Durante casi 20 años, prácticamente a partir de la muerte de Engels en 1895 hasta su capitulación ante de democracia burguesa durante la primera guerra mundial, Kautsky fue considerado como el marxista vivo más importante de su tiempo. Después de ese periodo recibió severas críticas de parte de Lenin y Trotsky, quienes demostraron que el entonces considerado “heredero de Engels” se había apartado para siempre de la línea revolucionaria.
Durante ese periodo de 20 años, se mostró como defensor de la ortodoxia revolucionaria marxista, incluso frente a la derecha revisionista de Bernstein y la derecha sindical. De esa época datan sus más importantes aportes al marxismo: La cuestión agraria y Orígenes y fundamentos del Cristianismo.
Por supuesto no podemos dejar de mencionar su labor de editor de obras de Marx, como por ejemplo los manuscritos sobre las teorías de la plusvalía, que Engels tuvo a bien encargarle antes de morir.
La obra que nos ocupa: Los orígenes y fundamentos del Cristianismo, es un muy firme documento que elabora un estudio del cristianismo partiendo de tres premisas fundamentales:
En primer lugar el carácter absolutamente incierto de los hechos que enmarcan la vida de Jesús plasmados en los evangelios.
En segundo lugar la crisis de la sociedad esclavista de la República Romana que tuvo una salida parcial con el advenimiento del imperio, una sociedad en la cual la disgregación del orden de la época antigua no podía ser cubierto salvo por un poder “universal” como el del emperador, el cual se convierte en arbitro de la lucha de clases de la época.
En este proceso muchos son los pueblos que se disgregan producto del tráfico de esclavos y del dominio extranjero, no obstante es el pueblo judío el que logra dar una respuesta ideología revolucionaria a la opresión imperial.
Kautsky describe los pormenores que llevan al pueblo judío a convertirse en cosmopolita y a disgregarse por el conjunto del imperio. El comercio y la usura fueron para los judíos más que una práctica genética una actividad a las que se vieron forzados en merced de que dichas actividades eran consideradas como inferiores para estratos en el poder en cada uno de los estados en donde se refugiaban los judíos. No obstante esta actividad les permitió construir una red de comunidades con intereses más o menos afines en el conjunto del imperio.
En el marco de la crisis de la sociedad antigua y en el de la lucha del pueblo judío por su liberación, especialmente en palestina, surge un fuerte movimiento nacionalista que toma a la religión como elemento fundamental para propagar sus ansias de rebelión.
Después de cientos de levantamientos que se suscitaron a lo largo de casi 100 años, fueron los cristianos, basados en las formas de organización de los sectores más radicales del movimiento judío: los esenios, los que logran extender su fe partiendo, primero de las comunidades judías extendidas por todo el imperio y luego por medio de la propaganda entre las poblaciones de cada lugar.
Hubo muchos “cristos” en esos tiempos pero sólo la organización de los seguidores de Jesús logró preservarse debido a sus formas de organización, es decir debido a la construcción de una “iglesia”
La falta de existencia de documentos que demuestren la exigencia de Jesús se fundamenta en el carácter totalmente proletario de los orígenes de dicho movimiento y que en sus primeros tiempos sólo fue por medio de la tradición oral como se podían trasmitir las enseñanzas o el “evangelio”.
Corresponde la fase en la que el cristianismo se extendió por comunidades no judías el momento en el que se estableció un largo proceso de formación de los textos que hoy conocemos como nuevo testamento, los cuales están mezclados de las viejas tradiciones proletarias junto con planteamientos francamente revisionistas con el objeto de acercar a personalidades adineradas e incluso dirigentes políticos del momento.
Es el proceso de conversión de la religión cristiana por medio de la burocracia profesional (la estructura de la iglesia), lo que le permite adaptarse a las necesidades del estado romano en decadencia y transformarse de una ideología subversiva a un instrumento de dominación. El libro de Kautsky ayuda a entender las raíces de dicho proceso y advertir de los peligros en todo movimiento subversivo de la creación de burocracias conservadoras.
No obstante conforme avanza hacia el final del texto, da la impresión de que el movimiento cristiano estaba inexorablemente predestinado a convertirse en un instrumento de opresión, Sin dejar de aceptar el carácter reaccionario de la iglesia católica de nuestros tiempos no podemos dejar de señalar que Kautsky establece una lógica un tanto mecanicista, materialista vulgar sin se permite la expresión.
A la larga esa simplificación entre relaciones materiales y consecuencias ideológicas y políticas fue lo que llevó a Kautsky a señalar que si no había bases para el socialismo en Rusia no se debía luchar más que por la democracia, es decir a asumir posturas mencheviques.”El cristianismo, orígenes y fundamentos” es un clásico en el estudio de los fenómenos inherentes a la religión.