El pasado 9 de marzo el senador priísta Francisco Labastida asistió a una conferencia de la cual sería ponente en la Facultad de Economía, en Ciudad Universitaria. Ante tal acontecimiento un grupo de estudiantes y trabajadores le recibieron con consignas y mantas repudiando su visita, ante lo cual tuvo que retirarse por la puerta trasera.
Aunque el pretexto era una conferencia sobre la propuesta de reforma hacendaria, elaborada por senadores priístas, éste acontecimiento no es otro más que la de los intentos de hacer campaña dentro del campus universitario. Pero en realidad esto no ha sido un acontecimiento nuevo, en noviembre pasado el rector José Narro Robles recibió al ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, así como otros personajes del PRI que de igual forma fueron abucheados y echados del lugar donde realizarían el evento.
Y no podía ser de otra forma, el PRI al igual que el PAN, han sido durante las últimas décadas los principales enemigos de la educación pública en el país. Tan sólo basta recordar que ha sido en los gobiernos del tricolor en el cual se han desarrollado los intentos de desaparición de la UNAM más importantes, en 1986-1987 y en 1999-2000. Por ello es que no son bienvenidos en la Universidad. Los estudiantes hijos de trabajadores, hemos sido presa de los ataques de la burguesía, y de sus representantes en el gobierno y eso no lo olvidamos tan fácilmente.
El rector de la Universidad, quien ha insistido en la necesidad de defender la educación pública y hasta la necesidad de refundar la república tiene que dar una explicación sobre estos acontecimientos. Los mismos que durante años han acusado a los activistas estudiantiles de que la Universidad no es un centro político, son quienes la usan como trampolín para hacerse eco. Es una tomada de pelo que el rector, mientras dice que se tomaran medidas contra los abusos en las preparatorias [1] permita que personajes como Francisco Labastida o el asesino de Ulises Ruiz entren a la máxima casa de estudios sin más. La verdadera defensa de la Universidad y de la educación pública pasa por denunciar a quienes por años han sido sus enemigos: el PRI y el PAN. Es indispensable que el rector se desvincule de forma clara de este tipo de personajes, que como hemos señalado han sido los enemigos número uno de la universidad pública, a la que el rector dice defender.
¡No a las sanciones contra alumnos y trabajadores por expresarnos libremente!
¡Ni el PRI ni el PAN son bienvenidos en la UNAM!
[1]Ver Se tomarán "las decisiones más enérgicas" por abusos en prepas: Narro en la Jornada 08/03/2011