Morena debe impulsar un programa de lucha revolucionario
En el marco de la lucha que está impulsando Morena en contra de la reforma energética y la consecuente privatización de Pemex, en la movilización del pasado 22 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador propuso como medida de lucha, que se le pidiera al gobierno de Peña Nieto, realice una consulta al pueblo de México para saber si éste, está de acuerdo con reformar los artículos 27 y 28 constitucional como lo propone el ejecutivo. Para impulsar esta medida encomendó a todos los militantes y simpatizantes de morena a juntar firmas para solicitarle al gobierno que realice dicha consulta, y a la par de esto una comisión de Morena integrada por José Agustín Ortiz Pinchetti, Bertha Elena Luján Uranga y Octavio Romero Oropeza, presentaron un documento en las oficinas de la presidencia, para solicitar de manera formal la realización de la misma.
Para recabar las hojas firmadas e informar sobre los avances de esta medida, AMLO convocó una nueva movilización para el domingo 6 de octubre, y apenas iban llegando los primeros contingentes ese domingo cuando en los diarios aparecía la noticia en la que la presidencia de la república respondía a la petición de Morena, afirmando que no realizaría la consulta solicitada. Esta respuesta en realidad no fue una gran sorpresa, de hecho casi todos esperábamos esa negativa ya que este gobierno una y otra vez a dado muestras claras de que no escucha al pueblo y no está dispuesta a dar un paso atrás en impulsar las reformas que sus jefes que lo llevaron a la presidencia le han encomendado.
Es fundamental entenderlo: Peña Nieto no dará pasos atrás en la privatización de PEMEX a menos que se vea presionado por millones de trabajadores en las calles. Si el movimiento no plantea acciones más fuertes entonces la privatización se consumará.
No podemos tener ni el más mínimo ápice de confianza en un gobierno que es nuestro enemigo de clase, que representa intereses totalmente contrarios e irreconciliables a los de los trabajadores, campesinos, jóvenes y en general a los explotados mexicanos. Las reformas que impulsa el gobierno mexicano tienen el único fin de seguir garantizando la tasa de ganancias de los grandes empresarios y banqueros pero solo a costa de una mayor explotación de la clase trabajadora; de empeorar las condiciones laborales abaratando los salarios de manera criminal e impulsando una serie de recortes sociales que nos llevaran a una situación de mayor pobreza.
Algunos miembros de Morena argumentan que con esta consulta se presiona al gobierno y se desenmascara a Peña Nieto ante los mexicanos de que si quiere privatizar. Por supuesto que hay un sector de trabajadores mexicanos que desconocen el verdadero fondo e impacto de la privatización y se ven enredados por toda esa palabrería del gobierno priista. Para superar este problema debemos fortalecer los comités de Morena, ellos deben lanzar campañas calle a calle, escuela a escuela, informando sobre los planes de Peña Nieto y llamando a la movilización. Pero mientras ello ocurre tampoco podemos olvidar que habemos millones que comprendemos perfectamente lo que está pasando actualmente y que estamos dispuestos a la movilización. La solución es muy clara: informar, organizar y movilizarse.
El fraude electoral del 2006 y del 2012 dejó muy claro que la ley, eso que llaman “estado de derecho”, los tribunales y los jueces, son solo una herramienta a favor de los empresarios y banqueros. No fue gratuito que en el 2006 AMLO dijera “al diablo con sus instituciones”. La táctica actual de MORENA, es decir la consulta, está llamando a confiar en las instituciones que nos han hecho trampa electoral y que se han burlado una y otra vez de los trabajadores. ¿Debemos confiar en Peña Nieto?, ¿debemos confiar en los tribunales como el IFE que ahora paga a sus “consejeros” cuatro 4 millones 600 mil pesos a cada uno mientras miles de familias afectadas por las lluvias aún no reciben ni apoyo alimenticio? ¿Debemos confiar en el PRI o en el PAN? Por otro lado, como ya lo hemos mencionado en artículos pasado dentro del periódico Militante, la vía legal por sí misma no es el camino para derrotar estos ataques del gobierno, ya que por la vía de los hechos esto significa dejar el futuro de nuestra lucha en manos del enemigo. Así mismo los mecanismos meramente electorales también son insuficientes si estos no se sustentan en la movilización de las masas en las calles, a través de acciones conjuntas que pongan en jaque al gobierno, basándonos en un programa de lucha revolucionario que no solo plantee echar atrás las reformas privatizadoras, sino también la salida de Peña Nieto del gobierno.
Morena tiene toda la obligación de ponerse al frente de la lucha, ya que por un lado es la organización de masas más grande en nuestro país y tiene la capacidad y la fortaleza para impulsar un gran movimiento a nivel nacional en unidad con demás sindicatos y organizaciones de izquierda; y en segundo lugar porque así lo exigen los acontecimientos. En el último periodo de la lucha de clases en México ha quedado más que claro que ya no basta con hacer movilización y mítines, sino que la lucha tiene que pasar a un nivel superior de lo hecho hasta ahora. Además de que hoy más que nunca es muy necesario impulsar de manera real y activa un frente único de lucha.
AMLO planteo correctamente que Morena apoya al magisterio y se une a la lucha contra la reforma educativa, sin embargo esto debe recaer en acciones concretas de lucha. No podemos seguir quedándonos en las palabras. Por lo que la dirección de Morena aprovechando la autoridad política de Obrador debe impulsar un frente único entre Morena y la CNTE, e impulsar una gran movilización a nivel nacional de manera conjunta sumando a demás sindicatos como la UNT, el SME, Mineros, Petroleros, etc.,
A partir de este frente único de lucha se debe plantear la conformación de un Consejo Nacional de Huelga, e impulsar una huelga general o paro nacional. Así mismo este frente único debe levantar la consiga de la caída del gobierno de Peña Nieto, ya que la lucha contra las reformas necesariamente pasa por impulsar la lucha contra el capitalismo y su aparato de Estado que lo sostiene. En este sentido es importante dejar bien claro que la Huelga no es violencia, afirmarlo así solo generara confusión en las bases y no hará avanzar la lucha. La huelga general es un método tradicional de lucha que tenemos los trabajadores, en la que se demuestra que somos nosotros los que realmente llevamos las riendas de este país. La huelga es la vía para demostrar la fuerza que tenemos los trabajadores cuando nos movilizamos de manera conjunta y demostrar que con esa fuerza podremos derrotar las reformas que generarán aún mayor opresión y miseria al pueblo de México.