La presente versión es un resumen del artículo publicado en la página de internet militante.org: La marcha blanca “contra la inseguridad” de la burguesía mexicana

La delincuencia es síntoma de descomposición capitalista

Las escenas de asesinatos violentos, secuestros, extorsiones, robos e incluso decapitaciones se han vuelto cotidianos. Podríamos señalar el caso del municipio Creel del Estado norteño de Chihuahua donde fueron asesinados en una fiesta 14 personas incluido un bebe, en un claro crimen del narcotráfico. Otro caso aún más sangriento fue el ocurrido al otro extremo del país en el Estado de Yucatán realizado por el grupo de sicarios del narcotráfico: Los Zeta. Los secuestros con motivos de extorsión económica han aumentado claramente, hace años la sociedad mexicana se conmovió con el caso de un secuestrador que cortaba las orejas y dedos de sus víctimas, hoy vemos a infinidad de bandas de secuestradores que ensombrecen aquello que parecía un caso aislado. El caso del hijo del empresario Alejandro Martí, que fue secuestrado y posteriormente asesinado, muestra como incluso la burguesía puede ser vulnerable ante estos problemas. Las clases medias y la burguesía suelen ser buenos botines para los secuestradores.

Demostración de fuerza de la burguesía

Podríamos decir, hasta cierto punto, que el problema de la inseguridad es una preocupación del conjunto de la sociedad, pero en realidad todos estos elementos de real barbarie no son más que la consecuencia directa de un sistema que mantiene a la mayoría de la sociedad en la pobreza mientras genera a criminales mucho peores, disfrazados de respetables empresarios, que son multimillonarios de primera línea a nivel mundial que explotan indiscriminadamente nuestros recursos naturales y humanos. El capitalismo mexicano ha obligado a miles de campesinos a sembrar mariguana como consecuencia de la crisis del campo desarrollada después del Tratado de Libre Comercio con EEUU. Miles de jóvenes se quedan sin acceso a educación y trabajo digno y con pocas alternativas de recreación. Esta es la base material que permite el desarrollo de la delincuencia y la drogadicción, son síntomas de que el capitalismo está enfermo de muerte, le vemos las venas de su aparato de Estado infectadas de una tremenda corrupción y la infiltración del narcotráfico. Hay enfermedades que no te matan rápidamente sino que descomponen primeramente tu cuerpo, estos son los riegos que se viven sino acabamos con el sistema capitalista, y simplemente esperamos viendo como la barbarie se apodera de la sociedad. Toda la prensa burguesa mexicana al unísono, incluyendo las grandes trasnacionales televisivas Televisa y TV Azteca, aprovechando el caso de Alejandro Martí, estuvieron día y noche convocando a esta manifestación apoyándose incluso en los programas de espectáculos y deportivos. Desde 2004 la burguesía no ha conseguido realizar una movilización seria a pesar de haberlo intentado sin éxito con temas como el aborto o la toma de la catedral metropolitana que se dio durante un mitin en el Zócalo convocado por López Obrador. Finalmente, el 30 de agosto, se dio la marcha a la que llamaron "Iluminemos México" que tenía como sus principales y directos convocantes a "respetables" capitalistas como los agrupados en la CANACINTRA. Se habla que asistieron entre 80 mil a 200 mil personas a la marcha en el DF, aun tomando como cierta la última cifra es mucho menor a lo que lograron convocar en la marcha blanca del 2004. “Los marchistas llegan en grupos de amigos y familiares. La ropa, los fenotipos, evidencian una marcha, como define una muchacha, ‘de clase media para arriba’. Para algunos es la primera vez, pero la mayoría de los consultados estuvieron aquí en 2004”. (La Jornada 31/08/2008). Es decir que la burguesía desde la marcha blanca del 2004 no ha podido ganar base de apoyo sino que la ha perdido, eso incluso si tomamos en cuenta las marchas estatales que en su conjunto suman 84 mil manifestantes (La Jornada 31/08/08) que en el mejor de los casos sumaria 284 mil a nivel nacional. Las palabras que declaró Alejandro Martí tuvieron eco en la marcha: “Si no pueden renuncien” mostrando cómo la pequeña burguesía y la burguesía no están del todo conforme con el gobierno de Calderón, esta marcha no fue convocada simplemente contra la delincuencia sino sobre todo para presionar a Calderón para que endurezca su política, endureciendo las leyes y militarizando aún más el país.

Quieren endurecer la represión contra el movimiento obrero

La realidad es que el discurso de Calderón contra la delincuencia, es simplemente una mentira, en los hechos la delincuencia se ha fortalecido gracias al gobierno que el mismo encabeza. Pero en contraparte las acciones contra la delincuencia son mas bien acciones sobre todo contra el movimiento obrero, a los presos políticos de San Salvador Atenco les han aumentado sus condenas por lo menos a 31 años mientras que a su principal dirigente, Ignacio del Valle, sus condenas suman ya 112 años de cárcel. El movimiento obrero nacional e internacional debe responder para defenderles. Si bien el grueso de la marcha tenía una composición burguesa o pequeñoburguesa, pudo atraer naturalmente a algunos trabajadores que han sido víctimas de asaltos, asesinatos, etc. pero el grueso de la clase obrera no se movilizó en la marcha convocada por la burguesía, lo hizo al día siguiente contra la privatización del petróleo y dos días después contra el gobierno de Calderón.

La clase obrera es mucho más poderosa

Las marchas blancas se han convertido en una herramienta de la burguesía en varios países, las hemos visto en países como Ecuador, Honduras o Colombia. En el caso de México no significa que la burguesía tenga una gran fuerza. En 2004 hubo una fuerte marcha blanca con 500 mil asistentes que mostraba la cada vez mayor polarización social, la burguesía estaba eufórica pero un año después el movimiento obrero les cerró la boca con la movilización contra el desafuero de López Obrador, con un millón de asistentes. El relativo éxito de la marcha blanca no es resultado de la fuerza de la burguesía sino de la debilidad de la dirección del movimiento obrero. Al día siguiente de la marcha blanca, el 31 de agosto, López Obrador llenó el monumento a la revolución pero pudo haber llenado mínimamente el Zócalo si lo hubiera querido. La burguesía señala que el error de la marcha del 2004 fue movilizarse y después no hacer nada. Intentarán mantener una base de apoyo movilizada, llaman a sus filas a organizarse, pero un éxito coyuntural no significa que tengan éxito en su estrategia de mantener a la pequeña burguesía organizada y movilizada, es verdad que el marco de violencia y de debilidad de la dirección del movimiento obrero generan un marco que les permite cierto margen de acción pero bastaría una nueva demostración seria del movimiento obrero para desmoralizar a la pequeña burguesía o incluso para atraerla abiertamente hacia la clase obrera en una lucha franca contra el gobierno de Calderón. 5 de septiembre de 2008

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