El pasado 11 de abril, miles de jóvenes y trabajadores poblanos se dieron cita en la Plaza de la Concordia del municipio de San Pedro Cholula, para escuchar las propuestas y manifestar su apoyo al candidato del Movimiento Progresista (coalición integrada por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano) a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Después de haber estado en Apizaco Tlaxcala, AMLO se reunió con miles de jóvenes y trabajadores poblanos, ante quienes propuso, en caso de llegar a la presidencia: mejorar la calidad de la enseñanza y cobertura universal en todos los niveles educativos, así como apoyar con becas a hijos de personas humildes para que no dejen de estudiar, y afirmó que “¡No habrá más rechazados!” de las universidades. Tampoco, dijo, permitirá continuar con su cacicazgo político a la presidente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo Morales, a quien le pedirá “hacerse a un lado” de la política educativa del país.

Reiteró su propuesta de reducir 50% el sueldo de los altos funcionarios, frenar la privatización de Petróleos Mexicanos, bajar el costo de la gasolina y la luz, así como incrementar los apoyos sociales en materia de salud y educación para adultos mayores. Se trata, dijo, de ejercer el gasto público “con honradez, justicia y equidad” para repartirse entre las personas más necesitadas. Para poder hacer esto, se comprometió a ser guardián del presupuesto público y a erradicar “de arriba hacia abajo” la corrupción que existe en todos los niveles de gobierno, por considerar que ésta es la principal causa de la desigualdad social y de la tragedia que vive nuestro país.

Todas estas propuestas tuvieron la aceptación de los miles de seguidores de López Obrador, quienes desde el 2005 han atendido cada llamado suyo a la movilización y lucha en nuestro país. Sin embargo, lo que despertó duda y desconfianza fue su informe sobre que mantiene reuniones con los “ciudadanos más agraciados económicamente para persuadirlos y convencerlos de que a todos conviene combatir la pobreza”. Manifestó que argumenta a los empresarios, con los cuales ha presentado su Proyecto Alternativo de Nación, que se debe abatir la desigualdad social “por razones humanitarias”. Y pidió nuevamente “a quienes se han hecho inmensamente ricos al amparo del poder público y del sufrimiento del pueblo que recapaciten, que ya dejen de robar y que lo hagan por sus hijos y familiares”. Dejando claro que su gobierno no quitará ni dinero ni riquezas a los ricos para dárselo a los pobres, si gana la elección presidencial.

También, cuando AMLO informó que “mucha gente del PRI y del PAN se está incorporando y son bienvenidos” a su movimiento, como Manuel Bartlett (candidato al senado de la república), se escucharon rechiflas y gritos de desaprobación. “¡Fuera Bartlett!”, “¡Saca a Bartlett!”, pidieron los asistentes, conscientes de que estuvo implicado en la “caída del sistema” que le dio el triunfo a Salinas de Gortari en 1988. Al final del acto, incluso, algunas personas pusieron en alto una pancarta con una fotografía en blanco y negro en la que el priísta saluda a Salinas, en cuyo gobierno fue secretario de Educación Pública.

Este cuestionamiento y rechazo a la presencia de Bartlett en el movimiento “lopezobradorista” se manifestó también el pasado mes de enero, cuando AMLO estuvo en el Foro llamado “Fundamentos para una República Amorosa” realizado en la capital de Puebla. Ante un auditorio lleno, con toda razón, cientos de jóvenes y trabajadores que asistieron para escucharlo se preguntaban cómo era posible que ellos no pudieran entrar al recinto, mientras priístas como Manuel Bartlett (entonces precandidato a senador) y René Sánchez Juárez (dirigente estatal de la FROC-CROC), así como los ex panistas Jesús Encinas y Gabriel Hinojosa (primo de Calderón), estuvieran en primera fila dentro del lugar.

La multitudinaria asistencia a dicho Foro, así como a este mitin de AMLO en Puebla, demuestra el enorme apoyo de jóvenes y trabajadores de la entidad hacia López Obrador y su candidatura. Sin duda alguna, las condiciones objetivo-materiales en nuestro país (crisis económica, pobreza, desempleo, violencia, etc.) están dadas para repetir el triunfo electoral de la izquierda que hace seis años le fue arrebatado de manera fraudulenta por la derecha panista. Pero esto sólo a condición de que el compañero AMLO dé un giró más firme a la izquierda, rompa con los empresarios, retome el programa de lucha por el socialismo y se apoye más en la participación democrática de la base militante de MORENA, el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano, quienes desde hace varios años hemos decidido acompañarlo en la lucha por la transformación de nuestra realidad actual.

AMLO debe escuchar el rechazo absoluto de los trabajadores hacia todos los altos políticos (priístas y panistas) arribistas que sólo desplazan a nuestros genuinos dirigentes naturales y utilizan al movimiento para sus intereses personales. Para ganar nuevamente la elección presidencial, López Obrador debe confiar no en los altos políticos priístas ni panistas arrepentidos, mucho menos en los empresarios supuestamente “progresistas o nacionalistas”, sino en la fuerza creadora de la clase trabajadora y la juventud de nuestro país.

Ante la actual bancarrota del capitalismo, resulta utópico tener aún ilusiones en la posibilidad de reformarlo y darle un rostro humano sólo con administrar honradamente el presupuesto público, sin cuestionar la propiedad privada sobre los medios de producción que tienen los grandes capitalistas, fuente de donde emana su poder económico y político.

Los intereses de los capitalistas y los trabajadores son irreconciliables. La actual crisis del capitalismo a nivel mundial pone de manifiesto que la única alternativa que tienen los capitalistas para seguir reproduciéndose como clase y salvar a su sistema explotador es, seguir trasladando el costo a los trabajadores (recortando prestaciones, congelando los salarios, etc.). En nuestro país ocurre exactamente lo mismo y una “Cartilla moral” para la “República amorosa” resultará insuficiente si AMLO no vincula las reivindicaciones más básicas de los trabajadores con la necesidad de trascender el capitalismo y construir una sociedad socialista.

A nuestros lectores en la web y a decenas de seguidores de AMLO que durante el mitin adquirieron nuestro periódico “Militante, Voz marxista de los trabajadores y la juventud”, les explicamos que coincidimos con Obrador en lo que acertadamente dice: sin “un cambio de régimen no habrá posibilidad de un buen gobierno ni de empleo, justicia y seguridad” para los jóvenes y trabajadores. Pero decimos claramente: necesitamos cambiar el régimen de trabajo asalariado, que mantiene en su situación de explotados a los trabajadores en nuestro país y a nivel internacional. Para acabar con la injusticia, la miseria, el desempleo, la corrupción y demás lacras sociales, propias del sistema capitalista explotador, necesitamos expropiar a los grandes empresarios; nacionalizar la banca, la industria y la tierra, poniéndolas bajo el gobierno y administración democrática de los propios trabajadores.

¡Por un programa socialista de la izquierda para ganar las elecciones!

¡Únete a Militante y defendamos juntos estas ideas al interior del MORENA!


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