Lenin en 1916 definió al sistema capitalista como “un horror sin fin”. Eso es lo que ha sido siempre y seguirá siendo este sistema. Basta con salir a las calles y ver las condiciones bajo las cuales vive la sociedad o ir a una fabrica para conocer las condiciones tan deplorables bajo las cuales labora un trabajador.

Por si esto fuera poco, hoy en día somos testigos de la guerra que se ha desatado a lo largo del país entre los cárteles y la misma policía involucrada en este negocio, lo cual ha traído como consecuencia el asesinato de miles de personas a lo largo de todo el territorio mexicano.

La corrupción está presente en cualquier Estado capitalista y esto se evidencia cuando se ponen al descubierto la corrupción existente entre los mandos militares y/o policiacos (principalmente en las ciudades fronterizas) con los cárteles de narcotraficantes. De esta manera, se entra en una guerra de ejecuciones que pone en riesgo la vida de todas las personas (amas de casa, niños, trabajadores, etc.).

Tan sólo el año pasado, se informó que en México hubo más de 5 mil asesinatos, producto de esta guerra entre el narcotráfico y el Estado. Es para todos ya muy común escuchar que en los Estados del norte (principalmente Baja California, Sinaloa y Chihuahua) hay en promedio un poco más de 20 asesinatos diarios, esto demuestra la podredumbre del Estado capitalista y su bancarrota.

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el narcotráfico es parte del mismo Estado capitalista, pues hay vínculos directos entre ambos y la única manera de terminar con los narcotraficantes no es militarizando al país como la ha hecho el espurio, sino acabando con el mismo capitalismo.

Calderón ha declarado una batalla hipócrita en contra del narcotráfico, pero lo que hay detrás de esta batalla es la intención de sembrar el miedo a los trabajadores para que éstos no salgan a las calles por miedo a ser ejecutados, ya sea por los narcotraficantes o por el mismo ejército.

Haciendo un recuento del gobierno de Calderón

Recordemos que el espurio llegó a la toma de su mandato con un fuerte operativo policiaco encabezado por el Ejército, el Estado Mayor Presidencial y la PFP, y con las mentiras de declararle la guerra al narcotráfico, comenzó la militarización del país, intentando así “frenar” el movimiento social, que se ha manifestado ampliamente desde el primer día de su mandato.
Hoy, a poco más de 2 años de gobierno de Calderón, las cifras hablan por sí solas del resultado que ha traído dicha decisión; se puede hablar como lo mencionábamos antes, de más de 8 mil asesinatos en el periodo del espurio.

¿Acaso tenemos una alternativa para poder curarnos de este cáncer? La respuesta a esta pregunta que seguramente se han hecho miles de trabajadores es: ; la única salida que tenemos para acabar con esta ola de violencia y con esta vida de miseria a la que nos ha condenado el capitalismo, es la lucha por un gobierno de los trabajadores en donde a partir de comités armados y controlados por asambleas democráticas de trabajadores, amas de casa y estudiantes puedan dar una verdadera lucha a esta lacra.

Sólo derrocando al capitalismo podremos terminar con la explotación, violencia, hambre, miseria y lumpenización de algunos sectores. El socialismo es la cura de este cáncer; sólo bajo este sistema podremos mejorar nuestras condiciones de vida, debemos dar la lucha por una economía nacionalizada bajo el control de los trabajadores. Desde este periódico hacemos el llamado a los trabajadores, estudiantes y demás sectores conscientes a que se unan a nosotros y luchen por una sociedad más justa: una sociedad socialista.

¡Socialismo o barbarie!
¡Únete a Militante y lucha con nosotros!

Enero de 2009.

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