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La posición de la mujer es el indicador más gráfico y elocuente para evaluar un régimen social y una política estatal

L. Trotsky, 1938

Horror sin fin para la mujer trabajadora

El capitalismo se encuentra en un callejón sin salida. La crisis mundial del capitalismo golpea actualmente con mayor dureza a las mujeres y a la juventud trabajadora. La mano de obra femenina es considerada por los empresarios como de “reserva” o mano de obra barata de la Población Económicamente Activa (PEA) que, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) a fines del 2009, el 38 por ciento, es decir, casi 17 millones, estaba integrada por mujeres en nuestro país.

Actualmente las mujeres representan el 30% de la mano de obra industrial en México, principalmente las maquiladoras se sostienen en base a la contratación de mujeres; existen alrededor de 590 mil mujeres que laboran en las maquilas de costura, mientras que en Centroamérica la cifra oscila en las 400 mil (La Jornada, 29/11/09). Las maquilas son plantas que gozan de exenciones fiscales y subsidios de agua y electricidad que producen para el mercado de exportación. Estas empresas se aprovechan de la mano de obra joven y femenina, que trabaja sin contrato y sin seguridad social. Por ejemplo, en Tehuacán, Puebla el salario de una obrera textil oscila entre los 400 y 800 pesos según se cumpla el número de prendas cosidas, incluso son despedidas durante el “periodo de prueba” mientras ya han cosido cerca de 150 pantalones. Son las primeras en la lista de los despedidos, del millón y medio de empleos que se perdieron en 2009, 300 mil corresponden al sector de la maquila y en su mayoría han sido mujeres. Según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al cierre del cuarto trimestre del año pasado había cerca de 930 mil mujeres desempleadas.

Cuestión de clase no de género

En estas condiciones labora la “mano de obra de reserva”, por eso los marxistas decimos que la situación de la mujer es una cuestión de clase, pues el grado de emancipación de la mujer será dado una vez lograda la emancipación de toda la clase trabajadora. Los marxistas nunca tratamos la problemática de la mujer trabajadora como una cuestión de género, lo hacemos comprendiendo que tiene sus raíces en las relaciones producción y en el sistema de explotación que significa el capitalismo. Luchamos decididamente por conseguir todas aquellas reformas que representen un paso adelante real para la mujer, explicamos que la única salida para conseguir realmente la completa emancipación de la mujer (y de las otras capas oprimidas de la sociedad) es mediante la abolición del sistema capitalista. Esta lucha requiere la máxima unidad entre los trabajadores y las trabajadoras en contra del capitalismo.

Combatimos enérgicamente cualquier tendencia feminista que intente enfrentar a la mujer contra el hombre, que divide o segregue a las mujeres del resto del movimiento obrero. Los marxistas no hablamos de la mujer en general, sino de la mujer trabajadora. Luchamos por la unidad del proletariado independientemente de su raza, sexo, color, religión o nacionalidad.

La conquista de derechos iguales formales, como el sufragio en el marco del parlamentarismo burgués, es un paso adelante, pero no soluciona el problema fundamental de la mujer, pues sin la transformación de las relaciones sociales, es una conquista muy limitada y deja inalterables las raíces de la opresión de la mujer trabajadora en la sociedad capitalista.

El único camino: luchar por el socialismo

Si estamos de acuerdo en que las condiciones de trabajo se han vuelto aún más precarias para la clase trabajadora bajo la actual crisis del capitalismo, la situación de la mujer se agrava doblemente, pues, por un lado, tiene que trabajar para el empresario capitalista y por el otro al llegar a casa lo hace para la familia.

Como hemos dicho, la lucha por la emancipación de la mujer es la lucha por la emancipación de la clase trabajadora. Su destino es también el de la mujer, los intereses de los trabajadores y trabajadoras son los mismos. Sólo mediante la lucha unificada con los trabajadores en las organizaciones obreras, los sindicatos… se podrán alcanzar las mejoras y el derecho a una vida mejor para las mujeres, por eso luchamos porque la mujer trabajadora se incorpore como agente activo a la actividad política, pues las transformaciones sociales importantes son imposibles sin su participación.

Se ha encontrado el único camino hacia una vida mejor, el camino de la lucha obrera organizada contra el capital y por el socialismo. Bajo el capitalismo es imposible acabar seriamente con los problemas de la mujer. La única forma de acabar totalmente con la explotación que sufre la mujer trabajadora es poniendo fin a la explotación que el capitalismo ejerce sobre el conjunto de los trabajadores.

¡Compañera trabajadora!: ¡Únete a la Tendencia Marxista Militante!

Organízate con nosotros para luchar por:

    1) A igual trabajo, igual salario.

    2) Guardería, jardín de niños y escuelas primarias gratuitos en cada colonia, barrio y localidad, bien dotadas y  subsidiadas por el gobierno bajo control de profesores, padres y organizaciones sindicales.

    3) Derecho a guardería gratuita para cualquiera de los padres, decidido por ellos.

    4) Licencia de un año por maternidad para cualquiera de los padres, decidido por ellos, recibiendo el 100 % de salario real.

    5) Legalización total del derecho al aborto, gratuito y a cargo del Seguro Social.

    6) Creación de centros de planificación familiar y atención sexual a la juventud, en todas las colonias y zonas del país.

    7) Abolición de todas las leyes laborales o penales discriminatorias para la mujer.

    8) Lavanderías, comedores públicos y otros servicios básicos baratos a cargo de las delegaciones políticas en el DF y los ayuntamientos en el resto del país.

    9) Comités de fábrica y secciones sindicales que asuman la lucha contra la persecución sexual.

    10)  Por un divorcio gratuito y sin trabas burocráticas.

    11)  Por la expropiación bajo control obrero de los bancos, las fabricas, los latifundios, las cadenas comerciales y el transporte.

Mientras luchamos por cada una de estas reivindicaciones progresistas que tienden a mejorar la situación de la mujer, planteamos la necesidad de vincularlas con la lucha por un tipo diferente de sociedad en la que se garanticen nuestros derechos como seres humanos: una sociedad socialista.  

El triunfo del socialismo sobre el capitalismo ya por sí mismo significara gigantescos pasos al frente en la conquista de los derechos de la mujer jamás vistos en la historia, sin embargo en un primer momento la nueva sociedad no arrojará como un resultado automático la plena emancipación femenina pues las viejas relaciones sociales engendradas por el capitalismo se resistirán a morir. No obstante en la medida que el socialismo se traduzca en la eliminación de la base material, es decir de la propiedad privada capitalista, de la cual brotan dichas relaciones sociales, esta nueva sociedad creará las condiciones objetivas y definitivas para que la emancipación de la mujer trabajadora sea plena en cada uno de los terrenos de la vida y de la sociedad. La sociedad socialista es la única puerta de salida para la mujer trabajadora frente a la barbarie que le impone el capitalismo.


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