El 2019 arrancó con un levantamiento huelguístico histórico en Matamoros, Tamaulipas. Estas “huelgas locas” -llamadas así por los trabajadores- y movilizaciones eran protagonizadas por miles de obreras y obreros de las maquiladoras e industrias de esta ciudad fronteriza; las empresas rápidamente fueron adornadas con banderas rojinegras y los tumultos de trabajadores enardecidos llenaban las calles exigiendo, en primera instancia, que los dirigentes sindicales dieran la cara y explicaran porque la patronal estaba arrebatándoles lo que con su trabajo habían conquistado, y por otro lado, el pago inmediato de lo retenido por los patrones so pretexto del aumento salarial que se aplicaría en toda la frontera.

El cambio verdadero en manos del obrero

El Movimiento Obrero Matamorense (MOM) es pionero de una nueva era en el movimiento sindical en México, con 90 empresas en pie de guerra y ganando con la lucha organizada y unificada un aumento salarial del 20% y un bono de 32 mil pesos – de ahí la consigna 20/32 -  se han convertido en un referente para diversos sectores de la clase obrera, principalmente para la zona fronteriza norte. Todo esto bajo la dirección de la Abogada Laboral Susana Prieto Terrazas, compañera que ya había protagonizado luchas muy importantes en Ciudad Juárez, Chihuahua, contra empresas como Lexmark y Johnson Controls.

El MOM 20/32 fue la demostración concreta que ante la aparente pasividad y la tan aclamada “apatía” el proceso de conciencia entre la clase trabajadora avanza a paso firme. Esto se pudo ver nítidamente el 1 de mayo cuando después de más de 10 años sin hacer un desfile por el día del trabajo en Matamoros, los obreros y obreras junto con sus familias lo retomaron como un día de lucha y de protesta demostrando que esta insurrección está lejos de terminar, que está escalando en organización, conclusiones y tareas. Con una asistencia de más de 10 mil personas se tomaron las calles uniéndose conscientemente como clase obrera. La conciencia de clase se adquiere a través de la experiencia viva, no sólo en la empresa y en la línea, sino también asimilando la práctica y lucha cotidiana contra la patronal de su país e incluso a nivel internacional. Lo que hemos presenciado en Matamoros en esos largos días de huelga, guardias, marchas y asambleas no es más que eso, la clase habida de ideas y reconociéndose como una clase para sí misma. Se dieron cuenta que son una fuerza y la están usando.

Por un sindicalismo de clase, democrático y combativo

La creación del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios Movimiento 20/32 es resultado de la fuerza con la que ha irrumpido el movimiento obrero en Matamoros y, al mismo tiempo, de la necesidad de levantar una organización de lucha consecuente contra los ataques de los patrones, contra los bajos salarios, abusos, despidos, lesiones, acoso, etcétera, en todo el país.

El nuevo Sindicato ha arrancado con fuerza, llamando a la afiliación y muchos han respondido. La batalla por ganar la base al charrismo, al miedo a los despidos y a las represalias de la patronal será una batalla constante, de todos los días, que exige desarrollar la conciencia y organización política de los trabajadores, explicando cuál es el origen de su explotación, por qué estamos en las condiciones actuales y por qué pasar a la acción es el único camino.

Las patronales en Matamoros han cedido ante la gran fuerza demostrada, pero no están vencidos y en cuanto vean la oportunidad querrán arreciar la ofensiva. Es por eso que tenemos que avanzar, ser más, más organizados, identificar el enemigo real y dotar a nuestros sindicatos de un programa revolucionario y clasista.

Detrás de la fachada imponente e intimidante del empresariado reina el pánico de que este ejemplo se extienda como pólvora en todo el país, porque de hecho así está siendo. Hagamos valer nuestra fuerza numérica y con esta gran victoria a nuestras espaldas atraigamos a capas de trabajadores que aún no participan, atraigamos a otros sectores y hagamos más amplia esta batalla. Recuperemos las señas de identidad que hicieron los sindicatos una herramienta poderosa en la lucha de la clase obrera contra los patrones y con la que conquistamos derechos laborales, sociales y políticos que hoy están amenazados o simplemente han sido arrebatados.

Los trabajadores no debemos limitarnos a luchar contra sus efectos de este sistema, debemos luchar también contra la causa, el capitalismo. Necesitamos un sindicalismo anticapitalista y que enmarque su acción en el combate contra este sistema opresor y esclavizante, que luche por una sociedad distinta.

A un año del MOM 20/32 la lucha sigue, se mantiene viva y se extiende, que tiemblen todas las clases dominantes que las y los obreros llegaron para quedarse y gestar un mundo nuevo.

¡Viva la lucha de la clase obrera!

¡Por un MOM en todo el país!


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