Es en el año 2002 que el programa “progresa” por situaciones de un mal manejo desaparece y da lugar un a un nuevo programa social con el objetivo de dar apoyo a las familias en condiciones de pobreza extrema, así nace el programa “oportunidades”, orientado al desarrollo de la educación, salud y a la alimentación del sector más marginado de nuestro país.
A inicio del mes de mayo la secretaria de desarrollo social, María del Rosario Robles Berlanga manifestó que el programa “oportunidades” excluirá a las familias con más de tres hijos. Es en un poblado llamado Los Encinos, Nayarit, dónde declara durante la apertura de un comedor comunitario lo siguiente: “No piensen que por tener más hijos van a tener más oportunidades, oportunidades ya no va a beneficiar a las que tengan muchos hijos, sino que va a apoyar a las que tengan pocos hijos, porque la familia pequeña vive mejor y porque tenemos que pensar en estos niños y en estas niñas, así es que no se me equivoquen, no me hagan cuentas” (Transcripción de SEDESOL). Es decir, Rosario Robles cree que tener hijos para las madres indígenas se traduce a un negocio, situación totalmente descabellada, ella misma dice que mensualmente las familias reciben un apoyo alimenticio equivalente a 640 pesos al mes, además, haciendo cuentas se reciben 115 pesos mensuales por niño de 0 a 9 años, es decir un aproximado de tres pesos diarios, en ese sentido su argumentación de que las mujeres hacen negocios con sus propios hijos no tiene validez alguna, simplemente niega el derecho de decidir cuantos hijos tener a las familias, imponiéndoles una decisión sin su consentimiento violando sus derechos humanos y discriminando a las familias indígenas, así como también deja mucho que decir de la comprensión que se tiene de la “idea” de la familia que hay en comunidades dónde se vive del campo.
Los reclamos a estas declaraciones fueron tan fuertes al grado de que la misma Rosario Robles retrocedió al no ver otra salida, declarando básicamente que cometió un error en la forma de expresarse, que simplemente fue un mal entendido y que tal programa no excluye a ninguna familia siempre que necesite de este apoyo, cabe recalcar que en el comunicado de prensa dado a conocer por la SEDESOL el pasado 7 de mayo, en el punto tres dice lo siguiente:
“En las reglas de Operación de dicho programa se disponen los montos máximos que puede recibir una familia que hoy es de 1710 pesos para educación básica y 2415 para la media superior, y se establece que el componente relacionado con el apoyo infantil será hasta de tres hijos”. Con ello la secretaria se apoyó, pues dijo sólo haber hecho énfasis de las condiciones preestablecidas en el programa.
La realidad es que ante la crisis económica de nuestro país la burocracia, con la intención de defender sus intereses y su posición, se ha dado a la tarea de recortar el presupuesto en programas sociales, y por ello tratan de justificar los recortes. Pero las declaraciones no solo justifican el ataque económico a los sectores más golpeados, también dejan ver el profundo desprecio que la clase dominante tiene hacia estos sectores. Priistas, panistas, empresarios, “chicos bien” y toda esa gente de la “alta sociedad” suele usar palabras y frases como “asalariados”, “muertos de hambre”, “guarachudos”, “pata rajadas”, “naco” para referirse a la gente que para ellos son “valen poco”. Este desprecio es tan común que se puede ver, a manera de broma, en los medios de comunicación en horarios familiares; personajes como el “vitor”, la “nacaranda” y otros hacen burla de la música, de la vestimenta, del lenguaje que usa el proletariado y los indígenas. A este mismo sentimiento de desprecio corresponden las escenas videograbadas de las llamadas “leidi” de Polanco, PROFECO, Roma y tras más. Y si los asesores políticos de Peña Nieto no trabajaran día y noche, para evitar las tonterías de él y sus hijos, seguramente no dejaríamos de escuchar frases como aquella tan célebre de Paulina Nieto que se refirió a la “prole” de una manera totalmente grosera.
La pobreza extrema que vivimos en nuestro país es total responsabilidad de la mala administración que hay en la economía del país y del capitalismo en sí mismo, existen la riqueza material para cubrir las necesidades de las comunidades en pobreza extrema, y por tanto en lo material sin pretexto alguno se debe de dar atención a todas las familias pobres. Pero además de ello exigimos respeto y un trato digno, palabras que son incapaces de comprender porque creen que siempre dominaran la sociedad.