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Una sensible pérdida para el movimiento comunista

Nos hemos enterado del fallecimiento de nuestro amigo Germán Martínez Hidalgo, acaecido el pasado 25 de abril en la ciudad de Puebla. Esta noticia nos causa gran dolor a quienes tuvimos la oportunidad de conocer al maestro Germán. Sabemos que todos, tarde o temprano, dejaremos de existir pero no nos deja de causar consternación, pues, era un científico y profesor muy querido en la ciudad de Puebla  y un materialista dialéctico convencido de la teoría marxista.

Germán Martínez Hidalgo estudió de manera paralela en la primera generación de dos carreras: Física y Química en la Universidad de Puebla. Fue un científico destacado con un amplio conocimiento de la ciencia y de la historia. Era una persona con los dos pies bien plantados sobre la tierra; tenía una gran facilidad para explicar ideas complejas en lenguaje sencillo. Siempre fue un hombre humilde, entrañable y muy estimado. Caminando junto a él en la calles del centro de Puebla siempre había gente que le conocía, muchos de ellos ex alumnos de él que le demostraban su afecto.

Con Germán la Corriente Marxista Internacional y su sección mexicana establecimos una magnifica relación. Lo conocimos la primera vez que fue Alan Woods a Puebla, fue de los primeros en asistir al auditorio de derecho de la UAP y después ese mismo día de mayo de 2005 asistió a la otra charla que Alan daría en el sindicato de Telefonistas. Germán adquirió varios libros de la Fundación Federico Engels. Había quedado sumamente impresionado, pero más lo estaría al leer Razón y Revolución, el cual, no se cansaba de recomendar a sus amigos y conocidos.

Recuerdo que en una ocasión tuvimos una Escuela de Formación de la Tendencia Marxista Militante en el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (SUNTUAP) sobre ese libro. Había varios jóvenes estudiantes de Puebla, trabajadores, abogados y veteranos del movimiento obrero como Polo Uribe; también asistió una buena delegación de compañeros de la Ciudad de México. El maestro Germán, pese a que tenía múltiples compromisos, se hizo un espacio para asistir. Dio una intervención muy interesante, habló de la teoría de la relatividad. Dijo que solía ser que los descubrimientos científicos se dan a lo largo de la historia en parejas, cuando el conocimiento del ser humano llega a tal punto que se producen avances en el conocimiento, eso mismo ocurrió con la famosa ecuación E=mc2, de la cual hizo dos deducciones diferentes. Posteriormente explicó las aplicaciones concretas que se le pueden dar a esta ecuación, pasó entonces a ponernos un ejemplo viendo cuanta energía se concentra en un gramo de materia, finalmente tradujo el resultado a kilowatts y terminó señalando que en el gramo de un tapón de una pluma, de tierra o de lo que sea se concentra la cantidad suficiente de energía que puede utilizar un ser humano en su vida. Dijo que si no la agotábamos no había ningún problema podríamos agarrar otro gramo de materia y tener la energía que necesitáramos.

Nos señaló que al petróleo se le podrían dar otros usos como el convertirlo en alimento y que la ciencia tenía un potencial desarrollo; que se podrían crear fuentes de energía suficientes, y no contaminantes; que era el potencial que tenía una sociedad socialista. Todos en la sala quedamos muy contentos e interesados por su exposición. Los compañeros que tuvimos algún tipo de estudio científico o de ingeniería nos asombramos de la sencillez con que explicaba esas ideas de una forma más sencilla y con una gran profundidad que la mayoría de nuestros profesores universitarios.

La visión del mundo del compañero Germán era profunda porque se basaba en el análisis de la materia, su movimiento y evolución. Una ocasión me comentó que él consideraba que las leyes de la termodinámica eran las más universales. Esto habla en sí mismo de su visión materialista puesto que la primera ley de la termodinámica señala que la energía no se crea ni se destruye simplemente se transforma.

El profesor Germán gustaba mucho de sentarse a tomar un café en las hermosas calles coloniales del centro de la ciudad de Puebla y a platicar en la compañía de sus amigos. Tuvimos la oportunidad de acompañar alguna de esas charlas donde nos platicaba de su participación política en la lucha Comunista en Puebla, una ciudad que vivió una fuerte polarización social. Conversábamos de teoría marxista, de los avances y errores que se vivieron en la URSS, de la lucha de clases en América Latina, de la decadencia que se mostraba en el gobierno de Fox, de las tareas que debíamos asumir en la lucha de clases en el ascenso vivido en la batalla contra el desafuero y el combate al fraude electoral. Me recordó que después de un viaje que hizo a Europa regresó muy contento, entre otras cosas, porque pudo asistir a una manifestación comunista; de ese viaje nos obsequió al grupo poblano de Militante una foto del Monumento a la Victoria, uno de los más altos del mundo, que pudo observar en dicho viaje cuando pasó por Rusia.

Germán Martínez siempre fue un joven de espíritu, era imposible no animarse al hablar con él. Cuando regresó Alan Woods a Puebla no dudamos en invitar al maestro Germán a que participara en la presentación. El científico poblano poseía una gran cultura, había leído una cantidad enorme de libros, sólo así podemos comprender cómo pudo escribir más de 500 columnas en el diario El Sol de Puebla, que ya contará con un fuerte vacío al carecer de sus interesantes artículos científicos. Cuando le pedimos que nos proporcionara su currículum para poderlo presentar, se negó. Nos dijo que el camino se demuestra andando. Esto muestra su sencillez y humildad que siempre lo caracterizó.

El 24 de mayo de 2007, Alan Woods, junto al maestro Germán, presentó el libro Razón y Revolución: Filosofía marxista y ciencia moderna. Recuerdo que Alan había tenido una mala experiencia en Argentina donde presentó el mismo libro y un catedrático empezó a hablar por largo tiempo una serie de cosas que nadie comprendió, pero con Germán fue completamente diferente. Dio un discurso breve, pero lleno de contenido; inició diciendo que él había leído bastantes libros, pero que Razón y Revolución estaba por encima de todos ellos e invitaba a todo mundo a leerlo. En sus palabras se podía escuchar a Engels y el movimiento de la materia, señaló que la lógica dialéctica es la lógica real de la naturaleza. Alan quedó bastante contento con esa presentación y la participación del maestro Germán.

A veces era difícil reunirnos. Las reuniones que teníamos semanalmente los marxistas poblanos eran justo en el mismo horario en que se reunía la Sociedad Astronómica de Puebla, a la que el maestro Germán pertenecía y de la cual había sido fundador. Las tareas de la lucha de clases impedían que nos viéramos más seguido provocando que perdiéramos contacto por periodos largos.

Uno no se detiene a pensar que algún día estos amigos faltarán y ya no se encontrarán entre nosotros. Al ver publicada en In Defence of Marxism (www.marxist.com) la biografía de Einstein que escribió una nueva generación de jóvenes científicos marxistas, inevitablemente recordé al Maestro Germán; me hubiera gustado que la leyera y nos diera su valiosa opinión, dado su profundo conocimiento sobre el tema.

A Germán Martínez le fascinaba el Universo. En una de sus últimas columnas que tuve oportunidad de leer citó estas palabras de Richard Feynman:

"Los poetas dicen que la ciencia quita la belleza a las estrellas, simples globos de átomos gaseosos; nada es simple. Yo también puedo ver las estrellas en una noche desierta y sentirlas. Pero ¿Veo más o menos? La inmensidad de los cielos agranda mi imaginación, hundido en este carrusel, mi pequeño ojo puede captar luz de un millón de años de antigüedad o verlas con el gran ojo del Palomar, alelándose con rapidez de un punto inicial en donde quizá todas estuvieron reunidas. ¿Cuál es el modelo o el significado o el por qué? No hace daño al misterio conocer un poquito sobre él. ¡Cuanto más maravilloso es la verdad que lo que imaginó cualquier artista del pasado! ¿Porque no hablan de esto los poetas del presente?"

La vida de un ser humano es finita, pero la vida es infinita como el universo del que siempre estaremos aprendiendo cosas nuevas y al cual nunca terminaremos de comprender por qué el conocimiento es infinito. Hoy, Germán ya no está con nosotros, su cuerpo estará viajando y transformándose a lo largo de este universo. Si bien, él ya no está físicamente con nosotros, nos deja su alegría, su entusiasmo, sus ganas de vivir, de comprender, dominar y transformar la naturaleza y la sociedad.

El profesor Germán Martínez nos da ciertas luces de lo que será el hombre de la futura sociedad comunista, por la que él luchaba. Cuando la humanidad rompa con los grilletes de la propiedad privada y la camisa de fuerza que significan los estrechos Estados Nacionales, no habrá razón objetiva para poner los grandes conocimientos científicos al servicio del conjunto de la humanidad. El desarrollo de las fuerzas productivas llegará a niveles sin precedentes, permitiendo que, trabajando menos, se puedan obtener todos los bienes que la humanidad necesite. Se invertirá en el desarrollo científico y la tecnología necesaria para cuidar el medio ambiente y eliminar las enfermedades y pandemias que hoy acosan a la humanidad. El ser humano tendrá los medios materiales para su desarrollo personal. Será común ver a hombres con la capacidad intelectual de un Marx o un Einstein. Ese es el potencial que te da el comunismo, algo que comprendía muy bien el maestro Germán, por eso se abrazaba a la teoría marxista.

Desde estas líneas los compañeros de la Tendencia Marxista Militante y la Corriente Marxista Internacional, y en particular los compañeros que participamos y participan en la sección poblana, queremos rendir un modesto homenaje a este gran hombre y transmitir nuestras más sinceras condolencias a sus familiares y amigos.

Extendemos la invitación del profesor German a leer Razón y Revolución, ese libro maravilloso que muestra la filosofía y la sociedad del futuro y a luchar por la sociedad que quería el compañero Germán Martínez Hidalgo: la sociedad Comunista. Ese es el mejor homenaje que podemos rendir a este humilde comunista.


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