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Respuesta a Orlando Chirino

Entre las múltiples muestras de solidaridad con la lucha de los trabajadores de MMC que se han recibido cabe resaltar la carta pública suscrita por Orlando Chirino en nombre de la USI, titulada “Carta abierta en apoyo al sindicato de Mitsubishi” y publicada en la página web laclase.info [1]. Entre otras cosas, Chirino nos llama “filibusteros del marxismo”, “Charlatanes del marxismo” y de que la política de la CMR es, palabras más, palabras menos, una cobertura de la burocracia, completamente oportunista y reformista.

En su escrito decreta que: “…no podemos seguir consintiendo que semejante política anti-obrera implementada por el gobierno trate de ser encubierta por organizaciones políticas que se jactan de ser revolucionarias, pero que en cada acción que desarrollan ponen en evidencia su carácter oportunista y sumiso ante los intereses de la burocracia y los sectores burgués aliados al gobierno. Para esta emergente ‘boliburguesía’, las organizaciones oportunistas y que claudican al nacionalismo burgués son el forro rojo que utiliza para presentar su política ante los trabajadores, situación que contradice la trayectoria del marxismo revolucionario y en particular del trotskismo” [1].

Entre los múltiples crímenes que según Chirino hemos cometido, también nos acusa de arrodillarnos ante el imperialismo japonés: “se puede ver en esas líneas la influencia de los filibusteros del marxismo, que prefieren arrodillarse ante el gran capital nipón con tal de no denunciar al gobierno por su ataque alevoso contra los trabajadores a través del Ministerio del Trabajo” [1].

Su ataque contra la CMR no termina ahí, pues señala que “Esa corriente pro-chavista que se disfraza de trotskista se arrodilló ante el gobierno cuando los trabajadores combativos de Invepal se dispusieron a enfrentar a la burocracia pro-capitalista que el gobierno les impuso en la administración en esa empresa. Fue esa misma corriente política la que aceptó que los trabajadores en las empresas expropiadas o nacionalizadas no mantuvieran o construyeran sus organizaciones sindicales. Más adelante, en el caso del conflicto en Sanitarios Maracay terminaron reclamando que no se criticara al ministro José Ramón Rivero y pidiendo "unidad" con el sindicalismo paralelo; aun (sic) hoy siguen con su cacareo vacío sobre el “control obrero”, pero cuando se trata de una multinacional japonesa que tiene buenas relaciones con el gobierno del Presidente Chávez, prefieren “renunciar” a la política de expropiación con tal de quedar bien y servir a un gobierno que sólo busca adormecer la lucha y combatividad de la clase trabajadora, para pisotear la autonomía del movimiento sindical y liquidar la independencia política de los trabajadores.” [1]

Una respuesta que sirva para elevar el nivel político

Águila no caza moscas, decimos los venezolanos. Normalmente desde la CMR no solemos contestar a la críticas de otros porque estamos más pendientes de intervenir en las luchas de la clase trabajadora y la juventud en la lucha por el socialismo, que en debates estériles con otros grupos que se denominan marxistas. Sin embargo, nuestros avances en el movimiento obrero, especialmente entre los trabajadores de MMC, están creando roncha entre algunos de esto grupos. No tan solo tenemos el privilegio de ser atacados por la burocracia y quienes ocupan altos cargos dentro del aparato del Estado por nuestro trabajo práctico, por las luchas que encabezamos y nuestras ideas, sino también ahora por grupos que se reclaman marxistas pero que en la práctica están muy lejos de implementar cualquier política y métodos genuinamente marxistas. Estos avances nuestros todavía son humildes y corresponden a la política correcta que hemos desarrollado y que nos ha permitido conectar con los sectores más avanzados de la clase trabajadora. Muestran sobre todo que vamos por el buen camino.

El motivo de nuestra respuesta a Orlando Chirino no es tanto la virulencia y las descalificaciones derrochadas contra la CMR, sino porque creemos que respondiendo muchos de los puntos planteados y clarificando el verdadero método empleado por del marxismo, podemos elevar el nivel político de muchos trabajadores y militantes del PSUV, especialmente el de los camaradas de MMC, que están buscando una alternativa de lucha revolucionaria y se aproximan al marxismo. Creemos que resulta particularmente importante en esta etapa de la revolución venezolana, en la que el conflicto entre las masas y la burocracia reformista se está agudizando y más temprano que tarde va estallar un conflicto abierto entre ambas. En todas las revoluciones llega un momento en que los trabajadores y el pueblo son conscientes que, tras la alegría inicial en donde hay discursos bonitos y parece que todo se ha arreglado y empiezan a ser conscientes de que, no ha habido cambios sustanciales: el viejo aparato estatal sigue en pie y la clase dominante aún sigue teniendo las riendas del país.

En la Revolución Rusa, ese proceso duró 5 meses, desde febrero hasta julio de 1917, con las famosas Jornadas de Julio donde la clase obrera de Petrogrado, se enfrentó a la burocracia reformista del gobierno de Kerensky y compañía. El que ese enfrentamiento no se saldara con una derrota aplastante a manos de los mencheviques y social revolucionarios, auxiliados por la derecha, se debió al papel que jugó el partido bolchevique de frenar el movimiento. Pocos meses después ese partido tomaba el poder en Rusia. En otras revoluciones, como la española del 31 al 37, o la francesa de 1789, el período de cuestionamiento de los dirigentes reformistas fue más largo. En Rusia, si fue de 5 meses fue debido al hecho de que las contradicciones estaban muy agudizadas por la guerra imperialista y la derrota de los ejércitos zaristas. Millones de campesinos y obreros querían paz y los reformistas no se la daban, prefiriendo su alianza con los imperialistas británicos y franceses.

En Venezuela, la revolución se ha alargado enormemente, casi 10 años, consecuencia de la correlación de fuerzas extraordinariamente favorable para la revolución socialista en toda América Latina. La debilidad de las fuerzas de la reacción capitalista e imperialista es tan grande que no han podido cerrar las compuertas del movimiento de masas en todo el continente. En la etapa actual de la revolución, los trabajadores se han dado cuenta que las tareas fundamentales están todavía por hacer: que a pesar de los discursos oficiales, aún estamos lejos del socialismo; que el viejo aparato del Estado sigue en pie; que la corrupción de los funcionarios del Estado es cada día mayor; que cada día es más sangrante la contradicción entre los discursos oficiales y la realidad de los trabajadores y los más explotados. Esto está dando choques cada vez más fuertes entre la burocracia y las masas. La burocracia tiene negocios y, como señalaba Lenin, mil y un vínculos que la unen con la clase capitalista. El burocratismo entra en contradicción con el avance y las expectativas del pueblo. Así, el choque es inevitable: el modo, el ritmo y el motivo que produzca ese choque está por verse. Lo que ya es evidente es que la clase trabajadora venezolana estará a la vanguardia de la lucha contra el burocratismo y el reformismo. Del resultado de esa lucha va a depender el futuro de la Revolución Bolivariana: O la más grande de las victorias o la mayor de las derrotas.

Un debate sobre estrategia y táctica revolucionaria de la clase trabajadora

Por eso el debate acerca de las posiciones y acusaciones contra la CMR por parte de Chirino y su grupo tiene su importancia. En primer lugar porque en esa situación muchos trabajadores van a chocar de bruces contra la burocracia y van a ver esos vínculos que la unen con la derecha. Van a ver cómo ambos se coaligan contra la clase trabajadora y el pueblo. Muchos trabajadores también verán fin a sus ilusiones de que llegando al Presidente Chávez con sus problemas, el mismo los va a poder resolver. Muchos obreros y luchadores populares trataran de llevar lo que dice Chávez a la práctica, chocando con el muro de burócratas que tumbaran sus iniciativas.

El peligro en esta situación es que los trabajadores saquen conclusiones ultraizquierdistas, esto es, que su lucha debe aislarse del conjunto del movimiento bolivariano, del PSUV y empezar a atacar de un modo frontal al Gobierno Bolivariano tal y como lo hace la USI. A Chirino y su grupo puede que les guste o no, pero es un hecho que la persona que fue capaz de galvanizar el movimiento de masas en los últimos 20 años en Venezuela fue Chávez. El pueblo venezolano terminó de despertar en su escalada revolucionaria con Chávez, viendo en él una dirección de cambio, una esperanza a su miseria y explotación, todo lo cual Chávez ha podido canalizar en todos estos años. En la derrota del golpe de estado de 2002 y del paro patronal así como en las citas electorales victoriosas se fue fortificando el vínculo entre Chávez y las masas.

Evidentemente no basta con que Chávez canalice las expectativas, porque si el gobierno de Chávez no consigue materializarlas, vendrán los problemas, algo de lo cual ya hemos visto síntomas, con la derrota de la propuesta de Reforma Constitucional o el nivel de abstención en ciertos estados y municipios importantes en las pasadas elecciones regionales. La revolución socialista no se puede llevar al final en Venezuela si no se nacionalizan la banca, la tierra, los monopolios, la gran industria, se establece el monopolio del comercio exterior, se destruye el aparato del Estado burgués y se sustituye por un estado obrero sobre la base de la planificación democrática de la economía.

Chávez vacila enormemente, da un paso adelante y otro atrás, y sobre todo trata de apoyarse el aparato del Estado burgués para llevar a cabo su política. La historia de las revoluciones ha conocido líderes obreros y populares honestos que han llevado a sus pueblos a la masacre por políticas falsas. Aun así, el merito de Chávez es, gracias justamente a ese vínculo con las masas, el haber ido muy lejos desde aquellos tiempos en que su discurso no pasaba del nacionalismo burgués, y no hablaba de socialismo. Como mínimo, su lenguaje, sus discursos, el hecho de retomar la bandera del Socialismo cuando en casi todo el mundo la política de los partidos llamados socialistas y comunistas era de giro a la derecha y abandono de cualquier consigna socialista, han tenido el efecto positivo de elevar la conciencia y de movilizar a las masas.

El hecho de que el papel personal de Chávez sea tan importante debería hacer reflexionar a personas que se consideran marxistas. La figura de Chávez refleja el impasse entre las clases en Venezuela, entre el proletariado y la burguesía. Por un lado, la burguesía es demasiado débil, ha fracasado tantas veces y es tan parasitaria que se encuentra muy desmoralizada y es incapaz de imponerse. Por otro lado, la clase obrera está dispersa y pese al elevado nivel de conciencia de los trabajadores y a la combatividad de las luchas, no existe una organización nacional de masas que agrupe a los obreros y que marque el camino a todos los oprimidos hacia la expropiación de los capitalistas y la destrucción del Estado burgués y su sustitución por uno basado en asambleas de delegados elegibles y revocables en todo momento, coordinados a nivel local, municipal, regional y nacional; es decir, en un Estado obrero y comunal.

El movimiento obrero Venezolano fue paralizado por dirigentes sindicales como Chirino

¿Cuál es la causa de este vacío organizativo de la clase trabajadora? La clase obrera venezolana está carente de una dirección nacional que esté a la altura de los acontecimientos. Hoy en día el movimiento sindical esta fracturado fruto de las maniobras de los reformistas ligados a la burocracia del gobierno como también de la de los sectarios que como Chirino tuvieron en sus manos la dirección del movimiento obrero venezolano porque en la CMR no tan solo hemos criticado a los burócratas del Estado y/o del PSUV, sino también hemos criticado el accionar de los burócratas sindicales. Nosotros no criticamos a la clase obrera, como dice Chirino en su virulenta carta: “Durante mucho tiempo, estos estafadores han culpado a la clase obrera por supuestamente no estar a la altura de las directrices del presidente Chávez, quien supuestamente está ansioso esperando que los trabajadores tomemos las fábricas para inmediatamente nacionalizarlas y pasarlas a control obrero” [1]. Lo que hemos criticado ha sido precisamente a la dirigencia que como Chirino ha contribuido decisivamente a paralizar y dividir a los trabajadores.

¿Cómo es posible que Chirino que en 2005-2006 era el dirigente sindical más prestigioso y cuya corriente CCURA tenía la mayoría en el segundo congreso de la UNT, ahora esté desprestigiado? Los camaradas de la USI deberían reflexionar acerca de eso y entender que la causa fundamental no ha sido la represión de la burocracia, sino los errores ultraizquierdistas y oportunistas de Chirino y su grupo. Con la orientación empleada por Chirino y los demás dirigentes de CCURA escindieron el segundo congreso de la UNT en 2006 debido al ambiente que generaron entre los trabajadores que les seguían al centrar el debate en el terreno que le era más favorable a la burocracia, el de las elecciones internas y contraponiéndolas a la reelección presidencial de Diciembre 2006, y enfrentarse al resto de burócratas sindicales que le hacían sombra a Chirino y contra los que estuvieron atacando durante meses. En un momento clave de la revolución venezolana, Chirino y sus seguidores fueron incapaces de presentar un programa de lucha que sirviera para unificar en la acción a las bases de la UNT de las distintas corrientes. Al final, cuando estos sectores burocráticos y reformistas empezaron a maniobrar, se montó una provocación que fue la chispa que hizo que el congreso estallara a silletazos y escindido, con la inmensa mayoría de los delegados retirándose confundidos y desanimados. Como señalamos en aquel entonces: 

 La formación de la CCURA fue consecuencia de los intentos de los sectores burocráticos y reformistas de la UNT y de la burocracia estatal para transformar la central en una central reformista y que concilia entre las clases. La CMR y el FRETECO siempre apoyará a los sectores que luchen dentro de la UNT frente a los reformistas que pretendan desviar la lucha de los trabajadores del socialismo, la expropiación de la burguesía y la creación de un autentico estado revolucionario.  

Sin embargo la CCURA ha cometido toda una serie de errores que de continuar ponen en peligro su viabilidad como corriente clasista dentro de la UNT y sobre todo están frenando la posibilidad de que la clase obrera se ponga al frente de esta revolución. Todo ello seguramente sin que los dirigentes del CCURA sean muy conscientes de ello.  

En primer lugar cometieron el error de permitir que los sectores reformistas y ultraizquierdistas escindieran la UNT. La CCURA tenía ganado el congreso de la UNT por que tenía una mayoría de los delegados y una gran simpatía por amplios sectores de los trabajadores allí presentes. Si el congreso hubiera terminado tranquilamente aún sin una fecha para las elecciones pero con un plan de lucha para que la clase obrera marchara al socialismo hubiera sido un gran triunfo para todos los trabajadores y para la revolución, y también un triunfo para CCURA.  

Sin embargo la preparación del congreso fue funesta por parte de la CCURA en centrar todo el debate entorno a la elección de la dirección de la UNT y una fecha para esas elecciones. Durante meses estuvo la dirección de la CCURA estuvo denunciando al resto de sectores de la UNT como burocráticos cada vez que tenían ocasión en vez de centrar el debate con esos sectores en cuales deberían ser las tareas centrales de la clase trabajadora para el próximo periodo y que los trabajadores vieran en la practica que sectores de la UNT quieren hacer avanzar a la clase trabajadora al socialismo y cuales no. En vez de eso todo se polarizo respecto a las fechas de las elecciones. La dirección de la CCURA creo un ambiente antes del congreso muy hostil contra el resto de sectores. La pólvora estaba cargada (…).  

El congreso de la UNT debería haber girado entorno a la cuestión central de cómo la clase obrera avanza hacia el socialismo y expropia a los capitalistas y crea un autentico estado revolucionario, un estado obrero. La tarea central de la CCURA debería ser ponerse al frente de la toma y ocupación de fábricas en toda Venezuela demandando al gobierno bolivariano la nacionalización de las mismas. Las condiciones para ello son inmejorables como demuestra la lucha de Sanitarios Maracay. Un plan nacional de lucha para coordinar todas estas tomas por estados e impulsarlas demandado su nacionalización bajo control obrero tendría un efecto enorme y significaría un primer paso, no en palabras si no en la practica para que la clase obrera se pusiera al frente de la revolución marcando al conjunto del pueblo venezolano y al Presidente Chávez cual es el verdadero camino del socialismo del siglo XXI, la expropiación de los capitalistas.

En el 2005 la UNT desaprovechó la oportunidad, la puerta que dejo abierta el presidente Chávez cuando planteo que el gobierno nacional tenía intención de expropiar 800 fábricas cerradas y 1147 infrautilizadas. Ningún sector de la UNT, incluido la CCURA llevó a la práctica lo que Chávez dijo de palabra. Sin el impulso organizado de la clase trabajadora la propuesta de Chávez quedo enredada por la burocracia estatal.” [2] 

Los trabajadores piensan y no se dejan manipular

Ahora Chirino trata de hacer alianzas con la dirigencia escuálida y gangsteril de la CTV para reanimarla. En el artículo La Enmienda Constitucional, Orlando Chirino y la C-CURA (http://venezuela.elmilitante.org/content/view/6417/182/ ) de William Sanabria, se recoge la postura de la CMR con respecto a las alianzas con la derecha que llevó adelante Chirino. Respecto a la heroica lucha que libraron los trabajadores de Sanitarios Maracay, donde según Chirino nosotros apoyamos al Ministro del Trabajo, José Ramón Rivero y demás acusaciones, dejamos al lector que se informe por sí mismo en los numerosos artículos que sobre esa lucha escribimos los camaradas de la CMR y en la que participamos activamente [3]. El lector honesto e inteligente sacará las conclusiones correctas sobre el papel de Chirino y su grupo en contraposición con el de la CMR, que está en las antípodas de lo que plantea Chirino.  

En su artículo “Sectarismo, Centrismo y la Cuarta Internacional” Trotsky describe brillantemente la actitud típica del sectario, el cual “ve la vida de la sociedad como una gran escuela, en la que él es el maestro. En su opinión, la clase obrera debería dejar aparte otras cosas menos importantes y sentarse ordenadamente alrededor de su tarima. Entonces la tarea estaría resuelta.” En su texto contra la CMR se deja traslucir el pensamiento del sectario y del burócrata sindical. Cree que los trabajadores no piensan por si mismos, y que se dejan confundir por el primero que pasa. Chirino, el autoproclamado paladín del marxismo y gran maestro que todos los revolucionarios deberían escuchar para aprender a actuar correctamente, declara “Estos charlatanes del marxismo han producido tal confusión entre los trabajadores en su desesperado intento para que los trabajadores sigan sumisos al gobierno y la boli-burguesía, que han llevado al compañero Félix Martínez, por quien siento gran admiración y respeto por su carácter combativo y clasista, a escribir y distribuir un documento en el que asevera que no está a favor de que se expropie a MMC Automotriz (Mitsubishi, Hyundai y Fuso) supuestamente porque eso perjudicaría las buenas relaciones bilaterales con Japón y Corea” [1]. 

 La clase trabajadora piensa y no se deja manipular por nadie. Para organizar un sindicato con la fuerza de SINGETRAM, la masa obrera ha tenido que dar una dura pelea por muchos años contra el miedo y la manipulación. Los obreros saben en la práctica quiénes son los charlatanes y quiénes sus amigos. El problema es que la USI y Chirino han intentado hacer propaganda de su política sectaria entre los trabajadores de MMC y han chocado con los planteamientos de nuestros camaradas y el instinto de clase de los propios trabajadores.  

¿Cuál ha sido la postura de la CMR en el conflicto de MMC? Chirino plantea que la CMR se arrodilla ante el imperialismo japonés y ante la burocracia, veamos la verdad. En el artículo de balance tras la toma [4] se puede ver con claridad nuestra posición en todo el conflicto. Señalamos precisamente que el acuerdo entre la multinacional y los trabajadores para finalizar la toma, pese a que recogía toda una serie de reivindicaciones importantes, se había impuesto sobre la base de presiones por parte de altos cargos del Ministerio del Trabajo sobre los trabajadores de MMC, presiones que venían dadas, entre otros aspectos, por los acuerdos con Japón: “El acuerdo se ha realizado tras casi dos meses de la toma y tras una enorme presión sobre todo por parte del Ministerio del Trabajo" [4]. Y más adelante, en el párrafo titulado “Miedo de la burocracia y acuerdo millonario con el imperialismo japonés" señalamos: "La presión del ministerio del trabajo y de los reformistas corresponde a dos factores: por un lado temían que en el actual contexto de auge general de la lucha obrera en Venezuela, el ejemplo de la lucha de Mitsubishi se extendiera y los camaradas aparezcan con un punto de referencia, como están empezando a convertirse. El otro factor es la política del gobierno, reducir la conflictividad laboral como sea y desactivar cuanto antes el mayor numero de conflictos.  

"También en la presión para cerrar la toma de MMC, es muy importante la incidencia del acuerdo entre PDVSA y empresas japonesas para la explotación conjunta de la franja petrolífera del Orinoco, el día 19 de Marzo, Rafael Ramírez estaba en Tokio negociando con el ministro del comercio japonés. También PDVSA estaba buscando una línea de crédito entre 3000 y 4000 millones de dólares. Ver en http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTASIE52I0RQ20090319 y http://espanol.news.yahoo.com/s/afp/venezuela_jap__n_china_petr__leo.  

"Es seguro que en esas conversaciones la embajada japonesa y las transnacionales presionaran para que se cerrara cuanto antes el conflicto en Toyota y MMC como condición para la firma del acuerdo". [4] 

Este articulo produjo un gran malestar en el Ministerio del Trabajo, porque reflejaba la verdad que había detrás del acuerdo, en el mismo señalábamos: "El ministerio del trabajo en vez de intentar aplacar los conflictos obreros debería tomarlos como partida para organizar el poder popular en las empresas la única manera de combatir de un modo efectivo el sabotaje económico.  

El socialismo debe significar como ha señalado el presidente Chávez que los medios de producción estén socializados y en manos del pueblo. Esta ofensiva de los trabajadores en manos de revolucionarios debería ser el instrumento perfecto para derrotar el capitalismo en Venezuela, ocupando fábricas para satisfacer las demandas, establecer el control obrero y de las comunidades en la industria del país y así profundizar verdaderamente la revolución destruyendo el estado oligárquico, el estado burgués.

Si cuando los trabajadores ocupan empresas en defensa de sus derecho y la respuesta del aparato del estado, del gobierno, es presionar a los trabajadores para que cesen sus demandas, y lleguen a acuerdos con multinacionales imperialistas o con los patronos para perpetuar la explotación capitalista, lo único que se profundizará es la brecha entre el pueblo, los trabajadores y el gobierno nacional por la contradicción entre los discursos del Presidente y los hechos de sus funcionarios en los ministerios. Con ello solo se consigue la pérdida de confianza en la revolución por parte del pueblo y los trabajadores. Es más necesaria que nunca una autentica dirigencia sindical revolucionario que sustituya al tapón que significa la dirigencia nacional de la UNT que oscila entre el sectarismo y el oportunismo y que enrumbe el movimiento de los trabajadores en una línea auténticamente revolucionaria en el seno del movimiento bolivariano” [4].  

¿Estos son los planteamientos de la CMR, según Chirino, por los cuales nos arrodillamos ante la multinacional, hacemos el juego a la burocracia y renunciamos a las nacionalizaciones y el control obrero? Evidentemente la política de la CMR no tiene nada que ver con la imagen que da Chirino. Este método de poner en boca de otros, cosas que no dijeron y atacarlos está en las antípodas del método de los marxistas que siempre es riguroso en la crítica de nuestros adversarios políticos. El motivo ser riguroso es que sólo con la verdad y la claridad política se pueden de formar los cuadros, se puede elevar el nivel político de una organización revolucionaria. Los dirigentes de organizaciones reformistas, burocráticas o sectarias recurren a la difamación y a las calumnias contra sus adversarios para evitar que, tras ese mar de mentiras se pueda abrir paso la verdad y ésta pueda ser evaluada por el escrutinio público de los trabajadores y el pueblo.  

Dialéctica materialista frente al esquematismo sectario

Para los sectarios es muy fácil desenmascarar a los burócratas. Tienen un esquema claro. Basta con exponer públicamente las pruebas de su traición y denunciarlos. Eso, supuestamente, basta para abrir la mente de los trabajadores o del pueblo del carácter contrarrevolucionario de la burocracia y los reformistas. A partir de ahí, sobre la base de una alternativa que tiene apariencia de marxista, sin importar si somos 100 o 1 millón, los trabajadores, al darse cuenta de los traidores que hay por ejemplo en el PSUV se unirán a los revolucionarios, en este caso la USI o cualquiera de las otro grupo que se autoproclaman el partido de la revolución. No llevar esta política de desenmascarar significa a ojos del sectario hacerle el juego al burócrata o a la burocracia.  

Este es el típico método de pensamiento mecánico, antidialéctico que es propio del sectario. Los sectarios creen que basta con proclamar "la verdad" para que las masas y los trabajadores les sigan. A veces se enfadan porque los trabajadores no les hacen todo el caso que ellos quisieran. Al final ante su impotencia acaban, al igual que los reformistas, echándole la culpa a los trabajadores que se dejaron "manipular" o "sembrar confusión", como señala Chirino. El ultra izquierdismo y el oportunismo, como decía Lenin, no son más que las dos caras de una misma moneda.  

Los trabajadores y oprimidos en Venezuela (o en cualquier país) vemos la política de un modo muy diferente al de un sectario. El trabajador normal, la mujer de una comunidad, el campesino pobre, sabe que el gobierno de Chávez está allí en lucha contra todos los enemigos que durante décadas exprimieron al pueblo y a los trabajadores y que lo maltrataron y reprimieron salvajemente. Para que Chávez llegara al poder y se mantuviera allí, hubo que pagar un gran precio con enormes sacrificios incluyendo la vida de muchas personas. Al mismo tiempo, fue Chávez el que aglutinó las esperanzas del pueblo y los trabajadores y despertó a millones a la política y les dio esperanzas. Los trabajadores no cambian su fidelidad política con facilidad, a diferencia de un pequeño burgués para el que la fidelidad, las ideas o los principios son moneda de cambio.  

El trabajador que se decepciona del gobierno de Chávez, que se decepciona de la revolución, no va a irse a un pequeño grupo, y tampoco, en su gran mayoría, se va voltear a la reacción. Se va a ir a su casa, desmovilizado por la apatía. Las masas obreras no entienden de pequeños grupos: harán enormes esfuerzos si ven que hay un movimiento de millones que sea capaz de cambiar las cosas, pero si se decepcionan, se irán a casa a seguir luchando por sobrevivir, porque pensaran han sido engañados como otras veces y que la política no vale la pena. Habrá mucha amargura. Este cambio en la psicología de las masas revolucionarias tiene enormes peligros puesto que lo que mantiene a la revolución y al propio gobierno no es ni la policía, ni el ejercito, ni la burocracia, sino es el apoyo consciente de las masas. En la medida en que Chávez no toma medidas decisivas contra los capitalistas, fuente de los problemas del país, en la medida en que mantiene a los mismos burócratas junto a él, a pesar de que el pueblo va a lo pueda perdonar muchas veces, las masas que lo apoyaban pueden ir volviéndose cada vez más escépticas, mas apáticas respecto a la revolución. Si la situación de apatía se sigue extendiendo, una nueva arremetida de la derecha, bajo cualquier forma, podría tumbar la revolución. O darse una situación de un grave revés en las elecciones. La derrota de la reforma constitucional de 2007 y la abstención que llevaron a la pérdida de importantes estados y municipios en las elecciones regionales de 2008 son es un claro ejemplo de esta perspectiva.  

De no haber un cambio brusco a la izquierda, ese sentimiento de apatía se extenderá, aunque no lo hará de manera lineal, homogénea. Diferentes sectores de las masas van a sacar diferentes conclusiones a diferente ritmo. Y no tan solo va a extenderse la apatía, sino junto a ella, otros estados de animo. La vanguardia de los trabajadores y activistas, al mismo tiempo que crece su inquietud, van a intentar hacer algo para evitar que se nos escape la revolución de las manos. Esto es lo que paso en las jornadas de julio de 1917 en Rusia, en España en octubre del 34, así como en muchas otras revoluciones. Toda revolución tiene sus jornadas de julio. Cuando se dé, la forma y el modo varia de una a otra revolución y su desarrollo concreto están por verse en Venezuela.  

La burocracia, los reformistas, ven con temor a la vanguardia de las masas, muy especialmente de la clase trabajadora. Como advenedizos que son, hacen concesiones a los capitalistas para mostrarles que es posible un gobierno conjunto, una reedición en la práctica del punto fijismo. Mientras, golpean a las masas para mantener un ilusorio equilibrio entre las clases. Olvidan que estamos en medio de una revolución cuyo rasgo fundamental es la polarización entre las clases, a izquierda y derecha. Las masas, aunque los burócratas traten de frenarlas, aunque sus dirigentes sean contradictorios como muchas veces resulta ser Chávez, tratarán de llevar la revolución hasta el final, de llevar a la práctica sus esperanzas.  

El primer sector que entra en choque con los reformistas es la vanguardia del movimiento, y la respuesta de los burócratas es criminalizar las luchas acusándolas de anarquistas, infiltradas por la CIA, etc. Esa acusación pesa sobre muchos revolucionarios, incluidos los camaradas de MMC Automotriz. La burocracia trata de aislar las luchas de los sectores más concientes y avanzados del resto del movimiento revolucionario para poder aplastarlas mejor. Lenin durante las jornadas de julio fue acusado por la burocracia reformista (menchevique y social revolucionaria) de ser un agente del estado mayor alemán, país con el que estaba en guerra Rusia. Por ello tuvo que exiliarse a Finlandia antes que los reformistas lo atraparan y le reservaran el mismo trato que a Rosa Luxemburgo tiempo después.  

Frente al intento de los burócratas de criminalizarnos, de aislarnos del movimiento, ¿cual debe ser la actitud de la vanguardia y dentro de ella de los marxistas? Para los sectarios la respuesta es muy fácil, y razonan así: que mejor prueba del carácter reaccionario de la burocracia que la represión contra las luchas. Hay que redoblar las campañas de denuncias, resaltar el carácter contrarrevolucionario de los burócratas y el engaño al pueblo. El sectario cree que estos hechos van a servir para que el pueblo y los trabajadores abran los ojos, y con un poco de suerte se unan a sus pequeños grupos.  

Esta manera de actuar, tan infantil, cayendo en la trampa de la burocracia, es el mejor regalo que se le puede hacer a la misma. Es ayudarla a aislarnos del movimiento, a facilitarle su trabajo de presentarnos como unos ultrosos, unos anarquistas, a mantener la matriz de opinión de que somos violentos, etc. para poder terminar con todo punto de referencia revolucionario. Separar a la vanguardia de las propias masas es un crimen. Puede parecer bastante revolucionario pero es dañino, e inútil y a fin de cuentas contrarrevolucionario. Es el mejor regalo que le podemos hacer a la burocracia y a la propia burguesía.  

El sectarismo de Chirino: caricatura del marxismo

Crear sectas al margen del movimiento de masas sobre la base de la denuncia del reformismo, separar a los trabajadores más conscientes del resto, está en las antípodas de lo que Marx, Engels, Lenin o Trotsky defendían. Hacer pasar esto por marxismo es hacer una caricatura del mismo. Lenin insistía mil veces en la revolución en la idea de "explicar pacientemente" las propuestas, el programa de los bolcheviques. También en la idea de que los revolucionarios debían acompañar el movimiento de las masas, algo que también señalaron los propios Marx y Engels en El Manifiesto Comunista.  

En un principio durante la revolución Rusa de 1917 los soviets (consejo de trabajadores) estaban en manos de los reformistas. Los bolcheviques llamaron, no a romper con los traidores reformistas y burócratas, sino a que éstos llevaran una política revolucionaria, que llevaran un autentico programa socialista. La principal consigna de los bolcheviques no fue “¡Abajo el Gobierno Provisional!”, sino “¡Todo el poder a los soviets!”, que por aquel entonces (febrero- julio 1917) estaban en manos de los traidores. Al mismo tiempo los bolcheviques eran los más consecuentes luchadores contra la guerra, agitaban a favor de repartir la tierra entre los campesinos oprimidos y que las empresas estuvieran en manos de los obreros. “Pan, Paz y Tierra” resumía todas sus consignas.  

 Acompañaron a los trabajadores en sus ilusiones tempranas y los movilizaron para que pudieran entender el carácter del gobierno de coalición burgués reformista que frenaba la revolución. La ruptura de los trabajadores con los reformistas fue fruto de la experiencia de los mismos acompañada por las consignas adecuadas de bolcheviques y el programa alternativo que defendían los mismos, así como la presencia de los cuadros del partido junto a las masas acompañándolas en todas los puntos de inflexión en la organización que los agrupaba a todos: clase obrera, burócratas y reformistas: los soviets.  

La experiencia de los trabajadores no hubiera sido suficiente por si sola para derrotar a los burócratas porque esa experiencia se hace de un modo desigual, diferentes capas sacan diferentes conclusiones a diferente tiempo. La vanguardia de los trabajadores en Petrogrado en julio de 1917 hubiera sido aplastada por los reformistas sino es por la presencia del partido bolchevique. El resto de la clase y los campesinos habrían permanecido atónitos sin saber bien qué pasaba y convencidos por lo que decían los reformistas que Lenin era un agente de Alemania. En este terreno, el golpe de estado del general Kornilov o del reformista Kerensky hubiera sido el remate de la revolución.  

¿Como lucha el marxismo contra el reformismo y el burocratismo?

afiche_mmc_ld.jpgLos trabajadores de MMC y su sindicato SINGETRAM fueron satanizados y criminalizados por la multinacional y por los burócratas del Estado. Uno de ellos que recientemente agarró un alto cargo, solicitó que fueran expulsados del PSUV donde militan, acusándolos de que no seguían línea, que eran unos anarquistas, que detrás de ellos había una organización internacional trotskista ligada con la CIA, que instigaban a la violencia, que estaban armados, etc.

¿Cómo combatieron los trabajadores de MMC estas mentiras? Develando la verdad sobre por qué la empresa multinacional los atacaba: por llevar a cabo las propuestas revolucionarias que hace Chávez en sus alocuciones y que coinciden con lo que plantean los trabajadores. Los camaradas de MMC elaboraron miles de afiches y volantes dirigidos a la militancia del PSUV donde al mismo tiempo que señalaban como habían impulsado la democracia participativa entre los trabajadores, promovido la comuna socialista, impulsado los consejos de trabajadores señalaban que ése, y no otro, era el motivo por el que la empresa quería botar a los 156 trabajadores incluidos los 11 dirigentes sindicales. No tan solo eso: los trabajadores de MMC constituyeron 50 patrullas laborales del PSUV. Al mismo tiempo los dirigentes de SINGETRAM denunciaban la postura de los burócratas y reformistas que anidan dentro del PSUV y están frenando la revolución y tratando de criminalizar a los trabajadores, señalando qué debería hacer un autentico dirigente del PSUV que está por la revolución. Este método de encarar a la multinacional y la burocracia, les granjeo el apoyo de los trabajadores y las comunidades y contribuyo a romper la matriz de opinión en su contra.  

Mientras la burocracia quiere botar a los revolucionarios del partido los revolucionarios dan una pelea por mantenerse dentro, para no ser aislados. Los trabajadores revolucionarios dan una pelea con los reformistas por ganar influencia entre las masas en todos los sitios. En ese camino, la base va viendo una nueva dirigencia auténticamente revolucionaria que pueda sustituir y tumbar a los burócratas reformistas. Lo que necesita la revolución venezolana es un punto de referencia de lucha, organizativo y programático auténticamente socialista por parte de la clase trabajadora, integrada en el movimiento bolivariano y el PSUV. Esa dirección alternativa se construye sobre la base de la lucha práctica contra los capitalistas y contra los reformistas, que tratan de aislar la vanguardia del movimiento, y sobre la base de un programa de acción para completar la revolución socialista. Ese es el camino para construir una alternativa a la burocracia, ligada al PSUV, al movimiento bolivariano, y no como plantean los sectarios al margen.  

En Venezuela, una capa amplia de los trabajadores esta empezando a sacar la conclusión de que hay quedar la batalla contra los burócratas porque la revolución se esta escapando de las manos. Es necesario agrupar esa capa y organizarla, no separándola del resto de las masas, de las comunidades, de los campesinos que han despertado a la política con Chávez. La política de los reformistas hace cada vez mas agua: la crisis capitalista, la ineptitud y sabotaje del aparato del Estado burgués, va a acelerar de nuevo la marcha de la revolución, agudizando las contradicciones. El burocratismo y el reformismo genera cada día más rechazo y hastío entre el pueblo y los trabajadores. Ante eso las masas no van a mirar hacia pequeños grupos como el de Chirino. Lo que demanda la situación es una tendencia revolucionaria de miles de obreros, campesinos, jóvenes y mujeres revolucionarias dentro del PSUV agrupada en torno a las ideas del marxismo y con un programa de lucha para llevar a cabo la revolución socialista que aparezca como una alternativa a la fracción organizada de los burócratas. El futuro de la revolución depende de si somos capaces de construirla. En esa tarea estamos los marxistas agrupados en la Corriente Marxista Revolucionaria.

NOTAS:

[1] Carta abierta en apoyo al sindicato de Mitsubishi, por el reenganche de sus directivos despedidos y el respeto a la libertad sindical. http://laclase. info/movimiento-obrero/carta-abierta-en-apoyo-al-sindicato-de-mitsubishi-por-el-reenganche-de-sus-directi

[2] Yonie Moreno, Carta abierta a Orlando Chirino y Marcela Máspero por el conflicto de Sanitarios Maracay (http://www.aporrea.org/trabajadores/a28114.html ) 

[3] Ver por ejemplo los siguientes artículos: Los trabajadores de Sanitarios Maracay eligen el Comité de Fábrica para gestionar la fábrica (http://venezuela.elmilitante.org/content/view/5609/167/ ), 23 de noviembre de 2006; Miles de trabajadores marcharon el 8 de febrero en Caracas por la nacionalización de Sanitarios Maracay (http://venezuela.elmilitante.org/content/view/5700/166/ ), 09 de febrero de 2007; La UNT Aragua debe convocar una Jornada de Lucha por la profundización de la revolución y el socialismo (http://venezuela.elmilitante.org/content/view/5640/166/ ), 05 de marzo de 2007; TRAS EL ÉXITO DEL PARO REGIONAL de UNT en ARAGUA (http://venezuela.elmilitante.org/content/view/5818/166/ ), 29 de mayo de 2007; entre otros. 

[4] MITSUBISHI: ACUERDO CON PRESIONES PARA FINALIZAR LA TOMA DE LA EMPRESA (http://venezuela.elmilitante.org/content/view/6443/166/ )


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