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¡Lo que hemos conseguido ha sido con la lucha!

Hace un año, cuatro meses, comenzamos una campaña política con la consigna ¡Fuera machistas y misóginos de la UAM! Hasta hoy hemos conseguido echar al ex contralor José N y su vinculación a proceso judicial, un hito histórico en el movimiento feminista actual.

La violencia machista en los centros de trabajo, según cifras oficiales, afecta al 27.9% de la población femenina, la que más destaca es la discriminación con un 18%, la violencia sexual abarca al 14.4%, pero sabemos muy bien que estas cifras están muy por debajo de la realidad. Muchas mujeres no denuncian por temor a perder sus trabajos, en especial los sectores más vulnerables, como las jefas de familia o personas que están próximas a jubilación o de una edad en que ya es difícil encontrar un nuevo empleo debido a la discriminación. Todos estos elementos junto con la impunidad que otorgan las instituciones son la base para la escalada y permanencia de la violencia machista en el ámbito laboral.

Por estas razones lanzamos la campaña por la reinstalación de nuestra compañera, por hacer visible la violencia que se vivía en la rectoría de la UAM y combatir a los principales promotores de esa violencia que se encuentran en las altas esferas de la burocracia universitaria.

Hasta hoy hemos logrado echar al excontralor José N y algunos de sus cómplices, mañosamente la UAM nunca reconoció a este como agresor y permitió su salida cómoda, cómo estrategia, y fue económicamente bien remunerado, mientras la misma universidad había rescindido ilegalmente al menos a 12 compañeras, sin un peso y algunas de ellas tras años de servicio y con dependientes económicos. El ambiente al interior de la rectoría era de terror, controlado por una casta burocrática, corrupta, misógina y clasista.

El triunfo de haber sacado a estos personajes de la UAM no es sólo nuestro, ha sido del movimiento feminista en conjunto y especialmente del histórico paro de dos meses del año pasado, que enmarcó esta victoria. Haber echado al excontralor de la UAM es un triunfo para el movimiento feminista y universitario, en ninguna otra universidad se ha logrado una cosa semejante, más aún, considerando que este mismo personaje se encuentra actualmente vinculado a proceso por el delito de abuso sexual agravado.

Todo esto lo hemos conseguido con la lucha, con los mítines en las calles, las marchas, la lucha conjunta con trabajadores y trabajadoras honestas y con el vínculo con la comunidad estudiantil. Nada ha sido regalado, nada ha sido gracias a la buena voluntad de las instituciones, por el contrario, en más de una ocasión han sido un obstáculo, empezando por la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU).

No somos propiedad del patrón

La compañera Sam, ha sido víctima del sistema capitalista, machista y patriarcal, como muchas otras, es decir, no es un caso aislado. Lo común para las trabajadoras es enfrentarnos a centros de trabajo con un ambiente machista promovido generalmente desde los altos mandos. La opresión hacia la mujer es una expresión más de la opresión hacia la clase trabajadora y de la explotación laboral. La patronal se cree dueña de nuestra jornada laboral, de nuestro tiempo libre y de nuestros cuerpos, en suma, de nuestras vidas. Los jefes creen que nos pueden tocar, abusar, violar o chantajear sólo porque nuestro sustento depende de sus decisiones.

Machismo en las universidades públicas

Pero esta actitud es aún más indignante cuando viene de parte de altos funcionarios de una universidad pública que se dice educar en pro de la “equidad de género” y “la cultura de paz”, hipocresía pura y dura.

Estos funcionarios ganan más de 200 mil pesos al mes, se benefician de prestaciones lujosas como créditos para compra de autos a nombre de la universidad, vacaciones, comidas, tags, todo pagado con presupuesto público, cuando, al mismo tiempo, las unidades están en la precariedad, la UAM Azcapotzalco se queda sin agua suficiente durante meses; no hay papel, ni jabón en los pocos baños abiertos; los comedores son cada vez más precarios, falta inversión en proyectos y becas, los proyectos están abandonados y filtrando recursos, etc, etc, etc.

Además, estos funcionarios corruptos se hacen ricos con el dinero de la educación pública, recursos obtenidos del pueblo. Estos machistas aprovechan sus cargos para desviar recursos a sus negocios y socios privados, para ellos estos puestos son business y trampolines políticos y para nada un servicio público a la educación pública y a la sociedad.

Por si fuera poco, la rectoría está gastando recursos millonarios en la ofensiva contra las trabajadoras despedidas que siguen exigiendo justicia, pagando abogados privados, financiando sobornos, actuando corruptamente, sufragando testigos, etc. Todo para salvar el pellejo de los funcionarios aún en activo, entre ellos el Abogado General Rodrigo S.

¿Cómo podemos esperar que haya justicia en los casos denunciados de profesores, estudiantes o trabajadores, cuando los propios funcionarios son agresores y encubridores? Este es el problema principal, hay una doble moral y un doble rasero, para los primeros se levantan actas administrativas e ilegales en fast track, sin siquiera una investigación seria y para los segundos, aún con denuncias administrativas, laborales y penales ¡se les sostiene en sus puestos y se destinan todos los recursos para su defensa!

Por eso, la lucha que hemos dado con la campaña de justicia para Sam, no sólo busca la justicia para un caso particular, sino evidenciar esta realidad para las mujeres trabajadoras y para el conjunto de nuestra clase. Esta situación, con características propias, la viven las maestras, las obreras de las fábricas, las jornaleras, las oficinistas, etc.

Llamamos a todas las compañeras y compañeros a seguir solidarizándose con esta campaña, pero sobre todo a extender esta lucha y organización para echar de una vez por todas a todos los agresores machistas de las escuelas públicas. Les llamamos a sumarse a la marcha este 8M para levantar la bandera del feminismo revolucionario y mostrar que somos miles las que no estamos dispuestas a callar y permitir más explotación y violencia en nuestra contra.

¡Súmate a Libres y Combativas y luchemos juntas por una sociedad socialista realmente libre!


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