Toda la crisis en las espaldas de los trabajadores
Uno de los elementos básicos de los postulados monetaristas en la economía es la suposición de que si el estado de las finanzas publicas esta bien, es decir si no hay déficit, entonces la economía esta bien, incluso si el crecimiento económico es raquítico o nulo. Un ejemplo de ello es el mito respecto a los años de “populismo”. Los economistas burgueses no se cansan de repetir que durante los años 40-82 las cosas en materia económica se hicieron muy mal y que desde 1982 se han hecho muy bien.
No cabe duda de que la inflación es comparativamente más baja que respecto a esos viejos tiempos, también es un hecho que el déficit publico es prácticamente cero mientras que en aquellos años especialmente al final del sexenio de López Portillo llegó a cifras alarmantes. Pero también es verdad que la tendencia de participación de los trabajadores en la renta nacional era entonces elevadísima comparada con estos años en los que se ha verificado una autentica debacle, lo mismo sucede con la inversión productiva la cual ha colapsado pasando de casi el 25% del PIB a un 15%. Análogamente el crecimiento actual no promedia más del 2% durante estos 26 años mientras que en el periodo anterior era de un 6% como mínimo.
Por supuesto nadie afirma que esos eran buenos tiempos para las masas trabajadoras, lo que si decimos categóricamente es que, pese a que el crecimiento de los tiempos de las posguerra se hacia sobre las espaldas de los trabadores, en términos reales había una relativa mejoría de las condiciones de vida de las masas. Ahora la explotación se ha intensificado y pese a que se trabaja más se recibe menos salario condenando a millones al subempleo, a la delincuencia o en el mejor de los casos a la migración a los Estados Unidos
La base para medir el grado de salud de una economía es la inversión productiva, antes cuando el estado poseía un fuerte sector paraestatal, (cercano al 50% del total del PIB) se podían establecer políticas que significaran palancas para impulsar tal o cual área sobre la base de una prioridad de desarrollo. Seguramente estamos todos de acuerdo en que los gobiernos priístas, profundamente corruptos y autoritarios, pesaba más el capricho del presidente o político influyente que las necesidades de las masas. Había un problema de democracia que pasaba desde la gestión del estado hasta la gestión de las empresas públicas, las cuales eran saqueadas por cada nueva capa de funcionarios que tocaba turno hacerse cargo de ellas. No obstante era una realidad que una palanca económica de esa magnitud era clave para asegurar que una política económica publica tuviera impacto. Así el país se industrializo y emergió un proletariado de más de 10 millones de personas, cuyo trabajo se expresaba en el desarrollo económico y social del país.
Desde 1982 la política económica del estado se ha hecho a un lado la gestión económica y se ha centrado en sólo dos instrumentos para intervenir en la dinámica económica: por un lado la política monetaria, por medio del control aumento o recorte del circulante y de la determinación de los tiempos de interés, con lo cual pretende controlar la inflación y el crédito. Por otro lado tenemos la política fiscal, es decir la recaudación de impuestos así como el gasto del gobierno federal.
La orientación del gasto público no va orientada a la inversión productiva, como en otros tiempos, sino a establecer subsidios al consumo de sectores específicos de población supuestamente en “extrema pobreza”. En suma el gasto publico en el área social esta orientado no a modificar los factores estructurales que generan la pobreza sino a paliar un poco los efectos de los bajos salarios, el desempleo y la falta de inversión productiva en el campo.
La política fiscal y monetaria en realidad sólo ha podido funcionar como una especie de camisa de fuerza del desarrollo de las fuerzas productivas, han limitado el desarrollo económico y lo han orientado sólo a los sectores más convenientes para la inversión extranjera y con posibilidades de recuperación más rápidas. Bajo el punto de vista de los economistas que dirigen la economía el “crecimiento económico es sobrecalentamiento” e implica la confesión implícita del sistema capitalista en el sentido de que no pueden evitar el advenimiento de una crisis, por tanto prefieren un crecimiento raquítico del circulante y dificultado el crédito y la inversión productiva en el conjunto de la economía, que un crecimiento que no pueden controlar.
La parte de la sociedad que tiene el control de los sectores claves de la economía: la burguesía socia del imperialismo, sólo exige una cosa del gobierno; que le permita acceso ilimitado a fuentes de ganancia rápida y de bajo riesgo y le garantice que en caso de algún problema el estado, con los recursos del pueblo, acuda a su rescate.
El estado tiene importantes reservas monetarias: más de 80 mil millones de dólares más la acumulación de los excedentes por los precios del petróleo, que en este año superarán los 20 mil millones de dólares. Por lo tanto una crisis económica no necesariamente implica una crisis de las finanzas del estado, de hecho hemos contemplado desde 1995 ( año de la crisis del error de diciembre) como el estado acumula y acumula reservas mientras que el desempleo, la miseria, los bajos salarios y todo lo que implican sumen en la desesperanza a millones de familias trabajadoras.
Hemos contemplado como las finanzas del estado acumulan medios para rescatar burgueses mientras que la deuda publica que pagan los trabajadores con sus impuestos crece al triple en tan sólo 15 años. Es decir un estado en relativa bonanza y una economía estancada y con crisis permanente.
Con todo, el tamaño de la economía mexicana no es insignificante, este año será superior a los 900 mil millones de dólares en su Producto Interno Bruto, es la economía más grande de América Latina después de Brasil, así que las políticas que pretendan “estimularla” deben estar acordes con estas dimensiones, deben intervenir en la actividad productiva para forzar al conjunto hacia delante y deben al mismo tiempo suponer una mejora tanto en las condiciones de trabajo como en los niveles de vida de las masas.
Pasemos entonces a comparara estas necesidades con el “plan emergente” que el gobierno de facto ha propuesto.
Comencemos con el Fondo Nacional de Infraestructura que se dio a conocer a mediados de enero del 2008. En este se señalo un presupuesto de 40 mil millones de pesos para el 2008 es decir menos de 4 mil millones de dólares, si ello constituyera un incremento neto al PIB estaríamos hablando del 0.44%, no obstante la mayor parte de esa inversión se orientara en compañías privadas a las que por diversos medios se les proporcionara el dinero construyan o no las vías de comunicación correspondientes, un ejemplo de ello fue el caso de la autopista del sol durante finales del sexenio pasado y principios del actual: 60 kilómetros de tramo fueron encargados a la empresa Gusta la cual se comprometió a hacerlo en 270 días si se le pagaban 330 millones de pesos, tres años después el estado había erogado 450 millones de pesos y no se habían rehabilitado ni 20 kilómetros de dicha autopista (La Jornada 22/02/07). En total el estado “invirtió” 1 300 millones de pesos pagando a empresas como ICA, Tribasa, GMD y otras para que la autopista quedara prácticamente igual de intransitable. Así que los señores burgueses que simulan hacer carreteras y con ese pretexto saquean los fondos públicos deben estarse frotando las manos con la propuesta de Calderón, para los trabajadores mexicanos sólo puede significar una muestra mas del cinismo de gobernantes que dividen su tiempo en ser funcionarios que regalan dinero y empresarios que lo reciben formando un circulo vicioso absolutamente aberrante para las masas.
Para febrero ante la ya evidente recesión norteamericana Calderón volvió a proclamar un plan de emergencia económica, revisemos sus principales planteamientos:
Uno de ellos es el pago por parte del gobierno del 5 % de las cuotas patronales al IMSS, esto sólo significa un subsidio más a la burguesía con cargo para los contribuyentes, especialmente los asalariados que como sabemos son los únicos que pagan puntualmente sus impuestos.
Otra medida es la reducción del 20% de las tarifas eléctricas en horas punta, esto es también un subsidio a las empresas en la media de que como se sabe son las únicas que efectúan un pago extra producto del empleo de energía eléctrica en dichos horarios. En los cuales se tiene que poner en marcha plantas generadoras tan sólo para cubrir con sus necesidades, en suma estamos hablando de una medida que trata de evitar que paguen los que pueden pagar.
Otras medida es la reducción e incentivos fiscales a empresas por 50 mil millones de pesos, Por cierto esto no representa algo en lo que el gobierno valla a invertir sino en lo que dejara de recibir, por tanto no supone un impacto o estimulo directo a la dinámica de la economía sino más bien una forma de resarcir a las empresas por las posibles perdidas que se vayan a generar. En pocas palabras ni un centavo para la creación de nuevas industrias, de nuevas fuentes de riqueza, resultado 0% de valor añadido al crecimiento.
Otra medida es la reducción de 3% de pago provisionales al IETU y el impuesto sobre la renta empresarial, lo que significa otros 6 mil millones de pesos que el gobierno dejara de recibir, no hay compromisos de que ese dinero que la burguesía no pagara se traducirá en inversión productiva, ni un niño pequeño puede creer que en un entorno de crisis la burguesía va a invertir los impuestos que el estado no le va a cobrar, sobre todo cuando en el marco de la crisis las perspectivas de recuperar rápidamente sus inversión son más que inciertas
Por alguna razón un tanto rara se incluyó dentro de las medidas la inversión de 10 mil millones de pesos el presupuesto de mantenimiento del Sistema Nacional de Ductos de Petróleos Mexicanos, resulta extraño porque hubiese o no un entorno complicado es indispensable invertir en dichos ductos o la pregunta sería ¿si no hubiera habido crisis entonces ni un centavo para dichos trabajos? La verdad es que se esta pretendiendo incluir un gasto programado en un programa emergente para darle más vista en la medida del carácter francamente mezquino de dicho plan.
Una propuesta que el gobierno hace como para que no digan que todo para ellos y nada para nosotros es la contribución gubernamental a las cuotas del IMSS tanto de obreros y patrones en municipios de menos de 50 mil habitantes, al respecto decimos: muy poco y muy tarde, en la medida de que el único impacto que reflejara esta medida es el mantenimiento de un servicio que es obligación del Estado, en suma esta medida tampoco supone imprimir una mayor dinámica a la economía.
La otra medida es recortar los gastos en trámites hasta por 1 500 millones de pesos, es decir otro recorte de ingresos directo a los bolsillos de los patrones.
A pero que no se diga que el gobierno sólo mira en favor de sus amos burgueses, dentro de las propuestas esta el portal www.empleo.gob.mx, para que las masas puedan ocupar 130 mil vacantes frente al millón y medio de empleos que se requieren incrementar anualmente para mantener el mismo nivel de desempleo. Por supuesto la diferencia es que ahora el portal estar más “bonito” e incluirá estadísticas y asesoría para convencernos de que si no hay empleo es por culpa de nuestra falta de capacitación, en suma toda una burla al pueblo trabajador que no supone un solo empleo.
Lo único en donde se supone habrá inversiones frescas es en “acelerar” la entrega de 3 mil millones de pesos para la banca de desarrollo. Sí, lo leyó usted bien, 3mil millones de pesos es lo único que todo el plan de Calderón ofrece para invertir, ello representa el 0.03% del PIB, es decir, nada, como si se echara una gota de agua en un comal ardiendo
Si hacemos una revisión el estado dejara de percibir unos 100 mil millones de pesos en impuestos, es decir le regalará a la burguesía esos montos y tan sólo invertirá 3 mil millones de pesos extra. Cabe recordar que los excedentes petroleros superaran los 200 mil millones de pesos y por supuesto lejos de reflejarse en inversión productiva se quedaran nuevamente para cubrir las necesidades de los buitres burgueses que requieran nuevos rescates.
Ante este panorama podemos hacer algunas predicciones
1.- El monto de las reservas de divisas aumentara
2.- Los burgueses dejaran de pagar aún más impuestos
3.- Los trabajadores sufrirán cubriendo lo que los burgueses no paguen
4.- La recesión no es producto de la falta de dinero o liquidez de los burgueses sino de la incapacidad del mercado para absorber la producción de bienes y servicios es decir de las mercancías, y, para mantener operando la planta productiva a un nivel pleno. Esos elemento no son contrarestados con el plan que propone Calderón y por lo tanto la crisis se expresara en cierres de empresas, crisis de deudas impagables y reducción de la actividad comercial, que como siempre los burgueses pretenderán que los trabajadores seamos lo que paguemos aunque las finanzas del estado gocen de relativa salud.
Escudados en el pretexto de la crisis los señores del gobierno trataran de lanzar más ataques, no hay de otra, tenemos que unificarnos y luchar para derribar al gobierno o este ultimo continuara con sus ataques y sus burlas al pueblo trabajador
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