divisiones importantes al interior del PAN. Al respecto el exgobernador Elorduy Walter dijo que “Tenemos que ser muy cuidadosos y respetuosos de la libertad que tiene cada uno de los panistas de poder expresar sus opiniones. Se tiene que ser respetuoso de la institución y de los compañeros, pero no por eso se debe juzgar y amerita una expulsión”. Sin embargo para Rodríguez Prats, ex presidente del PAN, Espino si incurrió en graves violaciones aunque sin lugar a dudas tiene partidarios a pesar de haber dilapidado su capital político.
Nunca en la historia del PAN se había juzgado a un expresidente y este hecho ya deja ver cuán convulsivo será el panorama. De hecho no es descartable que arrecien más las divisiones al interior del PAN, que desesperadamente busca cómo llegar “completo” hacia los procesos electorales próximos.
Un partido sin futuro
El proceso de la lucha de clases en el que nos encontramos ahora mismo es tremendamente convulsivo. Por un lado cientos de miles de trabajadores están saliendo a la lucha cada vez con más fuerza y por el otro el régimen se encuentra totalmente débil. Las divisiones en el régimen hablan de que no existe una cohesión ahora mismo que les permita avanzar en su política de ataques hacia la clase trabajadora tanto como a ellos les gustaría. Con ello sólo están dejando claro la debilidad y las pocas alternativas con las que cuentan.
A pesar de ello la derecha, la burguesía y todos los sectores pudientes de nuestra sociedad no estarán dispuestos a renunciar tan fácilmente a sus privilegios, siendo la clase trabajadora y las demás clases explotadas las más afectadas.
Tanto el PAN como el PRI buscarán llegar a la presidencia en el 2012 valiéndose de cuantas cosas les sea posible, legales o ilegales, casi siempre lo segundo. Otro elemento es que para el sector empresarial el PAN se encuentra totalmente quemado y es posible que no confíen en este partido de cara a las elecciones de 2012.
De tal forma el movimiento obrero, el movimiento que gira en torno a AMLO, los campesinos y la juventud tenemos la responsabilidad de actuar de manera unificada para derrotar al puñado de parásitos que se encuentran al frente del poder.
Si la clase trabajadora, el movimiento en torno a AMLO, el PRD, los sindicatos y en general todos los sectores explotados uniéramos fuerzas sería cuestión de segundos para que todos estos personajes huyeran con la cola entre las patas.
El movimiento obrero tiene la fuerza necesaria para terminar de una vez con todas con el gobierno de Felipe Calderón y de paso con todos los sectores que le apoyan, mismos que no tienen ningún interés en los problemas de las clases explotadas.
Ante ello es necesario que convoquemos a una huelga general de 24 horas que derroque de una vez por todas al gobierno y sus secuaces; no hace falta más que un empujón para que el gobierno caiga y ese empujón debe de venir de la clase trabajadora organizada para que a su vez podamos aspirar a mejorar las condiciones de vida de millones de personas.
En esencia la crisis del régimen radica en la debilidad de Calderón para aplicar el programa de la burguesía de recortes sociales, privatizaciones y ataques a los niveles de vida sin que esto genere más desequilibrio político entre las clases y mayor polarización social; dicha situación divide a la burguesía sedienta de mas beneficios pero al mismo tiempo temerosa de un nuevo estallido social. Los diferentes sectores de la clase dominante no tienen claro qué hacer ante ello y optan por diferentes salidas; ello divide a la burguesía teniendo esta situación un reflejo por medio de las divisiones y choques al interior del gobierno y al interior de sus partidos tradicionales, el PAN y el PRI. Todas esas divisiones han llevado a un punto de semiparálisis al Estado, mismo que se ha visto imposibilitado para lanzar las contrarreformas con la profundidad que la burguesía necesita, provocando mayor irritación en ésta última y por consecuencia mas cuarteaduras en el edifico del régimen.
Sólo con la unidad de la clase trabajadora y demás clases explotadas lograremos terminar con la condena que implica el sistema capitalista que lo único que tiene asegurado para los trabajadores y sus familias es hambre, miseria y explotación. Únete a la Tendencia Marxista Militante y lucha por un programa socialista.