El 30 de diciembre pasado los 19 trabajadores afiliados a la sección 35 del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana estallaron en huelga; los trabajadores, mismos que realizan las maniobras y operación de carros que recorren las vías entre el tramo Tijuana-Tecate, en Baja California, pararon las labores ante las reiteradas violaciones a sus derechos de parte de la empresa Ferrocarriles CZRY Baja California SA de CV, filial en México de la trasnacional yanqui Carrizo George Railway Inc.
Los trabajadores exigen a la empresa el pago puntual de sus salarios, mismo que recientemente en tres ocasiones no se les ha entregado, así como el cumplimento con el pago del IMSS y del Infonavit; también demandan que se les dote de equipo de seguridad industrial y el reemplazo de las herramientas de trabajo desgastadas.
La privatización de Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), misma que se desarrolló entre 1997 y 1999 y que derivó en los cinco consorcios privados que operan actualmente la totalidad de la red ferroviaria del país, ha sido un negocio especialmente rentable para la burguesía. Se trata de un negocio que se erigió sobre la espalda de los ferrocarrileros, de ello ya habla por sí mismo el despido masivo de trabajadores a lo largo de ese proceso que podría a esa paraestatal en manos de los capitalistas: en 1995, año en el que el Congreso de la Unión aprobó la contrarreforma del entonces presidente Zedillo que eliminaría las trabas constitucionales que impedían la participación de los empresarios en la industria ferroviaria nacional, FNM tenía una nomina de 43 mil 363 trabajadores de los cuales sólo serían recontratados por la empresas privadas 23 mil 300, esto último en 2008 ya casi al final del proceso de privatización.
Desde entonces a la fecha la intensificación del trabajo a niveles extremos ha sido la norma que ha predominado en el conjunto de la industria ferrocarrilera nacional, siendo testigo fiel de ello el hecho que desde finales de la década de los años 90 a la fecha el promedio de toneladas/kilómetro por empleado trasportadas por toda la red ferroviaria de país pasó de 806 a 5 mil 541 (¡!)
Gracias a esos escandalosos niveles de estrujamiento de la fuerza de trabajo los beneficios para las empresas ferrocarrileras han sigo jugosos, tal es el caso de Ferromex, la empresa más grande del ramo pues extiende su sistema ferroviario al 71% del territorio nacional y que en el primer semestre de 2011facturó ingresos por 645 millones de dólares.
Al igual que Telmex, que Imevisión (hoy TV Azteca) o que Sicartsa, junto con varias centenas más de empresas del Estado que pasaron a ser propiedad de los capitalistas, la privatización del ferrocarril ha arrojado estupendos dividendos para la clase dominante, sin embargo ello no ha sido suficiente para Ferrocarriles CZRY Baja California SA de CV la cual pretende incrementar sus ganancias eliminado por la vía de los hechos prestaciones como el seguro social y el Infonavit, e incluso dejándole de pagar periódicamente a sus trabajadores. ¡El descaro y la avaricia de la patronal no tienen límites!
Los proletarios de todo México debemos manifestar nuestro apoyo a los trabajadores afiliados a la sección 35 Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana pues su lucha encierra un serie de importantes meritos que es necesario subrayar, el primero de ellos es su determinación para enfrentar a sus patones y sus poderoso recursos en aras de defender sus derechos; otro merito a reconocerle a los compañeros ferrocarrileros es el de que su huelga es la primera en este ramo de la industria después de varios años. Al parecer la paciencia se está agotando entre los ferrocarrileros.
Pero también es digno de señalarse que los ferrocarrileros que se han lanzado a la lucha lo hacen a presar de que su gremio está controlado desde hace años por una de las peores y más violentas mafias sindicales al servicio de la patronal y el Estado encabezada por el supercharro Víctor Flores, secretario general vitalicio del sindicato ferrocarrilero y extitular de la dirigencia del Congreso del Trabajo.
Los ferrocarrileros de la sección 35 son un ejemplo vivo de que cuando los trabajadores gritan ¡ya basta! y se deciden a luchar son capaces de superar toda clase de adversidades para defender sus intereses.
Al igual que lo hicieron en la lucha heroica de 1958-1959 con Demetrio Vallejo al frente, hoy nuevamente los ferrocarrileros levanta la voz dejando muy en alto el nombre de la clase obrera.
¡Viva la huelga ferrocarrilera de la sección 35!
¡Solución inmediata e incondicional a las demandas de los ferrocarrileros en huelga!
¡Democratización del sindicato ferrocarrilero!
¡Renacionalización de la industria ferrocarrilera bajo control obrero!