En días pasados, las dirigencias de los partidos que conforman el Dialogo por la Reconstrucción de México (Día) –PRD, PT y convergencia- presentaron su proyecto para el proceso de elección de candidato de las izquierdas para los comicios de 2012. De entrada reconocen como los mejor posicionados a Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubon, los cuales quedarían registrados como precandidatos en octubre próximo. En la propuesta del Día, se plantean tres debates nacionales entre los precandidatos, “para hablar sobre sus propuestas y mostrar sus habilidades”. El primero de estos debates será en torno a política y seguridad; desarrollo económico y justicia social el segundo y el tercero seria sobre soberanía y el papel de México en el mundo. Posteriormente se plantea que en el mes de noviembre se realicen dos encuestas, una a los ciudadanos y otra “espejo”, para así designar al candidato, pero si no hubiera acuerdo sobre el método a seguir, entonces se recurriría a una consulta abierta a los ciudadanos instalando mesas de votación que serían coordinadas por los tres partidos.
Sin duda resultará demasiado embrolloso, costoso y riesgoso este mecanismo de elección, más aun cuando la definición del candidato es más clara que el agua. A todos nos queda claro que la plataforma más sólida sobre la cual descansa gran parte de la fuerza de las izquierdas para lograr una victoria en 2012, emana del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza AMLO. Por supuesto esto no quiere decir que si no hay AMLO no hay más, sin embargo, algo que nos debe quedar muy claro es que estas elecciones no serán las clásicas elecciones donde los ciudadano sólo se dignan a ir y emitir su voto, no, lo que veremos es todo un movimiento de masas con un gran nivel de organización yendo a las casillas a votar para darle un duro golpe a la burguesía e impulsar un proyecto que reivindique las demandas más sentidas de los trabajadores y campesinos pobres, además de que este movimiento estará dispuesto a defender su voto con sudor y sangre.
En este sentido es el movimiento el único encargado de decidir quién será el candidato que los represente en las próximas elecciones presidenciales. No se puede limitar el papel de las bases a simples participantes en una consulta y ya, esto es sólo una democracia ficticia, algo parecido a esa democracia donde yo cada determinado periodo de tiempo (en el caso de México cada 6 años) decido quien me va a explotar.
La decisión del candidato debe ser una tarea de las bases del PRD, PT, Convergencia y Morena a través de asambleas democráticas donde exista el debate de ideas y propuestas y se tomen decisiones en base a las necesidades y aspiraciones de la mayoría. Es por ello que se vuelve cada vez más urgente hacer un llamado a reactivar los comités de base del PRD y que estos trabajen de manera coordinada con los comités territoriales, municipales y seccionales de Morena, que se vuelvan uno solo y defiendan el mismo programa, que sean controlados por las bases de manera que estas sean las encargadas de elegir a sus representantes y por supuesto a sus candidatos de elección popular.
No hay que perder de vista que aunque se haya ido Jesús Ortega de la dirigencia del Partido, y se hayan subido al mismo templete AMLO, Zambrano, Cárdenas, Ebrard y todas las figuras ahí presentes, las tendencias de derecha seguirán impulsando su política de colaboración con el régimen, y de alguna manera, Marcelo Ebrard es el candidato mejor visto por los sectores de derecha dentro del PRD y por el propio dirigente del Día Camacho Solís y pues claro, a estos burócratas más que importarles la victoria de Ebrard, les interesa cerrarle el paso a López Obrador.
El hecho der impulsar un mecanismo de elección tan complicado por parte de las dirigencias de los partidos integrantes del Día también tiene que ver con los intereses que persiguen estos sectores de derecha a lo interno el PRD. Las consultas que se plantean serian totalmente controladas por las dirigencias de los partidos y de ahí que esta gente trate de impulsar un fraude contra AMLO para que este no sea el candidato y desde aquí hacerle el favor a la burguesía para que ella pueda imponer a su próximo títere Peña Nieto sin meterse en grandes problemas. La posibilidad de otro fraude electoral es más posible que nunca, la derecha tiene miedo porque sabe que puede perder la presidencia y se está preparando para ello, pero tampoco quieren un escenario como el del 2006 y cerrarle el paso a AMLO desde la elección del candidato con el favor de los “Zambranos” es una tarea apremiante, claro que si no lo logran el fraude lo llevarán a cabo en el propio proceso electoral. Por este motivo resulta más apremiante garantizar la participación de las bases de PRD y Morena en la elección del candidato y así mismo fortalecer el nivel de organización de estas bases y esta vez no permitir que pase un fraude electoral y derrotar definitivamente a la burguesía y a los partidos que están a su servicio: PRI y PAN
Una victoria de AMLO en 2012 es más posible que nunca y esto significaría un revés para la burguesía y así mismo un avance en la lucha de los trabajadores que no acaba en la victoria electoral, sino que esta es un paso más en esta lucha de la clase trabajadora por lograr sus objetivos reales, basados en eliminar la explotación del hombre por el hombre, y vivir en una sociedad más justa, es decir, en esta lucha por eliminar el capitalismo y construir una sociedad socialista. Y un gobierno de izquierda debe favorecer e impulsar esta lucha de los trabajadores por el socialismo: ese es el candidato que queremos