La revolución Bolivariana desde sus inicios (1999) se ha visto enfrentada a los ataques de la burguesía venezolana y el imperialismo, especialmente el norteamericano. Estos graves ataques se han producido en todos los terrenos; militar (golpe de estado en 2002), económico (paro patronal de 2002 y sabotaje a las fábricas nacionalizadas y ocupadas por los trabajadores) y por supuesto el político (campaña permanente en contra del gobierno de Chávez).
La revolución bolivariana tiene el mérito de ser el proceso más avanzado de la revolución a nivel mundial, sin embargo todavía quedan muchas tareas, la burguesía sigue controlando la parte decisiva de la economía, pero incluso, aun cuando el conjunto de la economía se encontrara organizada y dirigida por la clase obrera venezolana, quedaría por resolver el problema de cómo integrar esta economía en el mercado capitalista mundial, sin que ello significará renunciar a los intereses de la clase trabajadora. Pero ahora mismo la revolución se encuentra en un problema doble, ni los trabajadores tienen el control de la economía, ni ésta economía puede establecer relaciones normales con los países capitalistas, debido al sabotaje imperialista contra la revolución.
Estas complicaciones, han llevado al presidente Chávez a establecer acuerdos con distintos estados capitalistas e incluso imperialistas (por ejemplo Rusia) estableciendo relaciones económicas y diplomáticas que permitan a la revolución bolivariana paliar al sabotaje del imperialismo norteamericano.
Por ejemplo Chávez ha promovido la creación del ALBA en oposición al ALCA promovido por el gobierno norteamericano. El gobierno venezolano ha hecho de Rusia su proveedor más importante de armamento en los últimos años, y se han establecido tratados comerciales con diferentes países asiáticos para tratar de disminuir la dependencia hacía la economía Yanqui.
Además de estos acuerdos económicos, Chávez ha tenido que usar en varias ocasiones la “diplomacia”, para intentar romper el aislamiento y así ha llegado a tratar a diferentes sectores de la burguesía que tienen intereses capitalistas opuestos a los de los Yanquis.
El imperialismo ruso y al burguesía iraní tienen diferencias serias con el imperialismo norteamericano, pero estas diferencias no son por motivos revolucionarios, sino porque a la clase dominante de éstos países les gustaría tener las zonas de influencia que tienen los americanos para mejorar sus ganancias, por lo tanto la oposición de estos gobiernos al gobierno norteamericano, nada tienen que ver con una política revolucionario o incluso mínimamente progresista. Rusia se opuso “diplomáticamente “a la guerra contra Irak en el 2003, no obstante el año pasado declaró la guerra a Georgia, invadiendo militarmente a éste país, con graves consecuencias para la población trabajadora. Un caso más aberrante incluso es el del gobierno Iraní, que históricamente tiene una oposición demagógica hacia el gobierno norteamericano, y sin embargo es un régimen que defiende la lapidación en vida de las mujeres que han enviudado, un régimen que él pasado 1°de mayo encarceló a 300 jóvenes y trabajadores tan solo por organizar una manifestación, el régimen iraní es totalmente reaccionario, por ejemplo su aparato represivo intentó cortarle la lengua al dirigente del sindicato del transporte en Teherán, para evitar que este siguiera organizándose.
El hecho de que el gobierno venezolano tenga que llegar a acuerdos con diferentes países no niega que estos acuerdos deben de supeditarse totalmente a los intereses de la revolución mundial, en caso contrario los errores en la política exterior se pagarán caros en el interior. Los acuerdos políticos con los capitalistas serán necesarios en tanto la toma del poder por los trabajadores no se extienda a nivel mundial, incluso los revolucionarios rusos una vez que tomaron el poder tuvieron que plantearse la necesidad de llegar a acuerdos económicos con la burguesía, para qué pudieran desarrollar la industria y la técnica en aquellos lugares que eran inaccesibles para el joven estado soviético.
Pero estos acuerdos deben ser de un carácter totalmente temporal y en última instancia deben servir para hacer avanzar la revolución en Venezuela y a nivel mundial, elevando el nivel de conciencia y organización de la clase trabajadora en cualquier parte del mundo. Chávez debe basarse en el movimiento revolucionario a nivel mundial, establecer todo el apoyo que sea necesario a la clase trabajadora iraní y de cualquier otra parte del mundo para que pueda tomar el poder y romper con el aislamiento de la revolución venezolana.