Profesor tzotzil de la comunidad El Bosque, en la zona de los Altos de Chiapas, Alberto Patishtán es un reconocido activista del movimiento zapatista, enclavado en una región del país consumida por la pobreza y atraso social enmarcado en una enorme riqueza natural. Tras la irrupción del EZLN en 1994, los Altos de Chiapas se han colocado como un escenario intermitente de la lucha de clases de este país. A pesar del programa y estrategia de las direcciones del movimiento obrero y campesino que han impedido la unidad en la acción contra el capitalismo, las bases del movimiento zapatista se han mantenido activas y consecuentes con liderazgos que no han perdido piso y están en contacto con la base de las organizaciones, tal es el caso del profesor Patishtán.
Esto explica que Patishtán fuese falsamente incriminado en junio del año 2000 el asesinato de siete policías estatales de Chiapas quienes murieron baleados en una emboscada perpetrada en un paraje del municipio de Simojovel. Está probado que Patishtán no sólo no participó en la emboscada sino que incluso no estaba presente en el lugar de los hechos. La inocencia del profesor es tan evidente que hasta el mismo comisionado del gobierno federal para los pueblos indígenas, Jaime Martínez Veloz, la reconoce. Sin embargo, el profesor lleva preso 13 años y en días pasados le han ratificado la condena a 60 años de prisión, esto en el marco de la liberación del narcotraficante Rafael Caro Quintero. Por si fuera poco, producto de la pobreza y condiciones de encarcelamiento, el profesor ha desarrollado una severa diabetes y un tumor cerebral cancerígeno.
¿Cuál es el significado político del encarcelamiento de Patishtán? Más allá de las argucias jurídicas a la cuál más ridícula y estúpida que la otra, el contenido político del tema obedece a una cuestión de clase. Patishtán es el preso político más relevante del momento, no sólo por la profundidad de la injusticia, sino por el mensaje que se envía el conjunto del movimiento: cárcel para los activistas e impunidad para los empresarios – narcos – políticos. Esta trinidad inconmensurablemente corrupta que se unifica y cuyas fronteras han desaparecido, pretende mantener en la cárcel a Patishtán para dejar claro “quién manda aquí”.
Sólo la movilización de masas y el eco en la opinión pública, pueden liberar al profesor, quien en un desplante de fortaleza, gallardía y dignidad, ha rechazado el indulto –que implicaría aceptar la culpa–, y ahora las fuerzas se están enfocando a conseguir la amnistía –que lo dejaría libre sin inculparlo–. En varias zonas de Chiapas se han desarrollado movilizaciones de miles en demanda de la libertad del profesor tzotzil, también la CNTE ha llevado el caso a diversas instancias nacionales e internacionales, es necesario que Morena – PRD, así como los sindicatos, tomen en sus manos de forma decidida esta necesidad política de la libertad de Alberto Patishtán.
Todas las fuerzas del movimiento vivo de los trabajadores deben colocar la demanda de libertad al profesor Alberto Patishtán, quien es un emblemático ejemplo de la “justicia” capitalista.